Xi debe lograr cesiones de Putin en Ucrania
La visita de Estado a Rusia que hoy inicia el presidente chino, Xi Jinping, la primera desde la invasión de Ucrania, adquiere un significado si cabe más decisivo tras las recientes crisis diplomáticas de ambos países con Estados Unidos. El descubrimiento de que globos espía chinos sobrevolaban territorio norteamericano, así como el accidente de un dron provocado de forma deliberada por cazas rusos han elevado la retórica agresiva en las últimas semanas. Aunque Pekín ha pretendido mantener una posición de equidistancia sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, tanto su desequilibrada propuesta de paz como el apoyo financiero y comercial brindado a Moscú han dejado patente su parcialidad. Por eso, si el presidente chino quiere propiciar un armisticio justo que ponga fin a las graves consecuencias humanas, económicas y geopolíticas del ataque ilegal ordenado por Putin contra Kiev hace casi trece meses, tiene que lograr cesiones palpables de su socio ruso, contra el que desde el viernes pesa una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra. El tiempo de las declaraciones bienintencionadas pero improductivas hace mucho que pasó. Sólo el inicio de una desescalada bélica haría creíbles los mensajes de Xi. Como líder indiscutido de las autocracias que rivalizan con Occidente –más aún tras lograr el reciente acercamiento diplomático entre Irán y Arabia Saudí–, el presidente chino debe demostrar con hechos que esta privilegiada posición que lleva décadas persiguiendo puede tener utilidad para el bien común, y no sólo para intimidar a las potencias rivales.