Via Veneto, la mesa de Dalí en Barcelona
El restaurante fundado en 1967 y propiedad de la familia Monje se mantiene como destino de comidas de negocios.
Puede que una urbe cosmopolita desde el punto de vista gastronómico jamás hubiese llegado a serlo sin haber contado con brillantes actores de la hostelería de lujo capaces de resistir a lo largo de las décadas. Léase en Madrid Zalacaín o Lhardy, que se mantienen aunque tras algunos cambios de propietario, y más todavía Horcher, con el mérito de mantenerse al mando la saga que le da nombre y fue fundadora. En Barcelona, hay una gran casa que indudablemente ha cumplido y cumple este papel: Via Veneto.
Con nombre de calle a la italiana y sin tilde en la palabra via, es el restaurante de la familia Monje, que cumple dos generaciones desde su apertura en 1967, con Josep Monje y su hijo Pere, que asume el rol de director del establecimiento. “El grado de fidelidad del cliente de Via Veneto es proporcional a la fidelidad de la familia Monje hacia sus clientes”, reza uno de los mensajes seleccionados entre “las frases que han dicho clientes anónimos del restaurantes”, dentro del primer capítulo del libro recién publicado por Planeta Gastro esta primavera (precio de 49,90 euros). “La esperada autobiografía de uno de los restaurantes más míticos del país”, se define la obra titulada Via Veneto, como un proyecto de la familia Monje, que busca retratar “la historia del restaurante excepcional donde comerías cada día”, en un libro con textos de Trinitat Gilbert.
Su nombre no es casual ya que fue “pensado inicialmente como un restaurante de concepto italiano”, como el proyecto de Oriol Regàs i Pagès, promotor conocido como el Señor Bocaccio –pues era dueño de una discoteca con ese nombre, con el que, más tarde, bautizó una discográfica, una productora de cine y una empresa de diseño–, que a su vez era “el alma de La Gauche Divine”, movimiento cultural de la época en Barcelona.
Con Via Veneto erigido en “símbolo de la modernidad” –nació “para agrietar el gris que se vivía gastronómica y culturalmente en Barcelona”, dice la publicación–, fue sumando una clientela integrada por “empresarios, miembros de la alta burguesía de la ciudad y autoridades del franquismo”. Su decoración, “modernista, con moqueta roja, elipsis artística, manteles rosa claro…”.
Josep Monje fue nombrado director del restaurante y, a su vez, fue comprando con el tiempo participaciones del local. Así, quedaron como únicos propietarios este maestro de la sala y Regàs, en la empresa Josep Monje S.A., constituida a partes iguales en 1978. En 1981, Regàs abordó la apertura de Up & Down y vendió su 50% en Via Veneto a Monje.
El libro de honor
Ya antes de eso y con Monje convertido en director de orquesta de la elegante y moderna sala del espacio barcelonés, Via Veneto se convirtió en “uno de los restaurantes predilectos de Salvador Dalí. Habitualmente, el pintor ampurdanés llegaba con un séquito de invitados y organizaba verdaderas performances. Una cena con Salvador Dalí era siempre algo nuevo y único”, cuentan en la web del restaurante, con un recuerdo: “El genio pidió en una ocasión butifarras para, acto seguido, colgarlas de sus invitadas a modo de collar”.
El libro de honor del espacio ubicado en la calle Ganduxer guarda varias dedicatorias de Salvador Dalí, que solía llamar monjo a Josep Monje, al que incluso dibujó.
La maestría del servicio fue heredada y está hoy día garantizaba por su hijo Pere Monje. Hay una imagen de Via Veneto que casi seis décadas después de su apertura es casi viral y que, a la vez, retrata su apuesta por la excelencia: la naranja pelada con destreza –en una sola tira– en la sala delante del cliente. Es un plato emblemático junto con su steak tartar, la Tortilla de patata, caviar y crème fraîche, el Pichón Wellington o el Pato asado en su propio jugo –“Nuestro gran clásico desde el año 1967”–, entre otros muchos.
Son varios los premios que han distinguido el proyecto de Via Veneto, cuya cocina lleva unos años
–desde 2019– dirigida por el joven cocinero David Andrés. Así, cuenta con una estrella Michelin mantenida desde 1974, tres Soles de Guía Repsol o premios como estar posicionado entre los mejores restaurantes de Barcelona según Guía Macarfi en 2022.
Mesa de negocios
A la vez, se mantiene como mesa imprescindible de comidas de negocios de empresarios y directivos. “Hoy, Via Veneto continúa fiel a sus orígenes, pues adelantaron la vanguardia en sus salones y la han elevado a un nivel de excelencia con una reconocida y reconocible cocina de producto, de radical temporada, con platos ya legendarios que se cocinan en parte frente a las mesas, y con un servicio más que impecable que hace sentir al comensal como si viviera su mejor experiencia gastronómica”, recalca la sinopsis del libro, que se atreve a añadir un pronóstico sobre el futuro del negocio: “La excelencia impulsada por la familia Monje es el emblema de una casa que hoy, tras más de 50 años, continúa adelantando el futuro culinario en las mesas inmutables y excelsas vestidas de manteles rosa claro”.