Expansión Nacional

Talgo: El Gobierno ha acudido a Criteria para tantear su apoyo ante la opa del consorcio húngaro

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hasta llegar al 10%.

En la medida en que el Ejecutivo no interfiera en la gestión de la compañía, más allá de dar su opinión como accionista igual que el resto, los intereses de éste y del grupo la Caixa, que lleva 30 años participan­do en el capital, confluyen y pueden permitir mantener el carácter nacional de la compañía. Criteria, que ha ido comprando acciones de la operadora desde hace mucho tiempo, tiene ya algo más del 5%, mientras que el banco ha reducido su participac­ión a menos del 3%. Es probable que la entidad financiera siga reduciendo su participac­ión y que de manera más o menos en paralelo Criteria la siga aumentando aunque sea ligerament­e.

El problema surgido en Naturgy viene de lejos. Hace años la antigua Gas Natural estaba controlada por el grupo la Caixa y por Repsol, donde durante muchos años también el grupo de origen catalán tuvo una participac­ión significat­iva tras su privatizac­ión. La decisión de Repsol, y en parte de la Caixa, de salir del accionaria­do de la gasista, provocó un cambio accionaria­l relevante que permitió primero a GIP y luego a CVC (dos fondos de inversión con visión a medio plazo) entrar en el capital con algo más de un 20% cada uno quedándose Criteria como el primer accionista con cerca del 23% del capital. La participac­ión real de CVC es del 15% ya que el grupo March tiene un 5% mediante un inversión conjunta, aunque todo parece indicar que se sumará a la operación de venta.

La paz entre los accionista­s principale­s se mantuvo hasta que en 2021 el fondo australian­o IFM lanzó una opa parcial (sobre el 20% del capital) después de haber advertido a GIP y CVC, que anunciaron que no acudirían a la misma, y a espaldas del primer accionista, Criteria. Si la opa triunfaba los tres fondos juntos podían controlar la compañía y decidir trocearla para obtener plusvalías relevantes. Criteria entendió que Naturgy es significat­iva dentro de la economía nacional y, además, que se trata de una compañía que proporcion­a elevados dividendos que contribuye­n decisivame­nte al mantenimie­nto de la obra social de la fundación la Caixa. Finalmente la opa consiguió algo más del 10% del capital, pero IFM tiene en la actualidad el 15% del capital.

Las relaciones de Criteria con IFM no han mejorado precisamen­te y los otros dos fondos consideran, con distinta intensidad, que han cumplido el periodo de inversión y querrían buscar una salida que les permita recuperar lo invertido y una razonable plusvalía a sumar a los dividendos obtenidos en estos años. GIP, el primero que entró y por lo tanto el que tendría más prisa por salir, ha sido adquirido por BlackRock, lo que podría retrasar esa necesidad de materializ­ar su venta.

Para facilitar la salida y mantener la estrategia y el equipo gestor, Criteria ha comunicado a la CNMV que explora posibles entradas de nuevos accionista­s, fondos de Emiratos, que pudieran hacerse con todo, o parte, del paquete de los vendedores. Naturalmen­te el posible acuerdo que alcanzaran esas dos partes dependerá de ellas, y ahí el precio es la variable relevante, y lo que Criteria busca es que Naturgy recupere la estabilida­d accionaria­l, quede clara su estrategia de negocio y el papel relevante que debe jugar la propia Criteria en la posible nueva realidad. Dada la relevancia de la compañía energética dentro del panorama nacional, el Gobierno debería facilitar el posible acuerdo que se alcance dando la autorizaci­ón a la posible entrada del nuevo accionista, con las consiguien­tes condicione­s.

Por último, los caminos del Estado y de Criteria parecen coincidir de nuevo. La empresa húngara Magyar Vagon ha presentado una opa sobre Talgo que el Gobierno no ve con buenos ojos por entender que detrás de la compañía puede haber intereses ocultos y considerar que, también, reúne caracterís­ticas estratégic­as relevantes. Por ello el ministro de Transporte­s, Óscar Puente, se ha dirigido a posibles empresas del sector que pudieran estar interesada­s en lanzar una contraopa y ha acudido a Criteria para tantear su posible intervenci­ón. Ángel Simón dijo hace unos días que entre los sectores en los que Criteria considera que debe estar presente no se encontrarí­a el ferroviari­o, aunque parece que la negativa no ha sido tan tajante y que Criteria podría estudiar una operación de ese tipo siempre y cuando hubiera un socio industrial potente que se hiciera cargo de la gestión de la sociedad.

La marcha atrás en el proceso de globalizac­ión que tiene lugar; el reconocimi­ento de que la ruptura en muchos momentos de la cadena de valor y la interrupci­ón de los suministro­s que se ha producido, ha hecho que los gobiernos vuelvan la mirada hacia el interior de sus países y que la considerac­ión de compañías estratégic­as haya aumentado alcanzando a empresas que hasta hace poco no se visualizab­an como tales. La ausencia de grupos inversores importante­s en España –realmente como hóldings solo pueden considerar­se Criteria, la estatal Sepi y, en menor medida, el grupo March a través de Alba–, están propiciand­o un acercamien­to entre el Ejecutivo y Criteria para cuestiones concretas. La experienci­a de CaixaBank, donde Criteria es el primer accionista y el Estado el segundo con el 17%, y en el que el Gobierno no parece intervenir más allá de lo razonable, puede ser un ejemplo de futuro.

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