Más médicos, fondo soberano vasco y vivienda pública en la campaña del 21-A
Los partidos políticos activan la campaña electoral en estos últimos días para animar a los muchos indecisos. Los candidatos siguen con el foco puesto en asuntos sociales y dejan en segundo plano cuestiones identitarias.
El conflicto territorial y las aspiraciones soberanistas se han quedado en el cajón –aunque a mano– en la campaña electoral en Euskadi, que vive ya sus últimos días antes de la cita con las urnas del 21 de abril. Todos los candidatos ponen el foco en los problemas más inmediatos y que más preocupan a los vascos: sanidad, vivienda, empleo y economía, según el último Sociómetro del Gobierno.
Éstas son las promesas de los partidos vascos para atraer a los votantes:
Sanidad
El País Vasco es la segunda comunidad que más invierte en sanidad pública por habitante (2.2017 euros), sólo por detrás de Asturias. Este año, los presupuestos autonómicos destinan al servicio de salud Osakidetza, ente público de derecho privado, 3.889 millones de euros; y aún así, la antaño joya de la corona de Euskadi arrastra desde la pandemia muchos problemas, derivados de la falta de médicos, según el Gobierno, y de imprevisión, malas condiciones laborales, alta temporalidad y ausencia de planes de contingencia ante la prevista ola de jubilaciones, a juicio de la oposición.
Lo cierto es que las listas de espera han pasado de 47,9 días antes del Covid a los 61,9 actuales, pasando por los 85 días de hace 2 años; y la falta de personal es estructural en atención primaria y pediatría.
Ante este panorama, Osakidetza se ha convertido en eje de la campaña para las elecciones del próximo domingo.
Imanol Pradales, candidato del PNV, promete “cuidar Osakidetza para encontrar médico cuando se acude a un ambulatorio”, admitiendo que la pandemia ha dañado la sanidad. Plantea un acuerdo de país en el sector, inversión en infraestructuras y mantenimiento de 1.250 millones, un plan de choque en atención primaria para atender a los usuarios en menos de 48 horas, y reducción de listas de espera a 50 días para cirugías
no urgentes, reforzando la contratación.
La plantilla actual ronda los 31.000 profesionales, y está aprobada una oferta de empleo de 1.400 plazas para aumentar la estabilidad de unos trabajadores y reducir la temporalidad, hoy del 44%.
Desde EH Bildu, Pello Otxandiano propone devolver al ámbito público servicios externalizados en la sanidad, como ambulancias, limpieza y almacenes; auditar las adjudicaciones y “acabar con el amiguismo
en la empresa más grande y la más empleadora de Euskadi”. La formación soberanista plantea un aumento de la plantilla estructural de al menos dos mil plazas –compromiso que también asume el PSE–, y ampliar un 10% la plantilla de atención primaria. Además, EH Bildu quiere integrar en la sanidad pública servicios de las mutuas, y no derivarles el control de bajas y altas; y evitar que los profesionales públicos desempeñen sus servicios también en centros privados. Los socialistas plantean un plan de optimización asistencial para reducir listas de espera; mientras que Podemos y Sumar coinciden en su propuesta de dedicar el 7% del PIB vasco a sanidad. El
PP, además de medidas para mejorar listas de espera y atención primaria, quiere suspender la exigencia de euskera a los profesionales –motivo, a su juicio, de la alta tasa de eventuales– hasta que se estabilice la plantilla, y revisar la normativa de perfiles lingüísticos.
Vivienda
Comprar una vivienda en el País Vasco cuesta, de media, 2.901 euros el metro cuadrado, sólo por debajo de Baleares y Madrid, según los últimos datos de Idealista. Este importe se dispara en San Sebastián y en Bilbao, que figuran entre las 5 ciudades más caras de España. El último
Observatorio Vasco de la Vivienda detectó una demanda de 103.000 viviendas de ciudadanos que aspiran a emanciparse. Tampoco alquilar es barato en una comunidad que cuenta con 78.6000 pisos arrendados en el mercado libre, el 80% del total. La renta media está en 732 euros.
El PNV propone mantener las deducciones fiscales por compra y alquiler de la vivienda habitual, si bien la tributaria es una competencia de las Diputaciones, que no han
planteado cambios; una línea de avales de hasta 200 millones durante 4 años para jóvenes a fin de que los bancos financien el 100% de la primera vivienda; y la construcción o reforma de 7.000 viviendas de alquiler hasta 2030. EH Bildu quiere eliminar las deducciones a la compra, aunque finalmente no ha incluido esta medida en su programa dada su impopularidad; y revisar la ley del Suelo para penalizar las operaciones especulativas. También plantea, al igual que los socialistas, Sumar y Podemos acelerar la designación de zonas tensionadas para limitar los precios de alquiler, según la ley de Vivienda aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez con
Los partidos quieren activar el papel de las excajas y las Epsv en el tejido empresarial vasco
Los nacionalistas mantendrán las deducciones por compra de vivienda, que EH Bildu critica
NECESIDAD DE MOVILIZACIÓN Elige bienestar. Así presenta Imanol Pradales el programa del PNV para mantener el Gobierno otros 4 años. Tendrá que movilizar a los votantes indecisos (un 20% aún) en un momento en que el mantra de la buena gestión de los nacionalistas se desvanece por los problemas en sanidad y seguridad.
su apoyo. La norma ha sido recurrida al Tribunal Constitucional por el Ejecutivo vasco por vulnerar sus competencias.
El programa electoral del PSE compromete 200 millones a la compra pública de vivienda, para contar con otras 1.500 en el parque público, y promover 5.000 viviendas de alquiler social. Podemos quiere prohibir la venta de viviendas públicas y crear una oficina de intermediación para prevenir desahucios.
El PP se compromete a promover la liberalización y venta de suelo para promocionar vivendas; el alquiler con opción a compra, y el aumento de la deduccion por compra. Javier de Andrés, su aspirante a lehendakari, plantea subir del 20% al 25% la deducción en Renta a los rendimientos inmobiliarios por alquiler de vivienda habitual.
Empleo
Las estadísticas del empleo en Euskadi son buenas, con la menor tasa de paro de España (un 7%: 111.471 personas al cierre de marzo) y un récord de cotizantes a la Seguridad
Social, que rebasan el millón y se colocan 1.012.128 afiliados. Los partidos aliados en el Gobierno vasco–PNV y PSE– se muestran orgullosos de esta situación que, sin embargo, esconde la cronificación del desempleo de larga duración (casi la mitad de los parados llevan sin trabajar más de un año) y de las mujeres (el 57,7% del total). En este escenario, la patronal advierte que en 30 años se necesitarán 400.000 trabajadores para cubrir el relevo generacional y mantener el estado de bienestar.
Para atraer a los votantes –que ven en la economía y el mercado laboral el principal reto futuro para Euskadi– los partidos sacan toda su batería de propuestas. El PNV propone un servicio de acompañamiento personalizado para cada parado, incentivar la contratación de mayores de 55 años, y crear el Basque Talent Center. Los socialistas
DE LA INDEPENDENCIA A LA CONFEDERACIÓN
ponen el foco en el empleo de vulnerables, jóvenes y parados de larga duración, y prometen reforzar la Inspección de Trabajo con un funcionario por 11.000 trabajadores.
EH Bildu mira al sector público a la hora de lanzar sus promesas. Propone un salario mínimo de 1.400 euros en las contrataciones promovidas con dinero público, y la creación de 15.000 nuevas plazas de empleo público; y demanda la transferencia a Euskadi de la competencia para establecer el SMI vasco.
El PP se decanta por las deducciones fiscales para contratar a jóvenes y a mayores de 45 años, si bien ésta no es una facultad del Gobierno.
Industria y finanzas
Euskadi cuenta con un importante tejido industrial, si bien en los últimos lustros las empresas vascas han vivido un proceso progresivo de entrada de capital foráneo (en buena parte de fondos de inversión) y de salida de sus centros de decisión. Así ha ocurrido, por citar sólo algunas, con Nortegas, Gamesa, Euskaltel, Ibermática o ITP.
El Gobierno de Urkullu ha puesto ya en marcha, aunque tímidamente, fórmulas para reforzar el arraigo empresarial. Entre ellas, el fondo público Finkatuz, dotado con 300 millones y que es accionista de ITP, Kaiku y CAF.
En la campaña ha prendido la idea de crear un motor inversor que tome participaciones en empresas estratégicas vascas y fije sus centros de decisión en la comunidad.
EH Bildu plantea un fondo soberano de unos 1.300 millones de euros, con aportación de las entidades de previsión social voluntaria (Epsv) –versión vasca de los fondos de pensiones–. Esta propuesta también está en los programas del PSE –que plantea reforzar Finkatuz y otros fondos de desarrollo de proyectos empresariales estratégicos– y del PNV.
Pradales se compromete a activar 3.000 millones para arraigar las empresas vascas. Lo hará, según promete, elevando el fondo Finkatuz hasta mil millones, cambiando la normativa de Epsv para obligarles a invertir parte de su capital en el tejido empresarial local y fomentando otros
fondos de inversión con bancos y fundaciones bancarias.
La idea de dar más protagonismo inversor a las excajas y hoy fundaciones BBK, Kutxa y Vital –propietarias de Kutxabank y bien nutridas con sus dividendos (306 millones con cargo a 2023)– es compartida por otros partidos. El PSE quiere que desarrollen sendas carteras empresariales
a fin de retomar su antiguo protagonismo inversor, que desapareció tras su fusión hace 12 años.
En el ámbito financiero, EH Bildu plantea directamente que las instituciones vascas recuperen el control de Kutxabank a fin de que el banco vasco creado tras la integración de las cajas sea “un instrumento de financiación”. Y rescata la iniciativa abandonada hace 3 décadas por el PNV de crear un banco público vasco (con ficha bancaria y crédito a empresas) a partir del actual instituto de finanzas IVF.
EH Bildu promete más control público de Kutxabank y la creación de un banco público vasco
El PSE rescata su idea de que sea el Parlamento, y no las Diputaciones, el que regule la fiscalidad