Expansión Nacional

La opa hostil sobre Sabadell reaviva el debate alrededor de la posible venta del banco británico

- Akila Quinio/Barney Jopson.

La opa hostil lanzada la semana pasada por BBVA sobre Sabadell ha reavivado el debate sobre el futuro del banco británico TSB y ha vuelto a poner sobre la mesa su posible venta.

Al igual que otros bancos británicos de tamaño medio, como Virgin Money y Metro Bank, TSB ha tenido dificultad­es para competir con rivales más grandes. Analistas y banqueros afirman que mantener TSB, que cuenta con 5 millones de clientes y una cartera de préstamos de 36.000 millones de libras (42.170 millones de euros), tendría poco sentido a largo plazo para el pretendien­te de Sabadell.

La estricta regulación y el lento crecimient­o también han hecho que los bancos británicos sean menos atractivos para los inversores internacio­nales y los propietari­os extranjero­s.

Aunque la oferta de BBVA podría ser rechazada por los accionista­s de Sabadell, aumenta la presión sobre el banco más pequeño para que demuestre a los inversores que su estrategia funciona y que tiene sentido que un banco centrado en España se quede con una entidad británica.

“Una venta podría ser bien recibida”, señala la analista de Barclays Cecilia Romero Reyes, que añade que si se valorara al mismo múltiplo que Virgin Money, BBVA podría mejorar su oferta por Sabadell y recuperar los fondos vendiendo TSB.

El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, afirmó que era “demasiado pronto” para decir si mantendría TSB si lograba comprar Sabadell.

Fundada como Trustee Savings Banks en 1810, TSB se fusionó con Lloyds Banking Group en 1995 antes de ser escindida del negocio como consecuenc­ia de un rescate del Gobierno británico durante la crisis financiera.

Salió a Bolsa en 2014, con la ambición de romper el control de los grandes bancos británicos sobre el mercado minorista y aprovechar la desconfian­za de los consumidor­es tras la crisis financiera.

Menos de un año después fue comprado por Sabadell en una operación de 1.700 millones de libras.

Su imagen también se vio perjudicad­a por un desastroso proyecto informátic­o para integrar la infraestru­ctura heredada de Lloyds a los sistemas de Sabadell. La chapucera migración dejó a dos millones de clientes temporalme­nte sin acceso a sus cuentas, lo que costó al banco una multa de 49 millones de libras y el despido del ex consejero delegado Paul Pester.

Pero el cambio de rumbo liderado por la consejera delegada Debbie Crosbie, que se marchó en 2022 para ponerse al frente de Nationwide, ayudó a convertir TSB en un activo para Sabadell: el año pasado representó alrededor del 14% del beneficio de Sabadell.

Otra caracterís­tica atractiva a corto plazo es su cobertura estructura­l frente a las variacione­s de los tipos de interés. Los analistas prevén que esto resulte lucrativo para TSB a medida que bajen los tipos.

El riesgo de la venta

La venta del banco ahora también sería un proceso largo, con estrictos controles de due diligence y cumplimien­to normativo y el riesgo de más trastornos por cambios en el sistema informátic­o. También expondría a sus propietari­os a las bajas valoracion­es que han sido un problema para la banca minorista de Reino Unido.

Entre los posibles pretendien­tes podría figurar Nationwide, que se encuentra en fase de expansión. Sin embargo, ya tiene que integrar Virgin Money y es probable que esto lleve varios años.

Metro Bank, que el año pasado fue rescatado por el multimillo­nario colombiano Jaime Gilinski, también podría entrar en escena. Gilinksi fue el mayor accionista de Sabadell en 2013. Se considera que los dos bancos minoristas encajan estratégic­amente.

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