Expansión Pais Vasco - Sabado Int
Martínez Zabala se apoya en el vino prémium para crecer
El dueño de Faustino y Portia prevé cerrar 2022 con unas ventas de 78 millones y un margen ebitda superior al 30%.
Familia Martínez Zabala, la empresa vinícola dueña de Faustino, Campillo o Portia, entre otras bodegas, está controlada por cinco hermanos que conforman la cuarta generación del grupo familiar. Lourdes y Carmen, las únicas con funciones ejecutivas, dirigen desde 2015 el destino del mayor exportador de gran reserva en Rioja, con una cuota de mercado del 35%.
“Somos una familia exportadora que genera el 55% de su negocio fuera de España. Nuestros padres fueron unos visionarios, lo que nos ha venido muy bien en la pandemia. Es clave estar diversificado cuando fallan algunos países”, afirman Lourdes y Carmen Martínez Zabala. “El mercado español se está comportando bien, aunque se empieza a notar cierta desaceleración en la hostelería, pero nos preocupa más que se han empezado a parar algunos mercados internacionales clave, como Reino Unido, China y Alemania”, explican.
El parón de Reino Unido, su mayor mercado exterior, ha obligado a la empresa a hacer de la necesidad virtud. “Brasil, Colombia, México, EEUU y Canadá están amortiguando la peor evolución de otros mercados y, además, hemos abierto negocio en Bahrein, Macao, Chipre y Uzbekistán este año. Tenemos ya más de 140 países en los que facturamos más de 20.000 euros al año”, señala Lourdes Martínez Zabala.
Su hermana Carmen habla de las perspectivas para 2023: “Todo el mundo tiene puesta la mirada en acabar el año y en enero ya veremos. Las ventas de 2022 ya están hechas. Va a ser un buen ejercicio, pero las previsiones no son positivas para el mercado el año que viene”, dice.
Crecimiento constante
Familia Martínez Zabala espera registrar unas ventas de entre 78 y 79 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 8,5% frente a 2021,
cuando facturó 72 millones. La empresa asegura que su margen ebitda se situará entre el 30% y el 35%, mientras que su beneficio neto alcanzará entre el 21% y el 22% de los ingresos. Estas cifras equivaldrían a un resultado de unos 17 millones de euros.
A medio plazo, la empresa familiar dibuja el objetivo de “alcanzar los 100 millones de euros en ventas en cinco años”, una meta que se apoyará en la apuesta de la empresa por los vinos de calidad y por la innovación. El 25% de los vinos que vende la compañía son de alta gama, mientras que el 30% de beneficio se reinvierte cada año en innovación, lo que ha supuesto casi una treintena de productos nuevos lanzados al mercado en los últimos
cinco años que suponen ya el 6% de la venta.
“Preferimos invertir en la empresa o comprar una finca antes que repartir dividendo”, explica Lourdes Martínez Zabala.
La empresa señala que actualmente está valorando dos operaciones. “Pueden ser compra de viñedo, con o sin bodega. Nos gusta lo que llama la atención del consumidor, por lo que vemos mucho potencial en blancos y rosados, aunque también hay objetivos interesantes en Rioja, como las opciones que ofrece
la variedad viura. Fuera de España aún no nos ha gustado nada por ahora”, matiza Carmen Martínez Zabala.
La empresa es la mayor propietaria de viñedo de Rioja, aunque su actividad se extiende también a la Ribera del Duero, Navarra y La Mancha. “En total, tenemos 2.200 hectáreas en propiedad y seguimos comprando”, señalan.
Respecto a la escisión de Rioja de un grupo de bodegas vascas para crear “Viñedos de Álava”, las hermanas evitan entrar en polémicas, aunque se muestran claras. “Que cada uno haga lo que quiera, pero nosotros somos Rioja. Vamos a respetar a todo el mundo, pero la marca Rioja tiene un valor y se ha invertido mucho en ella como para hacer experimentos”, explican.
“Las ventas de 2022 ya están hechas y va a ser un buen año; la previsión para 2023 no es positiva”