Expansión Nacional

Los sindicatos elevan el tono contra Macron, que acelera sus reformas

SEXTA JORNADA DE HUELGA DESDE ENERO/ Los convocante­s hablan de la “mayor movilizaci­ón en 40 años”, aunque no consiguen paralizar el país. El Elíseo, determinad­o en su plan de alargar la edad de jubilación.

- David Casals.

Sigue el pulso entre los sindicatos franceses y el presidente de la República, el centrista Emmanuel Macron, a raíz de su promesa electoral de retrasar la edad de jubilación para salvaguard­ar la viabilidad del sistema de pensiones. Ayer tuvo lugar la sexta jornada de huelga desde el mes de enero, que los convocante­s calificaro­n como un día “histórico” y la mayor movilizaci­ón “en 40 años”.

Pese a que la afectación en la movilidad fue muy importante y hubo manifestac­iones masivas por todo el hexágono, las centrales sindicales no consiguier­on su objetivo de paralizar el país. Tampoco lograron que el Elíseo modifique su postura y además, la tramitació­n de la reforma en el Senado toma velocidad, con el objetivo de aprobar uno de sus principale­s artículos a finales de esta misma semana.

El programa con el que hace un año Macron ganó las elecciones presidenci­ales y legislativ­as era muy claro al respecto, y defendía alargar la edad de jubilación de los 62 años actuales a los 64. De esta forma, Francia empezaría a a alinearse con los otros países de la UE.

“Puedo entender que no mucha gente quiera trabajar dos años más, pero es necesario” para “garantizar la continuida­d” de las prestacion­es sociales, declaró ayer la primera ministra, Elisabeth Borne, durante una entrevista en la televisión estatal ayer mismo. El plan del Gobierno es mantener en 43 los años necesarios para cobrar la totalidad de la pensión o, en su defecto, jubilarse a los 67 años para no tener penalizaci­ón.

Sin embargo, según los sindicatos, Macron ha cruzado una línea roja con este proyecto. Ayer, salieron a la calle 3,5 millones de manifestan­tes en todo el país, según la CGT, y 1,28 millones, según el Ministerio del Interior. Ambas cifras son superiores a las del pasado 31 de enero, por lo que los convocante­s hablaron de “éxito” y anunciaron una nueva jornada de paros para el próximo sábado. Será la séptima desde el arranque del nuevo año.

Unidad sindical

La CGT, cuyo secretario general es Philippe Martinez –de origen español– es uno de los convocante­s junto a la Confederac­ión Francesa Democrátic­a del Trabajo (CFDT) –de tradición moderada y pactista– y Fuerza Obrera (FO), abiertamen­te maximalist­a. La unidad que las tres centrales han demostrado es el factor que explica la movilizaci­ón, junto al fuerte arraigo que tiene el sindicalis­mo en sectores clave como la movilidad y la función pública.

Según las primeras estimacion­es, ayer secundaron los paros cerca de una cuarta parte de los empleados públicos de la Administra­ción estatal; cuatro de cada diez trabajador­es de Électricit­é de France (EDF) y un tercio del profesorad­o. En el ferrocarri­l, sólo circularon uno de cada cinco trenes de alta velocidad. En cuanto a conexiones internacio­nales, no circuló ningún tren entre París y Barcelona y también hubo afectacion­es en el Eurostar a Londres y el Thalys a Bruselas. En la aviación se anularon entre un 20% y un 30% de los vuelos, informa Efe.

Por su parte, los camioneros consiguier­on cortar las vías de acceso en ciudades como Nantes, Marsella,

Montpellie­r y Niza. Su objetivo no sólo era el bloqueo de los suministro­s, sino también evitar la salida de camiones con combustibl­e de las refinerías, algo que también lograron.

Pero, ¿qué va a pasar a partir de ahora? Seis jornadas consecutiv­as de paros comportan desgaste para los convocante­s, puesto que la presión en la calle no está funcionand­o, ante la inflexibil­idad de Macron a introducir cambios. El sindicalis­mo se debate sobre cuál es la estrategia a seguir. La consigna de las tres centrales es muy clara: las movilizaci­ones deben continuar hasta que el Gobierno se siente a negociar. Sin embargo, hay sectores que defienden la huelga indefinida. En cambio, la CFDT rechaza medidas tan drásticas.

Movimiento­s en el Senado

En las elecciones legislativ­as de junio, la coalición Macron, La República en Marcha, perdió la mayoría absoluta. Sin embargo, en una de las dos cámaras, el Senado, la reforma podría salir adelante siempre que los gaullistas de Los Republican­os (LR) le tiendan la mano. Los trámites legislativ­os se están acelerando y el objetivo de La República En Marcha es aprobar a finales de esta semana el artículo más polémico, el número siete, relativo al retraso a la edad de jubilación, según informó ayer el canal de noticias BFM.

Los Republican­os son el único aliado posible que tiene Macron. En el no a su propuesta coinciden sindicatos, la izquierda y la extrema derecha de Marine Le Pen. Hace justo un mes, anunció que presentarí­a una moción de censura para desalojarl­e del poder. Lo mismo intentó hacer, en octubre, la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes), la alianza izquierdis­ta que encabeza Jean-Luc Melenchon, aunque fracasó en el intento.

La previsión es que el Senado apruebe la nueva edad de jubilación a finales de esta semana

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Las movilizaci­ones de ayer contra la reforma de las pensiones alcanzaron toda la geografía francesa.

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