El recorte de jornada penalizará el alza del PIB y el empleo
La reducción de la jornada laboral que plantea el gobierno supondrá un fuerte impacto sobre la actividad económica, ya que dará una vuelta de tuerca a los costes laborales, lo que frenará la creación de empleo, lastrando el crecimiento del PIB y la reducción del paro. Un cuádruple impacto sobre la economía nacional que frenará el desarrollo económico tanto este año como el próximo, de acuerdo con el informe Human Capital Outlook, publicado por el Instituto EY Sagardoy Talento e Innovación. La reducción de la jornada laboral anunciada por el Gobierno, de las actuales 40 horas semanales a las 38,5 este año y a las 37,5 el que viene, “podría afectar a 8 millones de asalariados”, casi la mitad del total, según las cifras de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística desgranadas por el informe. Y, dado que “el exceso de horas trabajadas”, entendido como la diferencia entre la jornada efectiva y el nuevo límite propuesto, alcanza 28,9 millones de horas semanales en el último año, (el 5,5 % del total de horas efectivas)”, sin que haya una reducción proporcional del sueldo, esto supondrá un aumento de los costes laborales efectivos por hora trabajada.
Así, el incremento de los costes laborales equivaldrá al 1,5% del PIB y, “sin medidas compensatorias que alivien este aumento”, este golpe se trasvasará tanto al empleo como al crecimiento ya que las empresas tratarán de paliar este aumento de los costes laborales con un ajuste de sus plantillas, lo que llevará a un “recorte del tiempo de trabajo que restaría en torno a 6 décimas al crecimiento medio anual del PIB durante el próximo bienio y 8 décimas al del empleo”. Esto es, un 1,6% entre ambos años. Durante los últimos años el Gobierno ya ha puesto numerosos palos en las ruedas del mercado laboral, como es el caso de los incrementos de las cotizaciones sociales, las subidas del SMI o la dificultad para despedir a quienes abusan de las bajas laborales. Por ello, el informe reclama “políticas orientadas a minorar los costes no salariales e incentivar la cooperación entre empresas y trabajadores que contribuirían a acentuar los efectos positivos de la reforma, mitigar los negativos y mejorar la competitividad”.
Por otro lado, este informe, elaborado por el socio responsable de EY Insights y ex secretario de Estado de Empleo del anterior gobierno del PP, Juan Pablo Riesgo, también constata un fuerte incremento de las dimisiones, especialmente entre los indefinidos. El número de bajas a la Seguridad Social por abandono voluntario ha vivido una senda alcista a lo largo de la última década, interrumpida puntualmente por la pandemia, y ya se encuentra de nuevo en máximos. El número de dimisiones rozó los 2,8 millones de casos en 2023, triplicando con creces las cifras de 2012. Una gran diferencia entre ambos años es que, si a principios de la década pasada dos terceras partes de quienes renunciaban a su empleo eran temporales, ahora “la explosión de los abandonos voluntarios” de trabajadores fijos ha hecho que más del 80% de los abandonos entre los asalariados no pluriempleados corresponda a afiliados con contratos indefinidos.
El estudio, de EY y Sagardoy señala también que las dimisiones se triplican desde 2012