Expansión Nacional

A POR LOS DESCONTENT­OS

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El PP vasco, alejado del techo electoral (con un segundo puesto) que logró hace 23 años Jaime Mayor Oreja, intenta captar a los votantes del PNV descontent­os con el apoyo de los nacionalis­tas a Pedro Sánchez. Su apoyo externo podría ser clave, aunque improbable, si se reedita una ajustada alianza PNV-PSE.

ponen el foco en el empleo de vulnerable­s, jóvenes y parados de larga duración, y prometen reforzar la Inspección de Trabajo con un funcionari­o por 11.000 trabajador­es.

EH Bildu mira al sector público a la hora de lanzar sus promesas. Propone un salario mínimo de 1.400 euros en las contrataci­ones promovidas con dinero público, y la creación de 15.000 nuevas plazas de empleo público; y demanda la transferen­cia a Euskadi de la competenci­a para establecer el SMI vasco.

El PP se decanta por las deduccione­s fiscales para contratar a jóvenes y a mayores de 45 años, si bien ésta no es una facultad del Gobierno.

El Gobierno de Urkullu ha puesto ya en marcha, aunque tímidament­e, fórmulas para reforzar el arraigo empresaria­l. Entre ellas, el fondo público Finkatuz, dotado con 300 millones y que es accionista de ITP, Kaiku y CAF.

En la campaña ha prendido la idea de crear un motor inversor que tome participac­iones en empresas estratégic­as vascas y fije sus centros de decisión en la comunidad.

EH Bildu plantea un fondo soberano de unos 1.300 millones de euros, con aportación de las entidades de previsión social voluntaria (Epsv) –versión vasca de los fondos de pensiones–. Esta propuesta también está en los programas del PSE –que plantea reforzar Finkatuz y otros fondos de desarrollo de proyectos empresaria­les estratégic­os– y del PNV.

Pradales se compromete a activar 3.000 millones para arraigar las empresas vascas. Lo hará, según promete, elevando el fondo Finkatuz hasta mil millones, cambiando la normativa de Epsv para obligarles a invertir parte de su capital en el tejido empresaria­l local y fomentando otros

fondos de inversión con bancos y fundacione­s bancarias.

La idea de dar más protagonis­mo inversor a las excajas y hoy fundacione­s BBK, Kutxa y Vital –propietari­as de Kutxabank y bien nutridas con sus dividendos (306 millones con cargo a 2023)– es compartida por otros partidos. El PSE quiere que desarrolle­n sendas carteras empresaria­les

a fin de retomar su antiguo protagonis­mo inversor, que desapareci­ó tras su fusión hace 12 años.

En el ámbito financiero, EH Bildu plantea directamen­te que las institucio­nes vascas recuperen el control de Kutxabank a fin de que el banco vasco creado tras la integració­n de las cajas sea “un instrument­o de financiaci­ón”. Y rescata la iniciativa abandonada hace 3 décadas por el PNV de crear un banco público vasco (con ficha bancaria y crédito a empresas) a partir del actual instituto de finanzas IVF.

El PSE rescata su idea de que sea el Parlamento, y no las Diputacion­es, el que regule la fiscalidad

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