Irán no quiere dañar su negocio de crudo
Apesar de las propiedades combustibles del crudo, los conflictos armados cercanos a los grandes productores de petróleo –primero Rusia y ahora Irán– no han inflamado una subida sostenida del precio. El crudo Brent cayó este lunes por debajo de los 90 dólares el barril tras el ataque de este fin de semana a Israel por parte de Irán.
¿Por qué está tan relajado el mercado del petróleo ante la escalada de las tensiones regionales?
El precio del petróleo puede autorregularse cada vez más. La subida del precio del crudo aviva el temor a una reaceleración de la inflación general de los precios. Esto eliminaría uno de los factores detrás del reciente repunte de los valores de la renta variable. Es poco probable que los precios de las materias primas sigan subiendo si los bancos centrales empiezan a restar importancia a la perspectiva de rebajar los tipos de interés.
Los precios mundiales de las acciones han subido un 20% desde octubre, anticipando un punto de inflexión para los tipos de interés. Esa esperanza ya ha disminuido.
El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, insinuó este mes que el banco central avanzaría despacio. Previendo problemas, el rendimiento de los bonos estadounidenses ha subido este año. Los operadores de tipos de interés esperan menos de la mitad de rebajas por parte de los bancos centrales mundiales que a principios de año.
Como consecuencia, los mercados de renta variable ya se muestran más nerviosos, lo que no es positivo para el petróleo.
Desde el año 2000, el precio del petróleo rara vez ha seguido subiendo cuando el S&P 500 ha registrado un descenso sostenido. Eso ocurriría seguramente si el precio del petróleo se disparara en una guerra total entre Irán e Israel.
Rystad Energy sostiene que los productores de la OPEP+ también podrían utilizar sus casi seis millones de barriles diarios de capacidad sobrante si se apreciase que la subida del precio amenaza el próximo movimiento de los bancos centrales.
Los operadores también podrían estar cuestionando el alcance de la amenaza militar de Irán. El país no querrá perjudicar sus propias exportaciones de petróleo. Éstas han aumentado notablemente en los últimos años, desde un mínimo de unos 400.000 barriles diarios en el año de la pandemia de 2020 hasta cerca de 1,4 millones de barriles diarios recientemente, según Richard Bronze de Energy Aspects. Casi la totalidad se transporta a China desde el Golfo a través del estrecho de Ormuz. China medió el pasado mes de marzo en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí tras siete años de disputa.
El mayor cliente de Irán no querrá que esto se deshaga, ni Irán desea amenazar sus ingresos por exportaciones. Su reciente intento fallido de incrementar el coste de su petróleo con descuento a sus clientes chinos pone de manifiesto una mala posición negociadora.
Es cierto que el precio del petróleo podría subir si siguen las hostilidades. Pero mientras los políticos se apresuran a evitar nuevos conflictos, los mercados ya están indicando sus temores a que los bancos centrales mantengan altos los tipos de interés durante más tiempo. Esto debería ayudar a mantener el petróleo dentro de un rango de precios en los próximos meses.