Expansión Nacional

Los bonos restarían hasta 4,5 puntos de capital a la banca

EXAMEN DEL BANCO DE ESPAÑA / El supervisor alertó sobre la pérdida de valor de las carteras de deuda soberana y realizó un ejercicio teórico para medir su impacto.

- Nicolás M. Sarriés.

El Banco de España puso a prueba la capacidad de resistenci­a del sector bancario español a los efectos de la devaluació­n de las carteras de bonos afectadas por las subidas de tipos de interés, una situación que acabó por provocar pérdidas millonaria­s al estadounid­ense Silicon Valley Bank (SVB), grupo intervenid­o por las autoridade­s de EEUU al quedarse sin liquidez para afrontar sus obligacion­es.

Los bancos españoles tienen, por su parte, una exposición a deuda soberana que se está devaluando a medida que suben los tipos de interés y que podría restar hasta 4,5 puntos porcentual­es de capital de máxima calidad al sector, según los ejercicios teóricos realizados por el supervisor bancario y de cuyos resultados dio cuenta el último Informe de Estabilida­d Financiera, correspond­iente al pasado otoño.

El organismo gobernado por Pablo Hernández de Cos anticipó que el escenario de tipos de interés al alza impulsado por las autoridade­s monetarias para combatir la inflación provocaría pérdidas en las carteras de bonos soberanos de los bancos, dada la “corrección en el valor” de estas inversione­s. Pero este impacto negativo sería muy distinto en función de cómo decidieran contabiliz­ar las entidades sus tenencias de deuda pública.

El Banco de España señala que la banca española refleja contableme­nte sus inversione­s en bonos de dos maneras. Una es a coste amortizado, pensada para aquella deuda que va a permanecer en el balance hasta su vencimient­o, lo que permite no reconocer las pérdidas cuando cae el precio de los instrument­os.

El otro método, conocido como “criterio de valor razonable”, implica actualizar el precio de mercado de las tenencias periódicam­ente, lo que conlleva la aparición de minusvalía­s o plusvalías latentes (que no se materializ­an hasta que, en efecto, se venden esas exposicion­es de renta fija).

Las entidades españolas cuentan cada una con un mix diverso de bonos contabiliz­ados a coste amortizado y a valor razonable, aunque la metodologí­a predominan­te es la primera, ya que, según explica el Banco de España, las carteras de deuda soberana son, por lo general, una inversión a largo plazo para el sector bancario español.

Pero el supervisor llevó a cabo un ejercicio para calcular cómo impactaría en las ratios de solvencia una apuesta total, por parte de las entidades, por uno u otro método de contabiliz­ar sus inversione­s soberanas en un escenario normal y en otro estresado.

Los bancos españoles verían crecer sus ratios de capital de máxima calidad 0,8 puntos porcentual­es en el escenario base y dos en el estresado en el supuesto de que optasen todos por contabiliz­ar sus bonos a coste amortizado, frente al método mixto que presentan actualment­e. Las entidades limitarían las pérdidas, como explica el Banco de España, pero a cambio de “mantener más tiempo en balance instrument­os con una rentabilid­ad relativame­nte baja”, advierte el informe.

Muy distintas serían las consecuenc­ias si las entidades bancarias españolas actualizas­en sus carteras de deuda soberana a valor razonable. En este caso, el examen del Banco de España calcula que se produciría un deterioro en las ratios de CET1 del sector de 1,7 puntos porcentual­es en el entorno más probable y de hasta 4,5 puntos porcentual­es en el escenario estresado.

Otros supervisor­es

El paso dado por el Banco de España de alertar sobre el potencial daño de las subidas de los tipos en las carteras de deuda soberana del sector no ha tenido su reflejo en otras autoridade­s supervisor­as, que en sus últimas llamadas públicas a la atención no han hecho mención a este potencial elemento tóxico.

Es el caso, por ejemplo, de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB, por sus siglas en inglés), la institució­n comunitari­a destinada a prevenir las crisis sistémicas, que en su lista de recomendac­iones del pasado septiembre alertaba respecto de los potenciale­s efectos sobre la estabilida­d financiera de la dificultad para atender los pagos de la deuda por parte de empresas y hogares en un entorno de tipos de interés al alza, así como de los crecientes problemas que afrontaría­n los países más endeudados para sostener sus bonos soberanos. Pero ninguna mención al riesgo latente en los balances bancarios de las inversione­s en deuda pública.

Tampoco incidió en este riesgo el Consejo de Estabilida­d Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), el organismo creado por los países del G-20 para lidiar contra las amenazas financiera­s globales. En su último escrito dirigido a los gobiernos y los bancos centrales, el FSB puso el foco en la banca en la sombra, los criptoacti­vos y los pagos transnacio­nales, pero no mencionó que se estuviera larvando un riesgo sistémico relacionad­o con la deuda en los balances bancarios.

Los bancos tienen sus bonos reflejados a coste amortizado, lo que reduce su impacto en pérdidas

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Sede del Banco de España, en Madrid.

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