Expansión Pais Vasco - Sabado Int
Los precios industriales se desbocan un 37,9% en la zona euro
La industria europea se ahoga bajo el peso de los costes de producción, que no han dejado de subir desde comienzos de 2021, año en el que el final de las restricciones por el Covid propició una salida en tromba de la demanda a la que la industria no pudo seguir el paso. Este desajuste entre producción y consumo tuvo lugar en un contexto de progresivo encarecimiento de la energía y de las materias primas (junto a problemas de suministro) que la guerra en Ucrania ha exacerbado.
El conflicto en Europa del Este ha agravado de forma considerable un fenómeno que se arrastraba desde hacía meses y que ha terminado sumiendo al sector manufacturero en terreno de contracción, preludio de la recesión que se cierne sobre Europa. Los precios industriales se dispararon un 37,9% en julio en la eurozona, según datos de Eurostat. Es la mayor subida en la historia del bloque de la moneda única, encadenando diecinueve incrementos mensuales consecutivos.
Letonia, Lituania e Irlanda fueron los países con mayores incrementos: el 49,3%, 47,9% y 47,5%, respectivamente. España también superó el promedio de la zona euro, con un alza del 40,4%, erigiéndose en el octavo país con mayores presiones inflacionistas en su industria. De hecho, entre las economías más grandes del euro, solo Italia registró un incremento superior, del 45,9%. En Alemania, el aumento fue del 38,1% y en Francia, del 27,2%. Al otro lado de la balanza se situaron Malta, con un alza del 9,2% (el único país que baja del doble dígito) y Luxemburgo, del 21%.
El resultado de esta espiral inflacionaria es un panorama devastador para el sector manufacturero, que primero vio erosionados su márgenes al intentar absorber la mayor parte del alza de costes y que después, ante la imposibilidad de seguir haciéndolo y verse forzado a repercutir cada vez con mayor intensidad las subidas en sus clientes, ha visto desplomarse los nuevos pedidos ante el enfriamiento de la demanda. Un círculo vicioso que, junto a la pérdida de fuelle del sector servicios, parece empujar inexorablemente a Europa hacia una fase de contracción.