El reto del Gobierno en Defensa
La industria de Defensa se ha posicionado como un sector estratégico en el plano económico y social. Cada vez somos más conscientes de que invertir en Defensa es hacerlo en nuestro bienestar. El sector de la Defensa es una industria con un peso relevante en nuestro PIB, tractora y vertebradora gracias a su cadena de suministro, creadora de empleo de calidad y, en el ámbito social, imprescindible para garantizar la libertad y la seguridad de nuestro país.
A pesar de su carácter estratégico, la Defensa, al igual que otros muchos sectores, está sufriendo un incremento en el precio de las materias primas, servicios, componentes, transporte y logística, agravado por la guerra en Ucrania. De hecho, en los dos últimos años, las empresas contratistas del Ministerio de Defensa han observado un fuerte incremento de costes en los distintos programas: un 16,7% en los terrestres; un 15,5% en los navales; un 20,3% en los aeronáuticos; un 21,1% en los sistemas y un 14,2% en los de sostenimiento del resto de programas. En conjunto casi un 18% de promedio.
Ante esta situación, el Gobierno introdujo medidas excepcionales en materia de revisión de precios de los contratos públicos, medida que, desgraciadamente, no tuvieron extensión a todos los contratos celebrados, por lo que la industria está sufriendo las consecuencias ocasionadas por este incremento. El sector considera que el Ministerio debe adoptar las acciones pertinentes para restablecer el equilibrio económico de cada contrato afectado.
Desde la industria proponemos que estas acciones introduzcan fórmulas excepcionales que garanticen la sostenibilidad de la industria y de las necesidades del Ministerio. Por ejemplo, aplicar la Ley de Contratos del Sector Público, que establece la posibilidad de modificación de los contratos públicos por causas sobrevenidas e imprevisibles, y aprobar medidas específicas y excepcionales que den una respuesta global e integral al aumento de dichos costes que permitan la inclusión de fórmulas de revisión de precios en los contratos del sector de la Defensa firmados o futuros, incluyendo los de suministros, servicios y mixtos. Así mismo, habilitar la compensación de daños y perjuicios sufridos por el contratista y la suspensión de penalizaciones.
Otros países de nuestro entorno, como Francia y Portugal, ya han adoptado medidas generales excepcionales para paliar las consecuencias de esta situación, a la que como problema adicional se añade unos índices de inflación superiores a los de los últimos años y que también afectan al sector de Defensa. Desde la industria española animamos a que se valoren alguna de estas acciones de cara a restablecer el equilibrio económico, reducir la incertidumbre y mitigar el riesgo de la inviabilidad de ejecución de los contratos.
Nos encontramos en un contexto internacional con una tensión sin precedentes y que muchos analistas comparan, incluso, con la Guerra Fría. Por ello, el Gobierno de está haciendo un importante esfuerzo a través del incremento de la inversión para que las empresas del sector sigan invirtiendo en innovación para mejorar nuestros sistemas de defensa y conseguir la autonomía tecnológica.
Inversiones públicas
De forma complementaria al aumento de la inversión en Defensa con la previsión de alcanzar el 2% del PIB nacional en 2029, es el momento de disponer de un gran acuerdo político y de una Ley de criterios de financiación de Defensa que nos permita una mayor previsibilidad de las inversiones públicas y, a las empresas, contar con la certidumbre del desarrollo de los diferentes programas.
Sin una seguridad de las inversiones públicas, los esfuerzos realizados por las empresas pueden no ser suficientes y resulta imprescindible que sigamos desarrollando productos y sistemas altamente competitivos y que mantengamos nuestra capacidad de exportación, que actualmente supone el 45% del material de Defensa que fabrican nuestras empresas.
La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto la importancia de la defensa de nuestras fronteras y nuestros sistemas democráticos. Tenemos, por lo tanto, que valorar dónde se encuentra la industria de Defensa española en estos momentos de crisis geopolítica mundial en los que, cada día, es más clara la importancia de la colaboración público-privada.
Por ese motivo, es momento de que el Gobierno de España desempeñe un papel proactivo que garantice la sostenibilidad de nuestra industria de Defensa. En paralelo, nuestras empresas continúan invirtiendo en I+D+I y desarrollando tecnología de vanguardia para garantizar nuestra soberanía tecnológica y la generación de empleo de calidad.