La ley de opas frena a American Tower
La norma obliga a la empresa de Estados Unidos a pagar el 100% de la compra en metálico
La batalla interna desatada en Cellnex por el proceso de selección de un nuevo consejero delegado –que llevó anteayer al relevo de su presidente– refleja la ansiedad que existe entre los accionistas y gestores del grupo, que lo ven minusvalorado en Bolsa cuando otras empresas de su sector están recibiendo suculentas ofertas de adquisición.
La semana pasada, Vodafone y KKR completaron la opa sobre Vantage, mientras que aparecieron noticias sobre el interés de Ardian por tomar el control total de la italiana Inwit.
Según fuentes del mercado, estas operaciones implican múltiplos de 25-27 veces el beneficio bruto operativo (ebitda) de las empresas de torres, mientras que Cellnex cotiza a menos de 20 veces. Otras transacciones previas, como las de Telxius y GD Towers (filiales de mástiles de Telefónica y Deutsche Telekom) también se realizaron a valoraciones superiores.
Los analistas de Jefferies calculan que la acción de Cellnex valdría 48 euros (ahora está en 34,5 euros) si se tomara la valoración de la entrada de Brookfield y DigitalBridge en GD Towers.
La razón de ese descuento es que los fondos de infraestructuras que compran estos activos buscan una rentabilidad inferior a la de los inversores bursátiles europeos, lo que les permite pagar precios más altos. Además, mientras la deuda es un lastre para las cotizadas (caso de Cellnex), en los mercados privados se ve casi como un recurso para elevar más el retorno del capital. En Estados Unidos, las compañías de torres sí cuentan con valoraciones más elevadas el existir un tipo de inversor menos conservador, diferencial que ahora existe en muchos sectores y explica la fuga de Ferrovial a Wall Street.
El modo más rápido de cerrar el descuento sería el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (opa) sobre Cellnex para excluirla de Bolsa.
Pero se trata de una operación enorme, de unos 45.000 millones de euros sumando adquisición del capital y la deuda. Pocos candidatos pueden acometer esta gigantesca inversión. Entre ellos suenan American Tower (grupo estadounidense del sector que en 2021 compró los activos de Telxius) y el fondo canadiense Brookfield.
Fuentes legales indican que uno de los asuntos que frena el potencial interés de American Tower es la legislación española de opas. La norma establece que las compañías cotizadas fuera de la Unión Europea deben pagar las opas en efectivo. Si ofrece acciones propias, tienen que facilitar al accionista la alternativa de recibir el dinero en metálico.
Fuentes del mercado señalan que, con los costes actuales del mercado de deuda, financiar la oferta por Cellnex totalmente en cash sería complicado, ya que además del pago por las acciones habría que recomprar sus bonos, si el ráting del nuevo dueño queda por debajo del de Cellnex.
En estas circunstancias, solo un troceo y reparto de los activos de la empresa española entre varias empresas y fondos podría facilitar esa financiación masiva.
Como alternativa para aflorar valor, apuntan los analistas, el próximo consejero delegado de Cellnex tendrá la opción de vender participaciones en algunos activos, lo que servirá tanto para reducir deuda como para reflejar el precio que esos negocios tienen para algunos fondos.