Los súper renegocian contratos y reducen surtido frente a la inflación
OBJETIVO: PROTEGER LOS MÁRGENES/ El sector responde a la presión de los precios con más promociones y marca blanca, pero menos surtido y aperturas. El mercado se concentra en Europa, pero no en España.
“En los próximos meses veremos una ralentización de la inflación de los alimentos si la geopolítica y la sequía no complican la situación”, indicó la semana pasada Ignacio González, presidente de Aecoc, la patronal del gran consumo. “Los precios van a ir descendiendo en un plazo razonable a medida que se vayan relajando los costes”, señaló apenas unos días antes Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas.
Los mensajes que adelantan una normalización de los precios de la alimentación se están multiplicando en las últimas semanas, a medida que empiezan a verse indicios de una moderación de costes. No obstante, por el momento los datos siguen mostrando una enorme presión que afecta tanto a los bolsillos de los consumidores como a los márgenes de las empresas.
La respuesta de los supermercados está siendo una batería de medidas que incluyen reducciones de surtido, renegociaciones de contratos con proveedores, el desvío de las inversiones destinadas a aperturas a la parte de operaciones en busca de eficiencias o impulsar las promociones y la marca blanca para ganar en competitividad, entre otras.
La estrategia intenta caminar sin perder el equilibrio por la estrecha línea que separa el tratar de defender o ampliar la cuota de mercado a la vez que se protege el margen, aunque se da por hecho que 2023, como ya ocurrió el pasado año, volverá a ser un mal ejercicio para la rentabilidad. El panorama sigue siendo de extrema incertidumbre.
Los precios, desbocados
El IPC de los alimentos y bebidas no alcohólicas alcanzó el 16,5% en marzo, cinco veces más que el índice de precios general. Los datos de Circana –la empresa surgida de la integración de IRI y NPD– muestran un alza del 14,9% en los precios de la alimentación, bebidas y frescos en marzo frente al mismo mes del año anterior, aunque “hay que tener en cuenta que hace un año ya se había producido un importante crecimiento de tarifas (+7,4%) por el efecto de la guerra en Ucrania”, señala la consultora, que cifra en un 22,9% el incremento acumulado en los últimos dos años. Y, pese a ello, matiza que la industria no ha trasladado al consumidor la totalidad del alza de costes que ha sufrido.
“Los precios se han seguido incrementando en el inicio de 2023”, explica Ignacio Biedma, consultor de NielsenIQ, que detalla que medidas como la bajada del IVA aprobada por el Gobierno para algunos productos “se notó sólo en las primeras semanas y de forma limitada”.
Los datos de Circana muestran que el sector del gran consumo ha crecido un 9,9% en valor en los primeros tres meses de 2023, un incremento impulsado únicamente por los precios, ya que las ventas en volumen se han reducido un 4,5%.
Si sólo se considera la alimentación, hay datos más que llamativos. La subida de precios alcanzó el 19,6% en marzo, provocando un desplome sin precedentes del 10% en las ventas en volumen, según Nielsen IQ.
El azúcar, el alimento que lidera las subidas de precios en el último año con un 40,6%, registra ya una disminución de su demanda del 17,9%. No es un caso aislado. El arroz ha subido sus tarifas un 25%, con un descenso del 24,5% en volumen, mientras que los derivados lácteos (leche, mantequilla o nata) también crecen por encima del 20% a nivel de precios, mientras registran, en paralelo, importantes bajadas en su demanda.
“Lácteos, huevos, azúcar y aceite de oliva, además de ser productos esenciales en las cocinas, son ingredientes base en la producción de numerosos productos elaborados, por lo que su encarecimiento tiene una alta repercusión en los costes del gran consumo en general”, explican desde la consultora Circana.
La visión general es que la relajación de los costes energéticos y del transporte se irá trasladando poco a poco a los precios de los alimentos, que pueden mantenerse a niveles muy elevados al menos durante la primera mitad del año para empezar después a moderarse. Y, pese a ello, existe mucha incertidumbre, ya que la amenaza de una disminución de la producción agrícola por culpa de la sequía puede hacer que la esperada relajación se evapore.
Movimientos tectónicos
Además de la caída de las ventas en volumen, la inflación de precios está generando toda clase de efectos secundarios en el mercado de la distribución alimentaria. El cliente, en general, ha incrementado sus visitas a las tiendas, pero compra menos productos en cada una de ellas y, sobre todo, opta por elegir artículos de menor valor y más marca blanca.
La enseña de la distribución alcanzó en 2022 una cuota de mercado del 29,2% en España, casi tres puntos más que un año antes, según el estudio State of Grocery 2023, elaborado por McKinsey. El incremento es el más alto registrado en Europa, a excepción de Alemania, pero la comparativa con otros países muestra que aún hay mucha capacidad para que gane peso, ya que la marca propia supone el 50,9% de las ventas en Reino Unido, el 43,7% en Países Bajos y más del 35% en Francia o Bélgica.
“El mercado español todavía tiene mucho margen para que la marca de distribuidor siga creciendo y, además, se ha convertido en el mayor aspecto de diferenciación para las cadenas en un contexto tan marcado por los precios”, indica María Miralles, socia al frente del sector de Consumo, Retail y Moda en Iberia de McKinsey & Company.
Otra estrategia con mucho recorrido son las promociones, que representaron el año pasado el 11,8% de las ventas del sector en España, la cifra más baja de Europa, donde la media superó el 20%, aunque países como Italia o Suecia alcanzaron el 33,7% y el 37,7%, respectivamente.
A pesar de que Carrefour lanzó un agresiva estrategia promocional a finales del año pasado, el sector no se ha empezado a agitar hasta 2023. Eroski movió ficha primero con una cesta de 1.000 productos básicos a precios más asequibles; luego respondió
El azúcar y el arroz registran caídas de ventas en volumen superiores al 20% por sus altos precios
La sequía amenaza la moderación de precios prevista en el sector para los próximos meses