Electorales
ya ha generado enfrentamientos entre dos de sus socios prioritarios, PNV y EH Bildu y ha descolocado al PSPV que insiste en que nunca gobernará con los abertzales (espero que no haya que volver a tirar de hemeroteca cuando cambien de opinión). Además, las encuestas auguran que Podemos, que llegó a ser la fuerza más votada en la región, quedará fuera del parlamento de Vitoria. Y Sumar, probablemente también, porque buena parte del voto de la izquierda se está deslizando a EH Bildu. Cuatro fuerzas importantes del bando del poder luchando por su parte del pastel. Al final, todo parece indicar que el PNV conservará el poder por penaltis, como el Athletic Club de Bilbao el sábado, con el apoyo socialista.
Luego vendrán las elecciones autonómicas en Cataluña, cuya precampaña está ya incendiando el escenario político nacional. Ayer mismo, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, se pitorreaba de los cambios de criterio de los socialistas (sus socios) en el Senado, afirmando que: “la amnistía es inevitable, como lo será el referéndum de autodeterminación”. El pobre candidato del PSC, Salvador Illa, volvía a insistir en que nunca pactarán una consulta por la independencia catalana. Es un mantra que repiten desde Ferraz y desde La Moncloa, con el mismo entusiasmo que negaban la amnistía.
También ayer, el Tribunal Supremo citaba a declarar como investigado por un posible delito de terrorismo a Carles Puigdemont, con fecha del mes de junio. El líder independentista fugado a Waterloo había dejado la semana pasada su residencia en Bélgica para acercarse a una pequeña localidad francesa junto a la frontera con España; como diciendo que ya estoy en camino hacia el Palacio de la Generalitat.
Pase lo que pase en abril y mayo, el bando del poder llegará cuarteado a la tercera cita electoral, en la que los fuerzas independentistas de izquierdas (EH Bildu, ERC y BNG) presentarán una candidatura conjunta. Por esas fechas, se conocerá el recorrido de la Ley de la Amnistía, que podría recibir el frenazo del Tribunal Constitucional o de la Justicia Europea, ante los recursos o las cuestiones prejudiciales que se presentarán en breve. El pegamento que une a todas las fuerzas que apoyan a Sánchez se va desgastando día a día.
La encuestas que se vienen publicando en los últimos días confirman el ascenso del partido de Alberto Núñez Feijóo y la caída de los socialistas, junto a sus aliados a su izquierda, Podemos y Sumar. Es verdad que el PP no espera obtener unos buenos resultados en las autonómicas vascas y catalanas, pero sí en las elecciones al Parlamento Europeo. Con la llegada del verano, podríamos asistir a un cambio de escenario en los apoyos al PSOE y al PP. Aunque, pese a la debilidad creciente de Sánchez, solo él tiene la potestad de convocar elecciones generales y buscará nuevos subterfugios para consolidar el bando del poder.