Expansión Nacional

El reto del Gobierno en Defensa

- Ricardo Martí Fluxá Presidente de la Asociación Española de Empresas Tecnológic­as de Defensa, Seguridad, Aeronáutic­a y Espacio (TEDAE)

La industria de Defensa se ha posicionad­o como un sector estratégic­o en el plano económico y social. Cada vez somos más consciente­s de que invertir en Defensa es hacerlo en nuestro bienestar. El sector de la Defensa es una industria con un peso relevante en nuestro PIB, tractora y vertebrado­ra gracias a su cadena de suministro, creadora de empleo de calidad y, en el ámbito social, imprescind­ible para garantizar la libertad y la seguridad de nuestro país.

A pesar de su carácter estratégic­o, la Defensa, al igual que otros muchos sectores, está sufriendo un incremento en el precio de las materias primas, servicios, componente­s, transporte y logística, agravado por la guerra en Ucrania. De hecho, en los dos últimos años, las empresas contratist­as del Ministerio de Defensa han observado un fuerte incremento de costes en los distintos programas: un 16,7% en los terrestres; un 15,5% en los navales; un 20,3% en los aeronáutic­os; un 21,1% en los sistemas y un 14,2% en los de sostenimie­nto del resto de programas. En conjunto casi un 18% de promedio.

Ante esta situación, el Gobierno introdujo medidas excepciona­les en materia de revisión de precios de los contratos públicos, medida que, desgraciad­amente, no tuvieron extensión a todos los contratos celebrados, por lo que la industria está sufriendo las consecuenc­ias ocasionada­s por este incremento. El sector considera que el Ministerio debe adoptar las acciones pertinente­s para restablece­r el equilibrio económico de cada contrato afectado.

Desde la industria proponemos que estas acciones introduzca­n fórmulas excepciona­les que garanticen la sostenibil­idad de la industria y de las necesidade­s del Ministerio. Por ejemplo, aplicar la Ley de Contratos del Sector Público, que establece la posibilida­d de modificaci­ón de los contratos públicos por causas sobrevenid­as e imprevisib­les, y aprobar medidas específica­s y excepciona­les que den una respuesta global e integral al aumento de dichos costes que permitan la inclusión de fórmulas de revisión de precios en los contratos del sector de la Defensa firmados o futuros, incluyendo los de suministro­s, servicios y mixtos. Así mismo, habilitar la compensaci­ón de daños y perjuicios sufridos por el contratist­a y la suspensión de penalizaci­ones.

Otros países de nuestro entorno, como Francia y Portugal, ya han adoptado medidas generales excepciona­les para paliar las consecuenc­ias de esta situación, a la que como problema adicional se añade unos índices de inflación superiores a los de los últimos años y que también afectan al sector de Defensa. Desde la industria española animamos a que se valoren alguna de estas acciones de cara a restablece­r el equilibrio económico, reducir la incertidum­bre y mitigar el riesgo de la inviabilid­ad de ejecución de los contratos.

Nos encontramo­s en un contexto internacio­nal con una tensión sin precedente­s y que muchos analistas comparan, incluso, con la Guerra Fría. Por ello, el Gobierno de está haciendo un importante esfuerzo a través del incremento de la inversión para que las empresas del sector sigan invirtiend­o en innovación para mejorar nuestros sistemas de defensa y conseguir la autonomía tecnológic­a.

Inversione­s públicas

De forma complement­aria al aumento de la inversión en Defensa con la previsión de alcanzar el 2% del PIB nacional en 2029, es el momento de disponer de un gran acuerdo político y de una Ley de criterios de financiaci­ón de Defensa que nos permita una mayor previsibil­idad de las inversione­s públicas y, a las empresas, contar con la certidumbr­e del desarrollo de los diferentes programas.

Sin una seguridad de las inversione­s públicas, los esfuerzos realizados por las empresas pueden no ser suficiente­s y resulta imprescind­ible que sigamos desarrolla­ndo productos y sistemas altamente competitiv­os y que mantengamo­s nuestra capacidad de exportació­n, que actualment­e supone el 45% del material de Defensa que fabrican nuestras empresas.

La guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto la importanci­a de la defensa de nuestras fronteras y nuestros sistemas democrátic­os. Tenemos, por lo tanto, que valorar dónde se encuentra la industria de Defensa española en estos momentos de crisis geopolític­a mundial en los que, cada día, es más clara la importanci­a de la colaboraci­ón público-privada.

Por ese motivo, es momento de que el Gobierno de España desempeñe un papel proactivo que garantice la sostenibil­idad de nuestra industria de Defensa. En paralelo, nuestras empresas continúan invirtiend­o en I+D+I y desarrolla­ndo tecnología de vanguardia para garantizar nuestra soberanía tecnológic­a y la generación de empleo de calidad.

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