El precio del litio, espejo de China
Cuando China sufre un cortocircuito, el resto del mundo recibe una descarga. El país fabrica la mayoría de los vehículos eléctricos (VE) del mundo. Controla las cadenas de suministro de baterías, aunque carece de grandes yacimientos nacionales de minerales que contengan litio. La ralentización de las ventas de VE en China ha afectado a la demanda de baterías. Los precios al contado del carbonato de litio han caído un 64% este año, a 27.298 dólares por tonelada.
A pesar de la abundancia mundial de litio, la escalada de los precios había reflejado la escasez de suministro del producto refinado utilizado en las baterías de los VE. El principal productor, Albemarle, anticipó recientemente que la demanda se multiplicaría por cinco de aquí a 2030. El grupo minero y refinador integrado cotizado en EEUU tiene uno de los costes de explotación más bajos del mundo.
Sin embargo, los productores de mayor coste, que representan suministros marginales de litio fabricado a partir del mineral de espodumena, mucho más barato, empezaron a pesar sobre los precios. En la actualidad, tanto Albemarle como su rival chilena SQM cotizan a las previsiones de beneficios más bajas de las últimas dos décadas.
La ralentización de las ventas de VE en China ha rebajado el precio del litio. En enero y febrero, el crecimiento interanual de las ventas de VE se ralentizó drásticamente en comparación con 2021 y 2022. Los VE fabricados en el país se decantan por las baterías fabricadas con carbonato de litio, frente a las fórmulas de hidróxido de litio más comunes en los VE no chinos.
Una recuperación económica en China podría mejorar las cosas en el mercado del litio, aunque el frenesí especulativo probablemente haya terminado. Quienes confíen en una recuperación de los precios del litio y en el potencial a largo plazo de la electrificación del transporte deberían considerar las acciones de Albemarle y SQM.
La semana pasada se conoció que unos 150 pubs han cerrado en los tres primeros meses de este año en Inglaterra y Gales, según las estadísticas del Grupo Altus.
Sin embargo, los males de los pubs son menos terminales de lo que afirman los que señalan su declive. Una parte reabre bajo un nuevo equipo gestor. Y algunas tendencias responsables del pesimismo son positivas.
Es cierto que el índice de cierres ha repuntado con respecto al año pasado. Los altos precios de la energía siguen empujando a muchos propietarios al cierre. Unos 6.600 pubs, el 14% del total, han cerrado en Inglaterra y Gales en la última década.
La desaparición de los pubs británicos tradicionales también coincide con el declive de la industria pesada. Antaño, los pubs eran un lugar donde los hombres se reunían para recuperarse tras una jornada de trabajo físico. Hoy, hay más mujeres en los trabajos, que por norma general beben menos. Y los hombres con familias pasan más tiempo con ellas.
Muchos pubs se esfuerzan por atraer clientes con buena comida y espectáculos en directo. Las ventas de los pubs fueron un 5,5% más altas en febrero que en 2019. Cada año desaparecen unos 400 de ellos. Es probable que el declive se estabilice. Pero si no fuera así, el último pub de Reino Unido no cerraría hasta dentro de un siglo.
La neerlandesa Signify, anteriormente Philips Lighting, tiene su origen en 1891, pero se constituyó en 2016 por la escisión de la división de iluminación de Philips, valorada en 3.000 millones de euros. La compañía es el líder mundial en iluminación para profesionales, consumidores e iluminación para el Internet de las Cosas.
Signify sigue utilizando la marca Philips, entre otras, y en 2022 tuvo ingresos de 7.514 millones de euros (+9,5%, pero +1,2% comparable), beneficio operativo ajustado de 762 millones (un 4% menos) y beneficio atribuido de 532 millones (+31%), cerrando con deuda neta de 1.685 millones (1,3 veces el ebitda). Del total de ventas, el 56% correspondió a soluciones digitales, el 33% a productos digitales y el 11% a productos convencionales (que tiene el mayor margen), y el 83% de las ventas son de productos LED.
Los márgenes del sector son modestos: en 2022 el margen operativo de Signify bajó 1,5 puntos, hasta el 10,1% y la guía 2023 en el punto medio del rango es del 11%. Signify emplea a 34.600 personas, cuenta con 46 fábricas en todo el mundo. Sus principales competidores son la alemana Ams Osram y las estadounidenses GE Lighting (hasta 2020 propiedad de General Electric) y Acuity Brands.
Con una capitalización de 3.650 millones, la cotización está un 47% por debajo del máximo de junio de 2021 y la rentabilidad por dividendo es del 5,2%.