Hoja de ruta hacia las cero emisiones netas
pasa, sin embargo, a liderar la clasificación por utilidad, con el 71% de las respuestas, frente al segundo lugar de 201819. Sustainalitycs (51%) y MSCI (49%) también suben un puesto. El número uno por utilidad en 2018-19, S&P Global ESG, es cuarto (42%).
En conjunto, los cuatro evaluadores más mencionados son Sustainalytics, MSCI, EcoVadis y Bloomberg. Según ERM, Sustainable Fitch, Refinitiv y FTSE4Good tuvieron la calificación más baja, tanto en calidad como en utilidad, por parte de las empresas, en línea con la opinión de los inversores.
Uso de sus servicios
El análisis indica que el 47% de los inversores utiliza los servicios y productos de calificación ESG de estos evaluadores varias veces por semana, un porcentaje que crece doce puntos respecto a la encuesta de 2018-19, lo que refleja la creciente integración de las calificaciones y datos ESG en las estrategias de inversión. El porcentaje sube al 94% cuando la consulta se realiza, al menos, una vez al mes (16 puntos más).
El Grupo de Acción de Sostenibilidad y RSE en las Empresas Públicas –liderado por Forética y compuesto por más de treinta entidades públicas, encabezadas por el ICO– ha configurado una hoja de ruta para que las compañías establezcan una estrategia de cambio climático ambiciosa y ser el punto de partida para alcanzar las cero emisiones netas. Con ello, se pretende contribuir a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), impulsando para ello sus agendas sostenibles.
Seis acciones marcan esta hoja de ruta: establecer un
La demanda de sus servicios ha aumentado exponencialmente en los últimos años
compromiso con el objetivo net zero; considerar el cambio climático como riesgo empresarial; fijar metas ambiciosas alineadas con la ciencia; gestión de las emisiones de Alcance 3; medidas de compensación y neutralización; y exigencia del reporte climático.
El Grupo ha abordado anteriormente asuntos como el compromiso con los nuevos marcos regulatorios de la UE, la contribución a la Agenda 2030 (con el foco en la transparencia, la economía circular y el voluntariado corporativo), la gestión de los riesgos no financieros o la contratación pública responsable.