El whisky irlandés gana terreno
ESTADOS UNIDOS ES EL MAYOR MERCADO DE LA “BEBIDA ESPIRITUOSA ESMERALDA”, Y LOS NUEVOS DESTILADORES ESPERAN ATRAER A UN PÚBLICO MÁS JOVEN PARA SEGUIR RECORTANDO TERRENO A SUS PRIMOS ESCOCESES. JAMESON, DE LA MULTINACIONAL PERNOD RICARD, LIDERA LAS VENTAS D
Cuando Jameson, el whisky irlandés más vendido y de mayor crecimiento del mundo, publicó sus últimos resultados del primer semestre, tenía mucho por lo que brindar.
Tras el récord de negocio conseguido en 2021-2022, las ventas totales aumentaron otro 11%. Y la cifra correspondiente a Estados Unidos –que supone el 40% de su mercado– aumentó un 8%.
Los nuevos productores que siguen su estela desde hace tiempo consideran que la conquista del mercado estadounidense es “el santo grial”, afirma John Cashman, responsable de desarrollo de marcas y nuevos productos de la destilería Powerscourt, abierta hace cinco años. “Como dice Sinatra: si triunfas allí, triunfarás en cualquier parte”.
La razón es sencilla. EEUU es el mayor mercado para la “bebida espirituosa esmeralda” y, según nuevos datos, los productores irlandeses tienen más posibilidades que nunca de alcanzar su ambición de superar las ventas de whisky escocés en ese país, en volumen, para 2030.
El año pasado se vendieron en EEUU más de 6,1 millones de cajas de 9 litros de whisky irlandés, lo que supone un aumento de más del 1.150% respecto a hace 20 años, según el Consejo de Bebidas Espirituosas Destiladas de EEUU.
Eso se tradujo en ventas por un valor de 1.400 millones de dólares (1.300 millones de euros). Las ventas en EEUU –donde la prohibición hace un siglo perjudicó gravemente a una bebida que había dominado el mercado– permitieron al whisky irlandés superar por primera vez los 1.000 millones de euros en exportaciones.
Se trata de “un hito importante en el renacimiento del whisky irlandés”, asegura William Lavelle, director de la Irish Whiskey Association.
Al whisky irlandés, conocido por ser la bebida favorita de Isabel I y del zar ruso Pedro el Grande, aún le queda camino por recorrer para cerrar la brecha mundial con el escocés, que registró unas exportaciones récord de 6.200 millones de libras (7.000 millones de euros) en 2022.
Pero “el irlandés creció más rápido que cualquier otro gran whisky entre 2016 y 2021”, señala Humphrey Serjeantson, de la consultora del mercado de bebidas IWSR. “Cabe esperar que ese crecimiento continúe”.
Hace una docena de años, sólo había cuatro destilerías en toda la isla de Irlanda, con unas ventas globales de menos de 5 millones de cajas.
El número de destilerías se ha multiplicado por diez y las ventas mundiales superan ya los 14 millones de cajas. Aunque Irlanda del Norte, donde se encuentra la famosa destilería de Bushmills, forma parte de Reino Unido, el whisky se gestiona como una industria única en toda la isla.
Para satisfacer la demanda prevista, en toda la isla maduran 3,5 millones de barricas, y los destiladores buscan cada vez más productos innovadores y de primera calidad.
“Hay que ser innovador y experimentar todo el tiempo; es crucial”, afirma Roger Duggan, director general de Powerscourt, que ganó dos medallas de oro en los Irish Whiskey Awards del año pasado. A pesar de su relativa condición de recién llegada, cuando se fundó la destilería también compró reservas más viejas para poder ofrecer whisky añejo, una práctica habitual en el sector.
Jameson, el whisky irlandés más vendido del mundo y perteneciente al grupo francés Pernod Ricard, domina el mercado. Vendió 6,4 millones de cajas en el primer semestre del año –2,5 millones en EEUU–, tras registrar un aumento del 22% en 2021-2022 que supuso unas ventas récord de 10,4 millones de cajas.
Pero Powerscourt, ubicada en las colinas cercanas a Dublín, en una finca histórica propiedad de la familia Slazenger, forma parte de una nueva generación de destilerías que intentan dar al whisky irlandés una imagen más joven y moderna que la de su primo escocés. Sus defensores afirman que la triple destilación del whisky irlandés lo convierte en una bebida suave que se presta tanto a cócteles como al consumo en solitario.
Según los expertos, el clima más benigno también le confiere su propio sabor, y parte del whisky irlandés se sigue elaborando mediante el proceso tradicional del alambique.
Paul Corbett, director de la destilería Powerscourt, afirma que “los gustos mundiales están cambiando y el whisky irlandés tiene la flexibilidad necesaria para adaptarse a estos nuevos sabores”.
Centrarse en productos caros también ha ayudado al whisky irlandés a hacerse un hueco. El Consejo de Bebidas Espirituosas Destiladas afirma que los consumidores desean “subir de categoría” y que las ventas estadounidenses de whisky irlandés prémium y súper prémium han crecido “un 1.050% y un 2.769% [en volumen] respectivamente” desde 2003.
“El segmento prémium y superior supone una cuota de volumen total mucho mayor en el whisky irlandés que en el escocés”, explica Serjeantson.
Aunque el whisky irlandés está muy por detrás del escocés en ventas mundiales, según los datos de IWSR, lleva ventaja en la República Checa, Eslovaquia y Zambia. Y crece más deprisa que su rival en casi todo el mundo.
Las exportaciones de whisky irlandés superaron en 2021 por primera vez los 1.000 millones
El número de destilerías en la isla se ha multiplicado por diez en los últimos doce años