Cataluña pone topes al consumo de los turistas por la sequía
Cataluña fijó ayer por primera vez límites al consumo de agua en los establecimientos turísticos. Así lo establece un decreto ley que ayer aprobó el Govern de ERC, tres meses después de la declaración de emergencia por sequía en 200 municipios de la comunidad, donde reside buena parte de la población de la comunidad.
La decisión llega tras semanas de debate y se aplicará en aquellas localidades que lleven tres meses consecutivos consumiendo más agua del umbral máximo que fija el texto. Es una situación que, en febrero, se produjo en casi la mitad de los municipios afectados.
En situación de excepcionalidad, el tope va a ser de 200 litros por persona y día. En Barcelona, su área metropolitana y la ciudad de Girona, se aplica la primera fase de emergencia, y el límite es de 100 litros. En la segunda fase, que únicamente está en vigor en 12 municipios de la provincia de Girona, se sitúa en los 90 litros.
El turismo representa el 12% del PIB y casi el 14% del empleo. En las últimas semanas, el sector ha recordado que lleva años poniendo en marcha políticas para ahorrar agua y que incluso ha pedido financiar desalinizadoras para garantizar el suministro, una posibilidad que con el decreto ley, tendrá cobertura legal por primera vez.
Declaración municipal
El Govern había llegado a amenazar con decretar el cierre de piscinas de forma generalizada. Finalmente, para que las piscinas de los hoteles puedan renovarse una vez por semana y tener garantizado así su funcionamiento, deberá cumplirse una condición. Deberán ser declaradas como “refugio climático” por parte de los ayuntamientos. Si no lo logran, serán clausuradas.
La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, aseguró que con esta fórmula, se respeta el principio de autonomía local. “Si no tienen una desalinizadora privada, no se practican deportes federados y no son declarados por su ayuntamiento como refugios climáticos, los hoteles no podrán abrir sus piscinas” durante la emergencia por sequía, pormenorizó.