Expansión Nacional

“Jugar en primera exige invertir y compromete­rse más”

Consejero delegado y presidente de Chocolates Trapa. GERARDO FERNÁNDEZ CALVO

- Emelia Viaña.

Confeso amante del chocolate con leche, Gerardo Fernández Calvo asumió el cargo de CEO y presidente de Chocolates Trapa hace ya una década cuando su familia decidió rescatar una empresa fundada en 1891 por monjes trapenses en la localidad de San Isidro de Dueñas (Palencia). Ese gesto que buscaba hacer rentable a una marca que se jactaba de ser artífice de los primeros bombones que se fabricaron en España en los años sesenta del siglo pasado podía haberse convertido en una experienci­a amarga para Fernández si las cosas no hubieran salido como estaban planificad­as, pero el balance es positivo y ahora toca presumir. “Del millón y medio de euros que facturaba Trapa en 2013 hemos pasado a ingresar 39,3 millones en 2023, lo que supone un incremento del 46% respecto a 2022”, argumenta Fernández, que añade: “Hemos cumplido el objetivo de ser rentables a pesar del contexto inflaciona­rio y de la subida de precios generaliza­da y, en especial, del cacao. Y lo hemos hecho repercutie­ndo un escaso porcentaje de esa subida a nuestros productos”.

Fernández tiene más motivos para presumir y lo hace durante una conversaci­ón con EXPANSIÓN tras la publicació­n de estos resultados. “Hace diez años iniciamos una nueva etapa caracteriz­ada por la innovación y por la conciencia social y medioambie­ntal. Eso nos ha llevado a mejorar nuestra eficiencia a través de una instalació­n solar de autoconsum­o en la fábrica, a eliminar el aceite de palma de toda la gama, que además está libre de gluten, grasas hidrogenad­as y ácidos grasos trans, y a entrar en nuevas categorías de productos”, argumenta Fernández, que junto a su equipo, ha conseguido además internacio­nalizar una enseña que ha invertido más de 35 millones en ampliación y equipamien­to de la fábrica, en personal y en I+D+i. “El 33% de las ventas ya correspond­en a la exportació­n”, continúa el CEO y presidente de Trapa.

Pero Fernández, que es licenciado en Administra­ción de Empresas y que cuenta con un máster en Marketing y Gestión Comercial por ESIC y un programa de desarrollo directivo en IESE, es consciente de que el pasado no resolverá los retos que el mercado tiene por delante y ya habla de cómo serán los próximos diez años. ¿Venderá su familia la marca? “Estamos muy tranquilos y orgullosos con lo que hemos hecho hasta ahora. No hay grandes accionista­s que agobien el proyecto, que le pidan más, así que de momento no es algo que nos hayamos planteado”, explica el directivo, que presume de otro aspecto consciente de que podrá hacerlo por poco tiempo. “Ser pequeños nos da flexibilid­ad y es una ventaja cuando hay que tomar decisiones, pero somos realistas y sabemos que algún día dejaremos de serlo”.

Para ello, Trapa deberá atraer un talento que esté dispuesto a trabajar en una población pequeña donde hay pocos atractivos sociales o culturales. Hoy la marca emplea a más de 150 personas, pero para ser grandes necesitará muchos más –hace diez años eran poco más de sesenta–. “Estamos a punto de entrar en el top diez de las marcas de chocolates que más facturan en España y competimos con multinacio­nales como Mondelez Internatio­nal, Ferrero o Nestlé y con grandes marcas españolas como Valor. Es un hito, pero jugar en primera exige invertir más, compromete­rse más”, afirma Fernández, que llegó a este proyecto movido por un sentimient­o que hoy se mantiene vivo.

¿Es compatible con ser empresario y querer ganar dinero? “Hemos demostrado que sí. Somos una familia palentina que sentimos que debíamos reflotar una empresa que es un símbolo de la provincia y de toda Castilla y León. Es un compromiso con la tierra. Es un orgullo fijar población aquí y que otras empresas lleguen a Palencia gracias a nosotros”. Tan claro lo tiene Fernández que asegura que en cinco años Trapa debería duplicar su facturació­n y dar respuesta así al reto social de llenar esa España vaciada de la que pocos parecen acordarse.

Lo que Trapa no pierde de vista es su compromiso con la salud. Lo hace centrando el foco en el chocolate negro. A productos icónicos como sus bombones Cortados y Bombonísmo­s, en los últimos años se han añadido además una línea de bombones sin azúcar; la gama de tabletas Intenso; otra de tabletas con estevia y 0% azúcares añadidos; nuevas referencia­s y formatos de chocolate en polvo; las gamas TrapaKids y Trapamilk, pensadas para los más pequeños; un amplio surtido de turrones y una gama de helados. ¿Significa esta apuesta que Fernández dará de lado al chocolate con leche? “No, es un placer indulgente y a veces hay que concederle al cuerpo y a la mente pequeños caprichos”, concluye Fernández, que también es vicepresid­ente de Mahou San Miguel.

“Ser pequeños nos da flexibilid­ad y es una ventaja cuando hay que tomar decisiones”

Trapa facturó 39,3 millones de euros el año pasado, lo que supone un incremento del 46% respecto a 2022

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La familia Fernández Calvo rescató Trapa hace diez años con el objetivo de que siguiera siendo la referencia que siempre había sido. Hoy, bajo la presidenci­a de Gerardo Fernández Calvo, la marca sigue apostando por la innovación y la conciencia social y medioambie­ntal.

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