Grandes inversores votan hoy en la junta de Credit Suisse para echar al presidente
Credit Suisse celebra hoy en Zúrich la última junta de accionistas de sus 167 años de historia, y se espera que muchos inversores –grandes y pequeños– aprovechen el acto para airear su frustración por la reciente crisis de la entidad que le ha llevado a un rescate de emergencia por parte de su viejo rival UBS.
Los accionistas no van a poder votar formalmente sobre esta fusión, forzada de manera urgente por las autoridades suizas el domingo 19 de marzo para evitar que Credit Suisse se fuera a la bancarrota, como poco antes le había sucedido en Estados Unidos a Silicon Valley Bank.
Una de las condiciones impuestas por el Gobierno helvético fue que los socios de los bancos no tuvieran que aprobar la transacción.
Como compensación por dejarles sin voto, los accionistas de Credit Suisse no se quedan de vacío en la fusión: recibirán títulos de UBS valorados en unos 3.000 millones de francos suizos (3.105 millones de euros). Esta valoración supone una caída de la cotización del 70% respecto a principios de marzo y del 90% en 12 meses. Pero peor parados todavía salen los dueños de los bonos convertibles contingentes (CoCos) emitidos por la entidad, que pierden toda su inversión, de 16.000 millones de francos suizos (110.000 millones de euros).
Evitar conflicto
En la agenda de hoy, por tanto, no hay ninguna referencia formal a la fusión. Además, el consejo de Credit Suisse ha retirado dos puntos del orden del día que iban a ser conflictivos, al entender que la unión con UBS los deja obsoletos: la aprobación de la gestión realizada en 2022 y el nuevo plan de bonus para los directivos.
Ante esos cambios, los inversores descontentos van a centrar sus quejas en la propuesta para renovar a los miembros del consejo de administración de Credit Suisse. Varios grandes fondos internacionales prevén votar contra la reelección de algunos miembros del órgano de administración, incluido el presidente Axel Lehmann. Según han confirmado a EXPANSIÓN, el fondo soberano de Noruega (Norges Bank Investment Management), el gran fondo de pensiones californiano Calpers y la gestora Calvert Investments (parte de Morgan Stanley Investment) prevén pronunciarse hoy contra el máximo responsable del banco, al entender que su labor de supervisión desde su nombramiento en enero de 2022 ha sido deficiente.
“Los accionistas tienen derecho a promover cambios en el consejo de administración cuando éste no actúa en el mejor interés para ellos”, explica el fondo noruego al justificar su voto contra Lehmann.
Glass Lewis, uno de los principales asesores de gobierno corporativo de los grandes fondos (los proxy advisors) ha recomendado también oponerse a la renovación del presidente. Basa este consejo en que Lehmann, que además de ser la máxima figura del consejo también lo es del comité de nombramientos y gobernanza, no ha aportado suficiente información sobre cómo el banco evitó potenciales conflictos de interés en la negociación que mantuvo para fusionar su división de banca de inversión con la firma de asesoramiento de Michael Klein (quien fue consejero de la entidad hasta octubre de 2022); y en el proceso de venta de una cartera de títulos a Apollo Global Management (inversor al que asesora una consejera de Credit Suisse).
El fondo de Noruega y Calpers prevén rechazar la reelección del presidente y de varios vocales del consejo.
Sin cabeza
En caso de que esta posición triunfara en las votaciones, Credit Suisse se quedaría descabezada durante los meses que le restan como entidad independiente, mientras se cierran todos los detalles de la integración en UBS. La presidencia podría ser asumida por algunos de los consejeros que queden en la entidad. Además, el CEO, Ulrich Körner, permanecerá en su puesto ya que no se somete a votación.
Credit Suisse tiene un sistema de doble consejo, al estilo alemán: el de supervisión (donde está el presidente y los consejeros independientes); y el ejecutivo, liderado por el consejero delegado.
En todo caso, es muy difícil
que prospere el voto de castigo de los fondos internacionales, salvo que se sumaran a esta postura los inversores árabes que poseen algo más del 20% del capital de Credit Suisse. En concreto, el Banco Nacional Saudí posee un 9,9%, Qatar Holding un 6% y Olayan Group un 4,9%.
El pistoletazo de la crisis lo dio Ammar Al Khudairy, expresidente del Banco Nacional Saudí, al descartar el 15 de marzo la posibilidad de inyectar más dinero en la entidad suiza. Como resultado de estas declaraciones, fue destituido.
También hay dudas sobre la actitud de BlackRock, cuyos fondos suman alrededor del 4,5% de Credit Suisse. El año pasado, con el banco envuelto en varios escándalos, la gestora estadounidense votó contra la gestión del consejo y contra la reelección de la vocal Ana Pessoa. Habrá que ver su postura hoy, después de que estudiara pujar por algunos activos del banco suizo antes de su rescate por UBS.
El proxy ISS, por su parte, sí apoya la reelección del consejo.
Quejas minoristas
Además del voto-protesta de grandes inversores, se espera que decenas de pequeños inversores pidan hoy la palabra para criticar al consejo por el hundimiento de Credit Suisse.
La junta se celebra en un pabellón deportivo de Zúrich, con capacidad para 11.000 espectadores.
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