LEGISLACIÓN/
Los empresarios de California se levantan en pie de guerra contra las continuas subidas fiscales de California y quieren quitarle al gobernador demócrata, Gavin Newsom, la potestad para crear nuevos impuestos en el estado dorado.
Así, se ha creado una coalición formada por dueños de pequeños comercios y empresas que operan en California que ha reunido las suficientes firmas como para plantear una nueva medida legislativa para que el Ejecutivo regional necesite el visto bueno de dos tercios de los votantes para aprobar cualquier aumento de la presión fiscal. La medida también incluiría la desaparición de algunos de los tributos aprobados en los últimos meses.
“La comunidad empresarial está harta”, en palabras de Rob Lapsley, presidente de la patronal californiana. Entre otras cosas, se quejan de que “los impuestos han crecido fuera de control”. De hecho, los comercios de San Francisco o Los Ángeles soportan la quinta carga fiscal más alta del país, solo superados por los de Nueva York, Connecticut, Hawai y Vermont.
California siempre ha sido un estado fiscalmente poco ventajoso, pero la situación ha empeorado especialmente desde la pandemia ante la ausencia de salidas a Bolsa. Y es que las arcas públicas del estado dependían de lo recaudado gracias a los emprendedores de Silicon Valley y las plusvalías que tributan cuando colocan su start up en el parqué, pasando de una valoración de unos pocos miles de dólares a varios miles de millones. El 13% de esa cantidad va a manos del estado de California.
Entre la pandemia y la carrera alcista de los tipos de interés, los debuts bursátiles en Silicon Valley casi han desaparecido, salvo honrosas excepciones, como el de la red social Reddit. El estado dorado ha pasado de un superávit de 97.000 millones de dólares a un déficit de 22.000 millones. Y los números rojos siguen acumulándose.
Situación insostenible
La solución que ha encontrado el gobernador ha sido aumentar el gravamen que soportan las empresas, pero en algunos casos su situación ya era insostenible, antes incluso de que recibieran otro golpe fiscal. Por ejemplo, los promotores inmobiliarios de San Francisco están desesperados ante la fuga de residentes y el cierre de pequeños negocios en el centro de la ciudad.
Los grandes grupos directamente trasladan su activi-*