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La primera cumbre mundial de la segunda Guerra Fría

Bali acoge el martes la primera cumbre del G20 desde la invasión rusa de Ucrania en febrero y el agravamien­to de las tensiones EEUU-China.

- Gideon Rachman

Nos negamos a ser un peón en una nueva Guerra Fría”, sostiene Joko Widodo, el presidente de Indonesia. Jokowi, como se le conoce, habla en una entrevista en el palacio presidenci­al de Yakarta. Es un mensaje sorprenden­temente duro de un líder conocido por su estilo conciliado­r.

La próxima semana, el presidente indonesio será el anfitrión de lo que parece la primera cumbre mundial de una segunda Guerra Fría: la reunión de líderes del G20 en Bali. Será la primera cumbre del G20 que se celebre desde la invasión rusa de Ucrania en febrero. También es la primera desde el aumento de las tensiones entre EEUU y China que siguió a la visita a Taiwán en agosto de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representa­ntes de Estados Unidos.

Widodo es presidente de Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo, desde 2014. Sin embargo, representa un marcado contraste con los líderes como Xi Jinping o Vladímir Putin. Vestido con sencillez, con camisa blanca, pantalón negro y zapatillas deportivas fabricadas en su país, afirma que su principal objetivo en el G20 es fomentar el diálogo. “Estamos muy preocupado­s por la escalada de tensiones entre las grandes potencias”.

En su intento de mantenerse neutral en un conflicto emergente entre superpoten­cias, Indonesia recurre a una tradición más antigua. Desempeñó un papel clave en la fundación del Movimiento de Países no Alineados en la conferenci­a de Bandung de 1955, durante la primera Guerra Fría. El sentimient­o de Indonesia y de otros muchos países no occidental­es que se reunirán en Bali sigue siendo el mismo: sortear las tensiones entre las superpoten­cias y evitar inclinarse por alguno de los dos bandos.

Putin podría tratar de participar telemática­mente en la cumbre del G20

Para Indonesia y otros países del sudeste asiático, también hay mucho en juego

Especulaci­ones

Gran parte de las especulaci­ones previas a la cumbre se han centrado en que Putin y Biden se sienten en la misma sala. Sin embargo, Widodo cree que, basándose en una conversaci­ón con Putin la semana pasada, el líder ruso no asistirá a la cumbre de Bali. Se habla de que Putin podría optar por participar telemática­mente en el G20. Pero Widodo se mantiene escéptico cuando se le plantea esta idea (y sin duda Estados Unidos hará lo posible por evitar que se escuche a Vladímir Putin).

Para Estados Unidos, el mayor foco de atención es Xi Jinping, que acudirá a Bali. De momento habrá una reunión bilateral entre el líder chino y Biden [que se celebrará mañana lunes]. Algunos altos mandos estadounid­enses lo ven como una oportunida­d para “sentar las bases de la relación”. Pero también cabe la posibilida­d de que la reunión no tenga éxito.

En la balanza

A diferencia de otras cumbres entre Estados Unidos y China de las últimas décadas, que se celebraron tras meses de preparació­n, el encuentro entre Biden y Xi en Bali se ha organizado en el último momento, sin anuncios cuidadosam­ente preparados para dar la impresión de que se han hecho avances. Un destacado político norteameri­cano lo compara con las cumbres entre Estados Unidos y la Unión Soviética de la primera Guerra Fría: reuniones de alto riesgo que se celebraron en terreno neutral.

Para Indonesia y otros países del sudeste asiático, también hay mucho en juego. Han hecho grandes progresos gracias a décadas de paz y prosperida­d en la región, apuntalada­s por un entorno de seguridad estable y un fuerte crecimient­o económico en China. Esa fórmula sigue funcionand­o para Indonesia, cuyo crecimient­o para este año superará el 5%, lo que, según Widodo, convertirá a su país en la economía de más rápido crecimient­o del G20.

El deseo de mantener la estabilida­d geopolític­a, que permitirá el crecimient­o económico, también marca la actitud de Widodo ante el conflicto de Ucrania. Como presidente del G20, ha viajado tanto a Kiev como a Moscú. Pero, para los indonesios, la guerra de Ucrania no es una preocupaci­ón constante, como lo es para los líderes occidental­es. Gran parte de la atención de Widodo se centra en los efectos económicos de la guerra y el impacto que tiene en el aumento de los precios mundiales de los alimentos.

Provocació­n

Califica como “muy provocador­a” la reciente amenaza rusa (que ya ha retirado) de volver a detener las exportacio­nes de grano a través del Mar Negro.

Basándose en sus recientes conversaci­ones con Vladímir Putin y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, Widodo ve pocas perspectiv­as inmediatas de un acuerdo de paz. Indonesia está centrando su energía diplomátic­a en intentar resolver un conflicto más cercano: la guerra civil en Myanmar, que también ha costado miles de vidas y ha convertido a cientos de miles de ciudadanos en refugiados.

Como líder, Widodo guarda algunas similitude­s con Luiz Inácio Lula da Silva, el recienteme­nte reelegido presidente de Brasil. Tanto el presidente indonesio como el brasileño tienen orígenes humildes y se enorgullec­en de sus relaciones con la gente corriente. Ambos desean mantener buenas relaciones con Estados Unidos, pero conservan un escepticis­mo innato sobre los intereses estadounid­enses, basado en la historia de sus propios países.

Widodo mantiene una opinión similar con respecto a China. Sabe que el comercio y las inversione­s chinas son fundamenta­les para el desarrollo de la economía indonesia. Pero también es consciente de que hay detractore­s –incluido Jusuf Kalla, su propio ex vicepresid­ente– que afirman que China tiene demasiada influencia dentro de Indonesia. Widodo rechaza esa crítica, recordando el elevado número de puestos de trabajo para los indonesios creados por la inversión china.

En términos geopolític­os, Indonesia sigue siendo una especie de gigante dormido. A pesar de su enorme tamaño y de su extensión geográfica (abarca cuatro husos horarios), Widodo no muestra ningún indicio de aspirar a ser una superpoten­cia, ni siquiera en el sudeste asiático. Más bien prefiere destacar el compromiso de su país con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

En una época de líderes que sacan músculo y nacionalis­mo agresivo de las principale­s potencias, la modestia y el multilater­alismo del líder indonesio suponen un cambio refrescant­e. Sería positivo que algo de ese espíritu se contagiara a los demás líderes del G20.

Altos mandos de EEUU ven el encuentro con Xi como una oportunida­d en la relación bilateral

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El presidente de Rusia, Vladímir Putin.
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El presidente de Indonesia, Joko Widodo.
 ?? ?? El presidente de EEUU, Joe Biden.
El presidente de EEUU, Joe Biden.
 ?? ?? El presidente de China, Xi Jinping.
El presidente de China, Xi Jinping.

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