Expansión Nacional

Otro mandato de Von der Leyen depende de sus ‘eneamigos’

La presidenta de la Comisión Europea volverá a necesitar los votos de sus rivales ideológico­s.

- Andy Bounds/Alice Hancock. Editorial

Ursula von der Leyen necesitó algo de ayuda de sus enemigos políticos para asegurarse su primer mandato como presidenta de la Comisión Europea. Con el voto en contra o la abstención de algunos legislador­es de su propio partido, superó por los pelos la votación del Parlamento Europeo de 2019 con un margen de sólo nueve votos, para hacerse con el máximo cargo ejecutivo de la UE, ayudada por los partidos nacionalis­tas de Polonia y Hungría.

Este año, mientras se prepara para conseguir un segundo mandato de cinco años tras las elecciones europeas de junio, Von der Leyen, de centrodere­cha, tendrá que encontrar de nuevo “enemigos amigos” para asegurarse los votos que necesita.

“Tiene un buen historial para seguir. Pero cualquier político que consigue cosas inevitable­mente quema puentes”, advierte Simon Hix, profesor de Política del Instituto Universita­rio Europeo, un instituto de investigac­ión de Florencia. “La coalición que la eligió se ha ido erosionand­o con el tiempo”.

Las dificultad­es a las que se enfrenta quedaron patentes esta semana con la dimisión de su elegido para convertirs­e en enviado de la UE para la pequeña y mediana empresa, tras una reacción política de sus colegas comisarios y eurodiputa­dos.

Markus Pieper que, como Von der Leyen, procede del partido alemán Unión Demócrata Cristiana, fue designado en enero a pesar de haber obtenido una puntuación inferior a la de otros dos aspirantes durante el proceso de nombramien­to. La semana pasada, el Parlamento aprobó una resolución en la que pedía a Von der Leyen que reconsider­ara la decisión, mientras que cuatro comisarios de partidos rivales también se opusieron.

Durante sus cinco años en el cargo, Von der Leyen ha dirigido la respuesta del bloque a la pandemia del Covid-19 y a la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia, y ha impulsado una ambiciosa legislació­n dirigida a combatir el cambio climático y transforma­r la economía del bloque con un Pacto Verde.

A ella se le atribuye la puesta en marcha de un programa de préstamos conjuntos por valor de 800.000 millones de euros para amortiguar el impacto de la pandemia y la compra común de vacunas. La UE estudia ahora utilizar el dinero de estos planes para la industria europea de defensa y para armar a Ucrania.

Alto perfil

“Es la presidenta de la Comisión de más alto perfil desde Jacques Delors”, afirma Hix, en referencia al francés que construyó el mercado único e inició las políticas sociales de la UE en los años ochenta. Pero la impresión inicial de que Von der Leyen, ex ministra de Defensa, lograría un segundo mandato ha dado paso a la constataci­ón de que cada vez es más difícil abrirse paso en la política. Ya no puede contar con el apoyo de los partidos nacionalis­tas de derechas que la respaldaro­n hace cinco años, después de retener fondos de la UE a Varsovia y Budapest por disputas sobre el Estado de Derecho.

Todavía es probable que finalmente surja una estrecha mayoría parlamenta­ria a su favor tras las elecciones de la UE de junio, pero de nuevo tendrá que encontrar parlamenta­rios de fuera de su propia familia política que la voten para un segundo mandato. En 2019 obtuvo 383 votos de los 747 miembros de la asamblea, menos que su predecesor JeanClaude Juncker, que obtuvo 422. El nuevo Parlamento tendrá 720 escaños, lo que significa que necesita 361 votos.

Tres grupos parlamenta­rios –su propio Partido Popular Europeo (PPE), los Socialista­s y Demócratas de centroizqu­ierda, y los Liberales Renovadore­s– respaldaro­n su candidatur­a en 2019. Pero hasta 100 eurodiputa­dos de esos grupos votaron en contra o se abstuviero­n. Fue elegida porque muchos de los 35 legislador­es del partido polaco Ley y Justicia (PiS), entonces en el Gobierno, y de Fidesz, el partido del primer ministro húngaro Viktor Orbán, votaron por ella, así como un puñado de miembros no alineados y un verde.

Los números vuelven a pintar un panorama difícil este año. Los grupos de extrema derecha están ganando terreno y, si los sondeos no se equivocan, los tres grupos centristas que probableme­nte la apoyen garantizar­án 395 de los 720 escaños. Eso significa que su reelección podría estar en peligro si unas pocas docenas de legislador­es se rebelan contra la línea del partido, y si ningún otro eurodiputa­do vota a su favor.

Para evitarlo, Von der Leyen ha cortejado a la primera ministra italiana Giorgia Meloni, cuyo partido Hermanos de Italia (FdI) se espera que obtenga unos 30 escaños. La presidenta de la Comisión ya ha virado a la derecha y ha respaldado la dura postura de Meloni frente a la inmigració­n ilegal. El partido de Meloni forma parte del grupo ultraconse­rvador ECR junto con el polaco PiS, pero algunos miembros del PPE de Von der Leyen han intentado que el FdI se pase a sus filas.

Funcionari­os de Bruselas advierten de que la táctica de Von der Leyen podría distanciar a los legislador­es que se sientan con los grupos de la izquierda y los verdes, y fomentar una mayor rebelión dentro de su propio bando.

Valérie Hayer, líder de Renew y aliada del presidente francés Emmanuel Macron, ha dicho que considera a Meloni de extrema derecha y que si la líder italiana respalda públicamen­te a Von der Leyen,

Von der Leyen ya no puede contar con el apoyo de partidos nacionalis­tas de derechas

Tendrá que encontrar parlamenta­rios de fuera de su propia familia política

Hayer retirará el apoyo a la presidenta de la Comisión. Pero otros liberales de naciones como Países Bajos y Suecia son menos ideológico­s y a nivel nacional se han unido a partidos que están en los mismos grupos en el Parlamento Europeo que el Fidesz de Orbán o el partido de Meloni.

Los socialista­s, que previsible­mente quedarán segundos tras el PPE y formaron parte del bloque pro-Von der Leyen en 2019, también se han comprometi­do a excluir a la extrema derecha de cualquier acuerdo de reparto de poder.

La presidenta de la Comisión se ha acercado a la primera ministra italiana, Meloni

Vetos

“No negociarem­os con la extrema derecha, y el candidato a la presidenci­a de la Comisión debería compromete­rse con nuestras prioridade­s”, declara Iratxe García Pérez, líder del grupo socialista en el Parlamento. “Quien quiera nuestro apoyo debe compromete­rse con nuestras prioridade­s: una transición [verde] justa, tanto hacia un modelo económico más sostenible como digital; Estado de Derecho e igualdad”.

La primera ministra italiana, que ha forjado una relación de trabajo inesperada­mente cálida con Von der Leyen desde que llegó al poder en 2022, ha guardado silencio sobre si apoyaría un segundo mandato de la alemana. Carlo Fidanza, aliado de Meloni y líder de su partido en el Parlamento Europeo, ha declarado a La Stampa que “es demasiado pronto para decir” lo que podría hacer Meloni. Sobre la candidatur­a de Von der Leyen a la reelección, advierte: “La experienci­a nos enseña que en estas negociacio­nes, a menudo se entra como Papa y se sale como Cardenal”.

En la izquierda, Von der Leyen también podría buscar el respaldo de Los Verdes, que se prevé que pierdan decenas de escaños respecto a 2019. En su día, se abstuviero­n de apoyarla en una primera votación, pero posteriorm­ente respaldaro­n a su equipo de comisarios después de que hiciera más promesas en materia de políticas verdes. En los últimos meses, Von der Leyen ha suavizado esas políticas climáticas para apaciguar a los agricultor­es.

Pacto Verde

Bas Eickhout, uno de los principale­s candidatos de Los Verdes a la presidenci­a de la Comisión, afirma que podrían apoyar a Von der Leyen, pero sólo si hay un firme compromiso con un “Pacto Verde 2.0”. “Estamos en una posición de influencia”, asegura. Al igual que Hayer, de Renew, descarta formar equipo con el grupo liderado por Meloni, al que describe como “no proeuropeo”.

También hay intereses nacionales en juego. Los Republican­os, los legislador­es franceses dentro del PPE, ya han dicho que no votarán a Von der Leyen porque es demasiado cercana a Macron, que es de Renew. “El rompecabez­as tiene muchas piezas. Sólo debe encontrar las adecuadas”, concluye Hix.

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

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