El BCE mantiene la coherencia
El BCE decidió ayer seguir su hoja de ruta y subir 50 puntos básicos los tipos de interés, desoyendo los cantos de sirena que llegaban desde unos mercados sobreexcitados por la crisis financiera desatada por el colapso de Silicon Valley Bank y la reedición de los problemas de Credit Suisse. Estos acontecimientos estaban abonando el argumento de que el banco central debía relajar su política monetaria para sofocar el incendio. Afortunadamente el BCE ha decidido mantenerse firme y salvaguardar su credibilidad al no dejarse arrastrar por el pánico. Los mercados reaccionaron bien ante la coherencia de una institución que ha sabido priorizar lo importante sobre lo coyuntural.
Con su decisión de ayer, la entidad que preside Christine Lagarde, restó importancia a la crisis puntual y dejó claro que su objetivo sigue siendo atajar las presiones inflacionistas que amenazan con crear un profundo problema en la economía de la eurozona. Es cierto que hasta el momento no ha logrado su objetivo. La inflación general ha empezado a moderarse, pero la subyacente sigue en niveles altos, aunque es de esperar que el endurecimiento de la política monetaria acabe frenando el sobrecalentamiento económico, que constituye todavía el verdadero peligro. Que no haya relajado la subida de tipos no quiere decir que el BCE no esté alerta ante una hipotética crisis financiera. De ahí que ayer no perdiera la oportunidad de recalcar una vez más las sólidas posiciones de capital que tiene la banca del Viejo Continente, mostrándose además dispuesto a inyectar la liquidez necesaria si persisten las dudas.