“Un sumiller debe ser un líder”
Considerado el mejor del mundo, el letón visita Madrid.
Emelia Viaña.
Entre las pruebas más complicadas a las que tuvo que enfrentarse Raimonds Tomsons para ser elegido el año pasado mejor sumiller del mundo destaca una que exige no sólo tener la mejor nariz o el paladar más exquisito, sino también mucha atención y memoria (y no sólo olfativa). El reto consistía en analizar una carta de vinos y detectar los errores en los precios de las botellas, su origen y su longevidad. Salir victorioso de ésta y de otras pruebas que incluían catas a ciegas de vinos de distinta procedencia o demostrar su habilidad para servir una mesa, le convirtió en ganador del concurso Best Sommelier of the World,
que organiza la Associatión de la Sommellierie Internationale cada tres años. Ser elegido en
París fue para Tomsons algo especial y es que algunos de sus vinos favoritos son franceses. Obviamente los producidos en la región de Champagne (¿para quién no?) lideran este personal ránking, pero el letón también incluye aquellos que se elaboran en Borgoña, Loira, Burdeos y Ródano. Todas, regiones francesas con una gran tradición.
Pero Tomsons visita España para participar en el Concurso Internacional Bacchus, que reunirá hasta mañana a los mejores profesionales del mundo del vino en Madrid en un evento organizado por la Unión Española de Catadores, organización presidida por Fernando Gurucharri. Por eso, es inevitable preguntarle qué vinos españoles incluiría en su lista de favoritos. Jerez, Rías Baixas y Priorat se alzan como las zonas que más le interesan a este sumiller que hoy ejerce como director de vinos en Barents Wine Collectors y como embajador de la marca en Mosphera; además es propietario de Raimonds Tomsons Wine Consulting.
La carrera de Tomsons arranca en 1999 cuando empieza a trabajar en Vincents, el que era hasta que cerrara sus puertas el restaurante más famoso de Riga (Letonia). Tenía sólo 19 años y empezó como camarero, por eso sabe de la importancia de esta profesión para ensalzar los valores del vino. “Un buen sumiller es un muy buen camarero con grandes conocimientos de vino, que respeta los intereses del cliente y que siempre está dispuesto a aprender”, define Tomsons, que se enganchó al mundo del vino en 2005. En su opinión, “puede ser una persona muy influyente, un líder, y con el desarrollo global de la cultura del vino parece
haber una mayor demanda y respeto por esta profesión”, algo que lamentablemente no siempre ha sido así.
Amenazas y oportunidades
Tomsons conoce bien éste y otros riesgos de su trabajo, por eso aconseja a los que ahora están empezando que sean “pacientes, humildes y respetuosos, que sepan escuchar y que tengan la mente abierta”. Sobre todo ahora que la tecnología parece amenazar a muchas profesiones hosteleras. “Realmente me gustaría pensar que ninguna máquina sustituirá jamás en el comedor a un sumiller carismático, respetuoso y que conozca bien su trabajo”, confía Tomsons que llega a Madrid para compartir sabiduría con catadores procedentes de 28 países.
El suyo no tiene una gran tradición vinícola, algo que para Tomsons ha sido una ventaja porque así su conocimiento actual no está contaminado por tradiciones, prejuicios o sabores.