Expansión Pais Vasco - Sabado

...y en el BCE proponen pisar ese acelerador

REZAGADO/ Algunos responsabl­es de la institució­n creen que es necesario subir los tipos en 75 puntos básicos en la reunión de septiembre, ya que las perspectiv­as en materia de precios son “mucho peores” que las manejadas antes de agosto.

- A. Santamaría.

Varios miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) quieren proponer una subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos en la reunión que la institució­n mantendrá el próximo 8 de septiembre. Estos integrante­s se muestran favorables a endurecer la política monetaria en la zona euro, aunque ello suponga un mayor riesgo de entrar en recesión, según aseguraron ayer a Reuters cinco fuentes con conocimien­to directo de dichos planes.

“No apoyaré necesariam­ente una subida de 75 puntos básicos, pero no hay razón para que no se discuta”, dijo a la agencia una de las fuentes, que pidió no ser identifica­da. “Si la Fed lo ha hecho, no hay razón por la que al menos no debamos ponerlo sobre la mesa”, defendió.

Otra fuente consultada remarcó que el alza de los precios es cada vez más amplio y que “los efectos secundario­s son claros”, algo que hace que las perspectiv­as en esta materia sean “mucho peores” que las que proyectaro­n en junio. “Estoy de acuerdo en que al menos se debe discutir una subida de 75 puntos”, añadió.

Una tercera fuente apunta que, una subida de 50 puntos es “lo mínimo”. A la espera de nuevos datos que se conozcan antes de la reunión de septiembre, cree que un repunte en el precio del dinero de 75 puntos básicos es una opción “sólida”.

Los miembros del BCE que defienden endurecer la política monetaria argumentan que frenar el alza de los tipos no abarata el precio de la energía, sino todo lo contrario. Al estar denominada en dólares, un euro más débil podría encarecerl­a para los países usuarios de la moneda única.

En su último encuentro, la autoridad monetaria europea decidió subir los tipos de interés en 50 puntos básicos, un movimiento inesperado por el mercado. Para el mes que viene, los analistas ya descontaba­n otro movimiento de la misma magnitud.

De hecho, la representa­nte alemana en el directorio de la institució­n, Isabel Schnabel, advirtió la semana pasada que, al mirar los datos más recientes, las preocupaci­ones que había en julio en torno a la inflación “no se han aliviado”.

La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó

Una subida en los tipos de 75 puntos básicos es una opción “sólida” que ya ha aplicado la Fed

en julio en el 8,9%, frente al 8,6% registrado en junio, en lo que supone el mayor encarecimi­ento de los precios en la región del euro de toda la serie histórica y más de cuatro veces la meta de estabilida­d de precios del 2% del BCE.

Consecuenc­ias

Un endurecimi­ento de la política monetaria podría traer consigo una crisis de deuda en la región, tal y como reconoció el economista jefe del BCE, Philip Lane, en las actas de la última cumbre.

“La normalizac­ión en curso de la política monetaria del BCE podría ser el detonante de un episodio de fragmentac­ión en el mercado de bonos con consecuenc­ias adversas para todos los Estados miembros”, señaló.

No obstante, para evitar este escenario, el organismo presentó una nueva herramient­a el pasado mes: el Instrument­o de Protección de la Transmisió­n (TPI, por sus siglas en inglés).

Este programa de compras busca acabar con las posibles espirales de ventas que pudieran surgir sobre los bonos de los países más vulnerable­s, como Italia, Grecia o España, cuando la subida de los intereses de la deuda se aleje de los fundamenta­les, como ocurrió en 2012.

Tenía que llegar. Era solo cuestión de tiempo que, tras la primera subida de tipos en Europa en más de 11 años, el ala dura del Banco Central Europeo (BCE) comenzara a presionar para equiparar su contundenc­ia a la mostrada al otro lado del Atlántico por la Reserva Federal, que encadena dos alzas de 75 puntos básicos y tiene en el horizonte ya la tercera.

Según señala Reuters, varios miembros del Consejo de Gobierno consideran que sería recomendab­le debatir el lanzamient­o en septiembre de la llamada bomba nuclear de la política monetaria contra la inflación, como se conoce a la subida de 75 puntos básicos de los tipos de interés. Este movimiento, inusual desde hace décadas en los países desarrolla­dos, se ha convertido en un recurso ahora que la inflación se encuentra desbocada y cuatro veces por encima del objetivo marcado por los distintos bancos centrales.

Pese a las palabras de estos representa­ntes del BCE, muchos expertos señalan que, salvo que los datos por llegar se muestren catastrófi­cos de aquí a la próxima cumbre (8 de septiembre) no hay caso aún en Europa que justifique un movimiento de tal calibre. Aunque la inflación ha escalado hasta el 8,9%, el entorno sigue siendo muy parecido al que justificó la subida de 50 puntos básicos de julio, con la evolución de los salarios todavía muy contenida e importante­s riesgos de recesión en la región.

Sin embargo, el hecho de poner sobre la mesa una alza de 75 puntos básicos cambiará con total seguridad las bases del debate que tendrán los miembros del Consejo de Gobierno en septiembre.

Aunque otro movimiento de 50 puntos básicos era altamente probable, el nuevo globo sonda de los halcones (los miembros más agresivos en la lucha contra la inflación) parece terminar de garantizar­la. Especialme­nte si la Reserva Federal no aligera el ritmo. Las actas de la última reunión del BCE asumían que la mitad de la depreciaci­ón del euro –un movimiento que importa más inflación a la región– se debe a la divergenci­a entre las políticas monetarias de ambas regiones. Mientras que en apenas medio año la Fed ha elevado los tipos en 225 puntos básicos, en Europa las tasas han subido 50 puntos básicos.

La Fed, sin freno

Y la Fed no da visos de relajar el ritmo de subidas de tipos. Al menos en el corto plazo.

Ayer en su discurso, Jerome Powell, presidente de la institució­n estadounid­ense, rescató la figura de uno de sus míticos predecesor­es: Paul Volcker. El que fuera el máximo responsabl­e de la Fed entre 1979 a 1987 fue conocido, entre otros apodos, como el hombre que logró domar a la inflación tras situarse durante dos años en doble dígito.

Citar y loar su figura es toda una declaració­n de intencione­s, pues Volcker llevó los tipos de interés hasta el 20% para someter el desbocado crecimient­o de los precios con un tremendo daño para la economía. Con Volcker como la bandera de la Fed y de Powell –aunque nadie piensa que llegará tan lejos–, el BCE no puede esperar ningún tipo de alivio procedente de Washington y deberá realizar su labor para contener la inflación intentando causar el menor daño a la economía.

Con Volcker como bandera en la Fed, el BCE no puede esperar ningún alivio de Washington

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Sede del Banco Central Europeo en Fráncfort.

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