EL SECTOR BIOFARMACÉUTICO, EN CIFRAS
La venta de la biotecnológica Sanifit a la farmacéutica Vifor Pharma en noviembre de 2021 marcó un hito en esta industria en España. La operación por esta empresa especializada en enfermedades relacionadas con la calcificación vascular es considerada la de mayor envergadura en el sector. El desembolso inicial fue de 204 millones pero, si se cumplen todos los hitos previstos en el contrato, tiene un valor potencial de 1.000 millones de euros. Es hasta la fecha la última gran venta en esta industria.
Al frente de Sanifit todavía se encuentra Joan Perelló. “No he acabado con mis objetivos en la empresa. Esperamos los resultados de los ensayos clínicos en fase III”, comenta el emprendedor balear un año y medio después de vender la start up. Sin embargo, su liderazgo al frente de la compañía no ha impedido que haya asumido nuevos roles dentro del ecosistema biotecnológico, como ser socio inversor de Ysios Capital.
Perelló forma parte de una hornada de bioemprendedores que empezaron a dar sus primeros pasos a mitad de la década de los 2000, han vendido sus empresas recientemente, y ahora completan el círculo virtuoso de la emprendeduría volviendo a implicarse en el sector. En este grupo también se encuentran Jordi Carrera y Rafael Bru, que traspasaron la barcelonesa Stat-Dx a Qiagen por 154 millones en 2018. Ahora, estos investigadores han puesto en marcha la start up DeepUll, especializada en el diagnóstico de la sepsis, y ya han levantado 17 millones. Otro caso destacado es Judit Anido, fundadora de Mosaic Biomedicals, empresa catalana que en 2016 se fusionó con la canadiense Northern Biologics y que en 2020 licenció sus activos con AstraZeneca y Boehringer. Anido ahora lidera Nuage, especializada en oncología.
Impacto en el tejido
“Estos tres casos, más allá de convertirse en modelos para otros emprendedores, tienen un impacto positivo para el ecosistema porque están empezando a contribuir en nuevos proyectos”, comenta la socia de Aliath Bioventures, Montserrat Vendrell. “Este tipo de dinámica es lo que tradicionalmente ha pasado en clústers como Silicon Valley o Cambridge y es lo que les ha llevado a ser exitosos”, añade la antigua directora del Barcelona Institute of Science and Technology y de Biocat.
La venta de empresas innovadoras no siempre ha estado bien vista.
Impacto económico En 2020.
“Existía y aún existe cierta preocupación de que las multinacionales se lleven los centros de innovación y producción, cuando en realidad estas operaciones lo que hacen es afianzar el tejido empresarial”, comenta el director general de la patronal sectorial Asebio, Ion Arocena. Entre la lista de operaciones, el directivo recuerda la venta de Celerix
Inversión en I+D
En millones de euros. ‘Start up’ biotech activas
En número de empresas.
Financiación de las
‘start up’
En millones de euros. 2016 2016 2017 2017 2017 2018 a TiGenix, la de StatDx a Qiagen o la más reciente de Viralgen a Bayer.
Arocena señala que estas transacciones, además, generan una externalidad positiva. “Con las ventas de estas compañías, se crea talento”, explica. “Tenemos perfiles que han recorrido todas las etapas y que pueden jugar un papel importante para afianzar nuevos proyectos en el papel 2018 2018 2019 2019 2019 2020 2020 2020 2021 de emprendedores, directivos, inversores o consultores”, señala.
Emprender es una opción cada vez más aceptada por los investigadores. Los datos de Asebio muestran cómo cada año se fundan cerca de una cuarentena de empresas biotecnológicas. Aunque la mortalidad de estas firmas es elevada, el número de empresas en activo ha ido en aumento año a año hasta alcanzar las 862 start up en 2020, último ejercicio con datos disponibles. En consonancia, la inversión de capital riesgo especializada también ha ido en aumento, hasta alcanzar los 183 millones en 2021, una cifra que casi duplica los registros de cinco años atrás.
La generación anterior
No es la primera vez que ocurre el círculo virtuoso en la biotecnología española. Tradicionalmente, los fundadores que han vendido sus empresas en el sector de la salud han retornado a la industria en nuevas posiciones. A principios de la década de los 2010 sobresale el caso de Antonio Parente, que vendió su empresa Lipotec a Lubrizol, el brazo industrial del millonario Warren Buffett. Tras hacer fortuna, Parente fundó años más tarde GP Pharm, especializada en producir medicamentos inyectables, y se convirtió en inversor de varias biotecnológicas y mentor de emprendedores.
Otro ejemplo destacado es el de Laureano Simón, que traspasó Progenika a Grifols por más de 60 millones en 2013, y desde entonces ha puesto en marcha varios proyectos biotecnológicos como Oncomatryx. También sobresale Cristina Garmendia como impulsora de Genetrix, empresa madre de Cellerix y Corerherapix, filiales que se vendieron en 2011 y 2015, respectivamente, a Tigenix. Garmendia es desde 2012 socia de Ysios Capital tras su paso por el Ministerio de Ciencia.
“Los fundadores y los CEO de ahora están mejor preparados que cuando fundamos Sanifit, porque ahora existen referentes con quien hablar”, afirma Perelló. “Incluso los inversores son mejores. En esta industria no había firmas especializadas. Acudías a los fondos y te preguntaban cuál era tu proyección de ventas, cuando sólo teníamos proyecciones de inversión”, se ríe. “El sector está en su momentum. Desde los profesionales que trabajan en las compañías, pasando por el tejido que hay detrás de ellas como inversores, abogados o asesores, se han enriquecido del conocimiento y se avanza más deprisa”, comenta Carrera. “Tardé un poco en plantearme la opción de emprender porque había muy pocos referentes por aquel entonces; Oryzon Genomics y poco más”, recuerda Anido. “Los nuevos emprendedores lo tienen mejor actualmente porque tenemos el conocimiento y nos hemos ganado la credibilidad con el sector farmacéutico y los inversores de que sabemos hacer las cosas”, concluye Anido.