Francia sigue en crisis con disturbios y un plantón sindical a Macron
EL ELÍSEO PLANTEA UNA NUEVA ETAPA/ El presidente admite la “cólera” por la reforma de las pensiones y busca calmar los ánimos con una mejora de los salarios y medidas contra la inflación y la desigualdad.
área disminuyeron un 1,8%, pero las ventas por valor aumentaron un 4,1%, lo que apunta a una incipiente recuperación de los precios. En marzo los precios de la vivienda nueva subieron a su ritmo más rápido en 21 meses.
La tasa de desempleo cayó al 5,3% en marzo desde el 5,6% de febrero, pero el desempleo juvenil alcanzó su segundo alza histórico registrado, con un 19,6%.
Los economistas auguran que el impulso económico de China será mayor en el segundo trimestre y consolidará la recuperación económica, ayudado por el bajo efecto base, aunque el consumo y la propiedad podrían tener dificultades para seguir creciendo con fuerza, mientras que las exportaciones podrían verse amenazadas por los mercados desarrollados más débiles. La administración de Xi también ha estado paralizada por la falta de credibilidad después de obstaculizar al sector privado, han señalado los expertos. Keyu Jin, profesor de la London School of Economics y autor de The New China Playbook, cree que el mayor obstáculo es la brecha en la demanda del sector privado, tanto en consumo como en inversión. “Llevará tiempo que la confianza vuelva a la economía china”, ha señalado. trimestre se situara en el 4,5%. “La economía china se ha sacudido claramente el malestar relacionado con el Covid y se está asentando en una trayectoria de crecimiento decente, aunque no espectacular”, escribe Eswar Prasad, de la Universidad de Cornell. “En la trayectoria actual de la economía (...) el objetivo de crecimiento para este año parece eminentemente alcanzable, salvo que se produzcan trastornos adversos importantes”. Sin embargo, que el impulso pueda mantenerse depende en parte de que Pekín evite los impredecibles bandazos políticos que han sacudido la confianza en los últimos años. Keyu Jin, de la London School of Economics y autora de The New China Playbook, afirma que el nuevo equipo de planificadores económicos está intentando evitar que un sistema de capitalismo “al estilo occidental” domine la política.
Pese a que el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, dio por zanjada la crisis social y política abierta por la controvertida reforma de las pensiones, nada hace indicar que el país vecino haya entrado en una nueva etapa, pese a los esfuerzos del Gobierno en proclamarla en sus declaraciones públicas. Los disturbios y las caceroladas continúan y también el malestar sindical.
Su objetivo es que el 1 de mayo sea una jornada de masiva de contestación. A la espera de ver si lo consiguen, ayer no acudió ningún representante de las principales centrales al Elíseo. Macron convocó a todos los agentes socioeconómicos para empezar a sentar las bases de lo que él denomina un nuevo “pacto sobre la vida en el trabajo”.
La subida supera las expectativas y apuntala el esfuerzo de Xi para restaurar la confianza
Calendario de trabajo
Su objetivo es abordar la “mejora de ingresos” y de las condiciones laborales y un “mejor reparto de la riqueza”, entre otros aspectos, en palabras de Macron. Su objetivo es que el documento esté cerrado antes de acabar el año, y hacer un primer balance del estado de las negociaciones sobre el 14 de julio, una fecha muy simbólica para los franceses. De esta forma, se quiere dejar clara la importancia que el presidente da a este tema.
Al encuentro sólo acudió la parte empresarial, representada por la Confederación de pymes Cpme, la Unión de Empresas Locales (U2P) –que aglutina a artesanos y profesionales liberales– y la principal patronal del país, el Movimiento de Empresas de Francia (Medef). Su presidente, Geoffroy Roux, dejó claro que los empresarios no permitirán al Elíseo imponer su calendario, puesto que “el diálogo social necesita tiempo”. Además, también recordó que “las negociaciones no son solo diapositivas de PowerPoint”, por lo que exigió concreciones.
Poco antes de la cita, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, señaló que se ha entrado en una nueva etapa, después de que el pasado viernes, el Consejo Constitucional ratificase la legalidad de gran parte de la reforma de las pensiones, que fue promulgada por Macron durante el fin de semana.
En una entrevista a la radiotelevisión estatal, Vérann señaló que “restringir las preocupaciones de los franceses a la cuestión de las pensiones sería no entender nada”. El Gobierno se mostró ayer muy proactivo con diferentes ministros realizando anuncios en materia de política social. De todos ellos, sobresalió el titular de Interior, Gérald Darmanin, quien aseguró que
“es tiempo de decir a las fuerzas del capital que aumenten los salarios”. Así lo dijo al canal todo noticias LCI.
Véran también minimizó el plantón de los sindicatos ya que, según dijo, el Gobierno les “necesita” para cerrar la “aplicación práctica” de la reforma de las pensiones. Sus palabras y las de Darmanin estaban plenamente alineadas con la declaración institucional que el lunes por la noche pronunció Macron y que retransmitieron los principales canales de televisión. La vieron más de 15 millones de personas, lo que refleja la gran expectación que generó.
Tras admitir el “cólera”, la “ira” y el “enfado” que ha provocado su reforma aprobada por decreto, el presidente planteó a sus detractores “cien días de apaciguamiento”. También dijo que la reforma de las pensiones era “necesaria” lo que para los críticos es un mal presagio a la hora de intentar poner fin a la crisis.
Un líder “desconectado”
“El apaciguamiento había que buscarlo en la reforma de las pensiones”, señaló Laurent Berger, secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), el sindicato con más afiliados de país. Desde la oposición, el líder de la izquierda populista de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, vio a Macron “completamente desconectado de la realidad”. La ultraderechista Marine Le Pen le acusó de vivir “en un mundo paralelo” y lamentó que no hablase de la inflación, informa RFI.
Francia acumula desde principios de año dos mociones de censura –una de las cuales Macron ganó por la mínima–, doce huelgas generales y sondeos muy adversos para el partido del presidente, La República en Marcha. Tras su discurso televisado, hubo caceroladas espontáneas y otra noche de altercados por todo el país que se saldó con 60 detenciones.