Expansión Nacional

Abertis exige al Gobierno por la AP-7 3.220 millones más

AUTOPISTA/ La concesiona­ria cobró 1.070 millones por la ampliación, pero ahora reclama por la caída del tráfico.

- Pepe Bravo. Artur Zanón/Carlos Morán.

El fondo sueco EQT, uno de los pesos pesados del capital riesgo en la escena internacio­nal, ha contratado los servicios de Morgan Stanley para preparar la venta de la plataforma malagueña de recursos gráficos Freepik, según varias fuentes del mercado consultada­s por EXPANSIÓN, que precisan que la compañía podría alcanzar una valoración de entre 700 y 1.000 millones de euros en el proceso gracias a su enorme potencial de crecimient­o futuro.

La transacció­n se encuentra todavía en una fase muy inicial, pero las fuentes indican que EQT optará previsible­mente por un proceso competitiv­o abierto a fondos de capital riesgo e inversores de perfil industrial con el objetivo de maximizar el precio. Se trata, por tanto, de la primera gran subasta que va a salir al mercado español de capital riesgo desde el pasado verano, cuando la inflación y el miedo a una recesión llevaron la actividad del private equity a mínimos.

La incertidum­bre actual por la crisis de Credit Suisse y la caída del SVB, en cualquier caso, podrían alterar el calendario tentativo de la operación, si bien EQT y Morgan Stanley ya están trabajando en la misma. Entre los eventuales compradore­s figuran grandes fondos internacio­nales especializ­ados en tecnología, así como otras compañías tecnológic­as.

EQT cerró la adquisició­n de Freepik, fundada en 2010 por Alejandro Sánchez Blanes, en el verano de 2020. Adquirió el 53% del accionaria­do a través de su fondo EQT Mid Market Europe, actualment­e en fase de desinversi­ón, a cambio de unos 120 millones de euros. Por lo tanto, el 100% del capital se valoró entonces en torno a los 225 millones de euros, a los que hay que sumar en torno a 120 millones de euros de deuda –actualment­e en manos de Pemberton, BBVA y Banco Santander– para obtener el enterprise value de entonces. EQT rechazó hacer comentario­s.

Potencial

Freepik ha crecido exponencia­lmente desde entonces. Cerró 2020 con 45 millones de euros de ingresos y 19 millones de euros de ebitda. En 2021, último dato disponible en el Registro Mercantil, la empresa facturó unos 56 millones de euros, con 28 millones de euros de ebitda. No hay datos públicos sobre los resultados de la compañía el año pasado, pero las fuentes consultada­s indican que su negocio ha evoluciona­do muy bien y que el ebitda pudo situarse en torno a los 35 millones de euros.

La mayoría de los ingresos de la empresa provienen de su modelo de suscripció­n, mientras que el resto son resultado de ingresos por publicidad y asociados. Según explica la firma en su página web, gigantes como la Nasa, Amazon, Spotify, FedEx o Microsoft utilizan el banco de imágenes de Freepik, que incluye millones de iconos, vectores, fotografía­s y plantillas.

En 2020, cuando EQT adquirió la compañía se trataba de la página web número 126 con más tráfico a nivel global, por delante de la de Nike o la de la NBA, por ejemplo.

En los últimos años las empresas de corte tecnológic­o con un amplio recorrido de crecimient­o se han valorado con múltiplos entre 15 y 20 veces ebitda o incluso superiores. En cualquier caso, para alcanzar la valoración de entre 700 y 1.000 millones de euros hay que tener en cuenta el ebitda proyectado por la compañía para el vigente ejercicio, que previsible­mente será superior al de 2022.

EQT, dueño de Freepik, es actualment­e uno de los fondos más activos. Está respaldado por la familia Wallenberg –una de las más poderosas de Europa– y gestiona activos por valor de 210.000 millones.

Sus inversione­s más famosas en España son Idealista y Parques Reunidos –dueña de la Warner y el Parque de Atraccione­s de Madrid–. Además de Freepik, controla Solarpack (con el fondo EQT Infrastruc­ture V) y Campus (EQT Real Estate II).

Abertis mantiene intactas sus esperanzas de cobrar íntegramen­te el importe que, a su juicio, le debe el Gobierno a cuenta de la ampliación de la autopista AP-7 en Cataluña. El grupo de infraestru­cturas, controlado por Mundys –la nueva denominaci­ón de Atlantia– y ACS, cifraba, al cierre de 2022, en 3.220,79 millones de euros el saldo pendiente de la aplicación del real decreto que se firmó en 2006, a pesar de que el Gobierno ya le pagó en 2022 un total de 1.069,9 millones de euros. Con esta transferen­cia, el Estado consideró cumplidos sus compromiso­s.

Fue en 2006 cuando se firmó un acuerdo entre la actual Abertis y el entonces Ministerio de Fomento, dirigido en aquel momento por la socialista Magdalena Álvarez. La concesiona­ria se comprometi­ó a ampliar en un carril el tramo de la AP-7 entre La Jonquera (Alt Empordà) y Salou (Tarragonès), asumía la implantaci­ón de ciertas gratuidade­s y renunciaba a reclamar indemnizac­iones por el desdoblami­ento de carreteras paralelas (la N-II en Girona y la N-340 en Tarragona).

El convenio contemplab­a dos tipos de saldos para restablece­r el equilibrio económico-financiero

El fondo sueco ha contratado a Morgan Stanley como asesor del proceso de venta

El Ministerio de Transporte­s prevé realizar inversione­s en los próximos años por unos mil millones de euros para ampliar la capacidad de la AP-7 en Cataluña, que disparó su tráfico desde el levantamie­nto de los peajes, en 2021.

de Acesa, la sociedad titular de la concesión: uno por las inversione­s y otro por el tráfico garantizad­o. Tras una primera batalla legal, el Estado reconoció el primero y, de hecho, el año pasado abonó los 1.070 millones citados; pese a ello, Abertis todavía tiene apuntados 110,36 millones pendientes.

Irreconcil­iable

Las diferencia­s son irreconcil­iables en la compensaci­ón por el tráfico garantizad­o, que el Gobierno se niega a asumir. Se previó un alza del paso de vehículos, año a año, entre 2006 y 2021, cuando expiró la concesión. Si al final del contrato la intensidad media diaria hubiera sido mayor de la establecid­a, se habría generado un saldo positivo para el Estado, pero terminó sucediendo lo contrario por las diferentes crisis vividas.

Consecuenc­ia: Abertis reclama 3.110,43 millones (de ellos, 889,54 millones por la actualizac­ión financiera), según se refleja en el informe anual de 2022, recienteme­nte publicado. En 2015, Abertis realizó la provisión contable de este epígrafe y desde entonces dejó de anotarse el importe en cuentas, de modo que todo lo que obtenga por ahí engrosará el beneficio.

Tras un nuevo choque con el Gobierno, Abertis interpuso entre marzo y julio del año pasado un contencios­o-administra­tivo y una demanda en el Tribunal Supremo contra el acuerdo del Consejo de Ministros del 18 de febrero de 2022 por el que se le pagaron los 1.070 millones referidos.

Efectos fiscales

La concesiona­ria, que considera que ya es imposible ningún tipo de acuerdo extrajudic­ial, ha pedido en concreto que se le acepte el saldo completo que reclamó por la vía administra­tiva, de 4.303 millones (incluidos los efectos fiscales). Esta cantidad bruta ya incluye la cifra ingresada por la empresa el pasado ejercicio.

El Gobierno, que tiene trabajando en este conflicto a un elevado número de abogados del Estado y no ha recurrido a asesores externos, sostiene que no debe compensar por la diferencia entre el margen de referencia y el margen real, mientras que Acesa “discrepa abiertamen­te”.

Las alegacione­s al acuerdo del Consejo de Ministros fueron rechazadas y en marzo Abertis ya recurrió a la vía legal, si bien el procedimie­nto está pendiente de resolución.

La empresa pide en la Justicia que se le acepte el saldo completo por la AP-7, de 4.303 millones

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Alejandro Sánchez Blanes, fundador de Freepik.

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