La Premier endurece las reglas de propiedad
Se amplían a derechos humanos y evasión fiscal.
La Premier League inglesa está reforzando sus pruebas para quienes poseen y dirigen clubes en la división de fútbol más rica del mundo ante las presiones del Gobierno británico sobre la competición para que refuerce la gobernanza. Las normas amplían los criterios que pueden dar lugar a la inhabilitación de los directivos de un club, incluyendo una lista más extensa de delitos penales que pueden tenerse en cuenta, como el fraude y la evasión fiscal.
También amplían el número de organismos reguladores pertinentes reconocidos por la liga para incluir a los reguladores financieros de Reino Unido, la Charity Commission, HM Revenue & Customs y la Gambling Commission. Según la liga, la suspensión por parte de cualquiera de estos organismos se considerará a partir de ahora un motivo de inhabilitación para los propietarios y directivos de los clubes.
Las sanciones del Gobierno y los abusos de los derechos humanos también impedirán que los individuos y las empresas posean equipos en la liga, mientras que los consejeros delegados de los clubes también estarán afectados por las normas.
Las reformas llegan tras la preocupación generalizada por el llamado sportswashing o blanqueamiento deportivo, el uso de la inversión en el deporte por parte de Estados o particulares para mejorar su reputación. Mientras tanto, los clubes de la Premier League, que este año generarán unos ingresos de 6.000 millones de libras, se han convertido en objeto interés para los inversores.
Los estadounidenses Clearlake Capital y Todd Boehly adquirieron el Chelsea por la cifra récord de 2.500 millones de libras en mayo, tras la imposición de sanciones al oligarca Roman Abramovich a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
En 2021, el Newcastle United fue comprado por un consorcio liderado por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí, lo que provocó las protestas de grupos defensores de los derechos humanos. Los clubes obligaron al anterior presidente de la liga, Gary Hoffman, a dimitir por su gestión del acuerdo.
Las reformas fueron aprobadas por unanimidad en una reunión de los 20 clubes de la liga celebrada el jueves, y entrarán en vigor de inmediato. En junio se propondrán nuevos cambios a los clubes.
Peter Frankental, director de asuntos económicos de Amnistía Internacional Reino Unido, señala que reconocer que los abusos contra los derechos humanos son un problema supone “un paso en la dirección correcta”, pero que “limitarse a comprobar si una persona figura en una lista de sanciones británica es un listón muy bajo”. Afirma que “la Premier League tiene que adoptar un proceso de selección activo y no limitarse a externalizar su auditoría financiera a terceros”.
La renovación de las normas de la Premier se produce en un momento en que la familia estadounidense Glazer estudia la venta del Manchester United. El multimillonario británico Jim Ratcliffe compite con el jeque Jassim bin Hamad al-Thani, hijo de un ex primer ministro qatarí, por adquirir el United, aunque los Glazer podrían optar por quedarse con el club. La gobernanza del fútbol está cada vez más en el punto de mira, en parte como consecuencia del intento fallido de lanzar una Superliga europea disidente en 2021. El Gobierno británico presentó el mes pasado sus planes para crear un regulador independiente del fútbol que supervisará las finanzas y la gobernanza de los clubes.
Las sanciones del Gobierno impedirán que los individuos y las empresas posean equipos en la liga
Las normas llegan tras la preocupación generalizada por el ‘sportswashing’ de Estados o particulares