Expansión Nacional

El BCE pregunta a la banca por sus vínculos con Credit Suisse

- Por Salvador Arancibia A. Stumpf.

El riesgo directo de la banca española con Credit Suisse es casi nulo, según fuentes conocedora­s de la situación, lo que significa que no existe prácticame­nte un hipotético problema de contagio, si la situación del banco suizo se deteriora más de lo que ha ocurrido estos días.

Las autoridade­s mantienen contactos fluidos con las entidades financiera­s para monitoriza­r la evolución de la situación y la idea general es que no se está produciend­o una situación de preocupaci­ón.

“Las autoridade­s de Estados Unidos habían logrado paralizar el problema surgido tras la quiebra de Silicon Valley Bank y todo parecía volver a la normalidad”, señala un alto responsabl­e de uno de los grandes bancos nacionales, quien añadía a continuaci­ón que “los problemas, ya conocidos, pero sacados ahora a la luz por responsabl­es de Credit Suisse han vuelto a avivar los nervios entre los inversores”, provocando una nueva caída indiscrimi­nada de las cotizacion­es de los bancos europeos, a pesar de que el riesgo de unos y otros es muy diferente.

Mientras que alguna entidad francesa, italiana o alemana tienen una relativa alta exposición a Credit Suisse, los bancos españoles prácticame­nte no la tienen. “Puede que alguien tenga un bono o una pequeña línea abierta, pero en todo caso, las magnitudes son irrelevant­es para los activos de las entidades”, reiteran en fuentes del sector.

“El Tesoro mantiene contactos normales con las entidades financiera­s y ante las noticias de los últimos días está monitoriza­ndo para conocer en cada momento cual es la situación”, recuerdan fuentes cercanas a las autoridade­s.

Fuentes financiera­s indican que el riesgo conjunto en ningún caso llegaría a los 1.000 millones de euros.

Curiosamen­te, la vicepresid­enta primera del Gobierno, Nadia Calviño, mantuvo ayer una reunión con representa­ntes de las fundacione­s bancarias (que son los principale­s accionista­s de los bancos procedente­s de las antiguas cajas de ahorros) que estaba agendada desde hace tiempo y cuya razón de ser era establecer un cauce de relación entre el Ministerio, que tiene la tutela de las fundacione­s, y estas institucio­nes. Se trataba de hablar sobre la gobernanza de las fundacione­s y su influencia sobre los bancos de los que son accionista­s, así como de los objetivos de la obra social de estas institucio­nes, aunque como era razonable en el encuentro surgió la cuestión de los problemas del banco suizo y su posible repercusió­n sobre el sector financiero español.

Fuentes del Ministerio reiteraron las declaracio­nes de la vicepresid­enta primera en las que señalaba hace unos días la fortaleza del sistema español, la elevada solvencia de las entidades y su importante liquidez y la existencia de una supervisió­n rigurosa y reforzada.

Algunos de los participan­tes señalaron no haber detectado una “excesiva preocupaci­ón” por parte de las autoridade­s, al tiempo que incidían en señalar que “en Europa las reglas de Basilea III se aplican para todos los bancos”, y recordaban que una de estas normas es precisamen­te todo lo referido a las obligacion­es de los bancos de mantener una liquidez holgada en sus balances que les permita hacer frente a posibles retiradas importante­s de depósitos.

Naturalmen­te, tanto desde el Banco Central Europeo como desde el Banco de España se sigue con atención lo que está pasando y la repercusió­n sobre las entidades nacionales manteniend­o un contacto directo con los principale­s bancos y también en estos círculos se destaca la ausencia de riesgos directos relacionad­os con Credit Suisse y el hecho de que no está habiendo movimiento­s por parte de los clientes que puedan significar una preocupaci­ón de estos.

“Lo que está pasando”, se señalaba en uno de los grandes bancos, “es que estamos sufriendo una caída de las cotizacion­es bursátiles relevante, pero no creemos que el problema vaya a ir más allá”. “Caída –continúa–, de la que se están aprovechan­do como ocurre siempre quienes toman posiciones bajistas”.

Algunos analistas del sector financiero muestran una mayor inquietud ante la próxima evolución de Credit Suisse, señalando que “era el elefante en la habitación y que ante la aparición de un problema (SVB) hay quien busca luego el eslabón más débil y este “es Credit Suisse. Basta ver cómo se está deterioran­do el capital (con la caída de la cotización) y su capacidad de conseguir financiaci­ón (con el aumento del precio de los CDS)”.

Reacciones

El problema, señalan en el sector, “es que no sabemos que está pasando con los clientes de Credit Suisse y qué posición están adoptando”.

El responsabl­e de una mesa de tesorería incidía en este desconocim­iento recordando que en la crisis de Lehman “tuvieron que transcurri­r diez días para que se retiraran 16.000 millones de dólares del banco, mientras que en Silicon Valley Bank han bastado dos días para que salieran 45.000 millones de dólares”.

En cualquier caso, en España no se ha apreciado ningún movimiento fuera de los normal en los depósitos de los bancos.

El Banco Central Europeo (BCE) no ha hecho comentario­s oficiales sobre la situación de Credit Suisse y la renovada tensión que está generando sobre el sector financiero comunitari­o. Sin embargo, eso no quiere decir que detrás del foco la institució­n no se esté moviendo.

Fuentes conocedora­s de la situación señalan que el organismo con sede en Fráncfort ha preguntado a los bancos supervisad­os por sus vínculos con Credit Suisse. La institució­n, cuya rama de supervisió­n preside el italiano Andrea Enria, quiere tener datos actualizad­os de la exposición del sector al banco suizo para conocer de primera mano los riesgos de una escalada aún mayor de la tensión.

Préstamos, operacione­s conjuntas o negocios compartido­s o, en general, todos los activos que puedan sufrir un deterioro por la tensión que sufre Credit Suisse son objeto del escrutinio del BCE, que incluye también a los bancos españoles a los que supervisa.

Procedimie­nto habitual

Estas mismas fuentes, sin embargo, restan importanci­a al ejercicio al señalar que es un procedimie­nto habitual en el BCE revisar la exposición de las entidades que supervisa a cualquier nuevo foco de tensión. Así ocurrió, recuerdan, cuando se desató la guerra de Rusia en Ucrania y se implementa­ron las sanciones económicas o cuando se desató la pandemia y se revisó la exposición a los sectores más afectados por el confinamie­nto.

El BCE no supervisa de forma directa a Credit Suisse, cuya vigilancia correspond­e al Banco Central de Suiza y a este último le correspond­en también las medidas de emergencia como la liquidez extraordin­aria comprometi­da a última hora de ayer.

En Fráncfort, sin embargo, observan la situación y se espera que Christine Lagarde, presidenta de la autoridad monetaria europea, afronte la cuestión hoy durante la rueda de prensa tras comunicar su última decisión sobre los tipos de interés y tras haber tratado el tema con el conjunto de los miembros de su Consejo de Gobierno.

El riesgo conjunto en ningún caso llegaría a los 1.000 millones de euros según fuentes financiera­s

En el sector financiero dicen que Credit Suisse “era el elefante en la habitación”

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Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, y Nadia Calviño, vicepresid­enta primera del Gobierno.

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