“Hay que agilizar los tiempos de respuesta para evitar que la Administración tributaria vaya mucho más despacio que el mercado”.
ENTREVISTA GONZALO GIL Socio del área Fiscal de Pinsent Masons/
“La estructuración fiscal se ha convertido en un equilibrio muy fino entre la eficiencia desde el punto de vista del negocio y evitar estructuras demasiado creativas”. Gonzalo Gil, socio del área Fiscal de Pinsent Masons, conoce de primera la mano las inquietudes de los fondos y los inversores internacionales. Con un equipo de aproximadamente 500 abogados y más de 100 socios a nivel global, los Servicios Transaccionales del despacho cuenta en España con 5 socios, entre los que se encuentra Gil como responsable del área de Fiscal, y un equipo de más de 10 abogados. “No vemos a los fondos especialmente preocupados, lo que sí se han vuelto en los últimos tiempos es mucho más conservadores”, afirma.
Gil aprecia un denominador común entre los fondos y los inversores internacionales. “Están dispuestos a asumir un coste fiscal mayor, siempre que sea razonable, a cambio de una mayor tranquilidad”, asegura. El abogado estima que la seguridad jurídica y la certeza tributaria se han convertido en los principales asuntos que más valoran las compañías. “Quieren implementar estructuras que les den confianza. No buscan la máxima eficiencia fiscal si el coste es el de ser demasiado creativos y con posibilidades de que se cuestione en un futuro por la Administración”, explica.
El fiscalista considera que esta tendencia sigue la línea de lo buscan las grandes reformas fiscales nacionales internacionales. “El legislador está enfocando su desarrollo normativo en los últimos tiempos en evitar que las empresas puedan utilizar esquemas complejos. Lo hemos visto
Así es el equipo fiscal de la firma
con toda la reforma del Impuesto sobre Sociedades (IS) y la reforma internacional del Proyecto Beps de la OCDE y los Pilares I y II”, explica.
Gonzalo Gil recuerda que “antes la prioridad era intentar que los costes fiscales fuesen más reducidos. Ahora, ha cobrado mucha importancia el factor reputacional. Si un cliente es demasiado agresivo, puede acabar incurriendo en una revisión de su estructura fiscal, con los costes adicionales de litigación”. Según el abogado, lo que los clientes más reclaman para evitar estas situaciones es la seguridad jurídica.
“Es verdad que la Administración tributaria española tiene fama de ser especialmente agresiva, pero yo no creo que diste mucho del resto de servicios tributarios de la Unión Europea (UE)”, precisa Gil.
“En cualquiera de estos países, las estructuras agresivas también son cuestionadas”, añade.
En cualquier caso, Gonzalo Gil destaca que los inversores que están acostumbrados a operar en el marco de la
Unión Europea conocen ya de sobra el funcionamiento. “No les preocupa en exceso la inseguridad jurídica y tienen claro que esquema van a utilizar”, dice. Sin embargo, el caso es distinto para aquellos que vienen de fuera a invertir por primera vez. “Éstos si te plantean muchas dudas”, afirma. “Sobre todo lo vemos con inversores de Asia y América. Los que no tienen el tamaño de los fondos grandes y no han venido a España nunca no tienen claros todavía los pros y los contras de cada estructura”, añade.
Si hay algo que sí notan los fiscalistas en España, tanto extranjeros como los nacionales, es la capacidad de mejora a la hora de relacionarse con la Administración. “Hay margen de mejora”, indica Gil. “Si vemos cómo se gestionan los tax rulings en otros países de la
Profesionales: Con un equipo de alrededor de 500 abogados y más de 100 socios a nivel global, el equipo de Servicios Transaccionales de Pinsent Masons cuenta en España con 5 socios, entre los que se encuentra Gonzalo Gil como responsable del área de Fiscal, y un equipo de más de 10 abogados,
Áreas de actuación: El departamento fiscal del bufete tiene un perfil 100% transaccional. El trabajo liderado por Gonzalo Gil sirve de apoyo las áreas fundamentales del despacho, entre las que se encuentran corporate, real estate y finance.
Unión Europea, España tiene margen suficiente para flexibilizar el proceso”, añade el fiscalista.
Es habitual que las compañías e inversores expresen sus dudas ante las autoridades tributarias antes de firmar una operación. “En otras jurisdicciones es más fácil acceder a la Administración. El criterio, luego, será el que tenga que ser, pero al menos sales de estas reuniones con una idea de lo que piensa la agencia competente”, considera Gonzalo Gil. “En España, hay que agilizar los tiempos de respuesta para evitar que la Administración tributaria vaya mucho más despacio que el mercado. Los inversores necesitan, sobre todo, certidumbre”, añade el abogado.
Gonzalo Gil ha constatado que los órganos de gobierno de los fondos y los consejos están cada vez más encima de los asuntos fiscales. “Los fondos están ahora más implicados en sus participadas. Suelen analizar las decisiones de invers ión más importantes y, ahí, suelen introducir a su equipo fiscal para que valore la operación”, explica. “Es un aspecto fundamental antes de poner a funcionar al equipo de corporate para realizar la operación. Antes de iniciar cualquier paso, las compañías quieren tener claro las implicaciones fiscales”, añade.