Macron busca salvar su reforma de pensiones
El presidente francés, Emmanuel Macron, encara esta semana unas conversaciones críticas con los sindicatos convocantes de las protestas contra su reforma de las pensiones, que aumenta la edad de jubilación en el país vecino de los 62 años actuales hasta 64 años. La fuerte oposición sindical ha derivado en graves disturbios durante las diez jornadas de protestas celebradas por el momento, que obligaron incluso a suspender la visita de Estado del Rey Carlos III de Reino Unido, a las que se han sumado otros colectivos para mostrar su rechazo a la gestión de la crisis energética y los problemas del mercado laboral. El margen para negociar es muy estrecho, pues el presidente se niega tanto a renunciar a su reforma como a cesar a su primera ministra, Élisabeth Borne, como reclaman los sindicatos más radicales, ya que ambas concesiones a los manifestantes debilitarían su liderazgo y su credibilidad. Éstos mantienen convocada para el jueves una nueva jornada de paro nacional, pero Borne trata de tender puentes con las organizaciones menos radicales. Sin embargo, todo apunta a que la suerte del proyecto de ley, una de las promesas estrella de Macron en su campaña presidencial el año pasado para reequilibrar el deficitario sistema de pensiones, depende del Tribunal Constitucional, que el 14 de abril debatirá sobre la legalidad del procedimiento al que recurrió el Gobierno para aprobarlo sin pasar por la Asamblea Nacional dada la falta de los apoyos necesarios, así como la demanda presentada para que se someta a referéndum. Cuestión distinta es cómo podrá apaciguar a estas alturas Macron la revuelta en su contra.