Novartis presenta un ERE para el 20% de la plantilla en España
Novartis anunció ayer un expediente de regulación de empleo (ERE), el segundo en tres años, para despedir a entre 220 y 240 trabajadores, lo que supone aproximadamente el 20% de la plantilla. La multinacional suiza argumenta que el despido colectivo por causas organizativas se enmarca dentro de la reestructuración en que está inmersa para adaptarse a un nuevo modelo de negocio.
La farmacéutica lleva varios meses inmersa en una “profunda transformación” del negocio a nivel global y que pasa por la simplificación de su modelo operativo para centrarlo en la innovación y en la productividad, lo que supondrá la salida de unos 8.000 trabajadores en todo el mundo. Los despidos afectarán a la parte operativa, posiciones de campo y de oficina, pero no a las fábricas.
Uno de los principales cambios en la estructura de la empresa es la integración de las unidades de negocio farmacéutico y oncológico, y una estrategia centrada en cinco áreas terapéuticas: cardiovascular, inmunología, neurociencias, tumores sólidos y hematología. Esta nueva estructura comporta la eliminación de ciertas posiciones en toda la organización.
Hace tres años, la compañía despidió a 63 empleados de la red de ventas del área de respiratorio
El expediente se enmarca en una reestructuración global que afecta a 8.000 empleados
Atenuar el impacto
Novartis, liderada en España por Jesús Ponce, aseguró que tiene “la voluntad de atenuar en la medida de lo posible sus consecuencias” y que mantendrá una “actitud de diálogo constante” durante el proceso de negociación con los representantes de los trabajadores que se iniciará próximamente. La farmacéutica dijo estar “comprometida” a llevar a cabo este proceso de manera “justa, transparente y sin comprometer la capacidad de servir a sus clientes y pacientes”. La mesa de negociación se constituirá en las próximas semanas.
La multinacional suiza ya presentó un ERE hace dos años. La compañía despidió a 63 trabajadores de la red de ventas del área de respiratorio. Inicialmente, el expediente estaba previsto para 92 empleados. En los últimos cuatro años, la compañía ha reducido en un tercio la plantilla, hasta los 2.000 empleados.
Novartis cuenta con cinco plantas de producción en España, las de Palafolls, Les Franqueses y Esplugues, en Barcelona, una en Murcia y otra en Zaragoza, después de que en 2020 vendiese sus plantas de Barberà del Vallès y El Masnou al grupo industrial suizo Siegried. Por otra parte, la compañía está ejecutando una inversión de 50 millones de euros en Palafolls para poner en marcha una nueva planta del principio activo estéril para antibióticos.
Respuesta sindical
El delegado sindical de UGT en Novartis, Miguel Mur, explicó que el anuncio del ERE no ha sido una noticia “agradable pero sí esperada” por la reestructuración anunciada por la empresa hace meses, aunque ha reconocido que la afectación es “mucho más grande” de lo que esperaban, informa Efe. El responsable del sector farmacéutico de CCOO, Raúl Martínez, consideró que el ERE no tiene justificación porque los resultados económicos de Novartis son positivos.
En 2021, Novartis obtuvo un volumen de ingresos de 1.546 millones de euros en España, lo que supone un crecimiento del 13%, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil.
La Comisión Europea estudia si las ‘Big Tech’ deben asumir más coste de las telecomunicaciones
redes, pero los modelos financieros (de las telecos) actuales son difíciles. Las grandes tecnológicas están acumulando beneficios y es hora de un reequilibrio”, señala Carr.
Barclays prevé que si se modificara la ley para que las tecnológicas paguen la mitad de los costes de elevar la capacidad de las redes, podría suponer una inyección anual de entre 3.000 millones y 4.000 millones de euros para el sector. Las telecos están gastando decenas de miles de millones en transformar las redes de cobre a fibra y en el despliegue de 5G, para hacer frente al aumento del tráfico.
Pero los grupos tecnológicos sostienen que ya contribuyen generosamente a la infraestructura de Internet invirtiendo en centros de datos y cables submarinos, así como desarrollando los servicios que los clientes quieren utilizar en los smartphones y los ordenadores. También afirman que la propuesta de hacerles pagar socava el principio de “neutralidad de la red”, que prohíbe a los proveedores de banda ancha discriminar cualquier tipo de tráfico.
Además, el debate se está enconando justo cuando en EEUU y Europa se endurece la fiscalización hacia las grandes tecnológicas por sus prácticas anticompetitivas y con respecto a la privacidad.
“Ahora que soy ministro, observo la situación europea y veo un gran desequilibrio”, señaló Vittorio Colao, ministro saliente de Innovación Tecnológica de Italia y ex consejero delegado de Vodafone, en un panel de Financial Times el mes pasado.
En el mismo evento, Christel Heydemann, la nueva CEO de Orange, admitió que las telecos no han podido monetizar el aumento del tráfico. “Si nos fijamos en el 2G, el 3G y el 4G, vemos que no hemos sido capaces de elevar los ingresos, lo que muestra que tenemos un mercado muy competitivo”. Heydemann explicó que si las telecos no encuentran la forma de cobrar a las grandes tecnológicas por las redes que usan deberán reducir sus inversiones.
Las telecos sostienen que la explosión del streaming de vídeo, que ha aumentado drásticamente la carga de datos de sus redes, ha hecho que sea más urgente abordar la cuestión. En 2021, el 56% del tráfico mundial de datos fue generado por sólo seis empresas –Google, Meta, Netflix, Apple, Amazon y Microsoft–, según un informe publicado por ETNO, la patronal de las telecos europeas.
Pero Matt Brittin, presidente de negocios y operaciones en Europa de Google, argumenta, a la contra, que los grupos tecnológicos ya han invertido mucho en infraestructura de Internet. Google ha gastado 12.000 millones de euros en seis grandes centros de datos en Europa, ha construido 20 cables submarinos en todo el mundo, cinco de ellos en Europa, y ha invertido en ayudar a los operadores de telecos a almacenar contenidos localmente para hacer frente a los picos de tráfico, explica a FT.
Netflix argumenta que es el desarrollo de contenidos y servicios de alta calidad lo que impulsa la demanda de Internet. Además, algunos analistas contrarios a que las tecnológicas financien las redes sostienen que, en el fondo, sería equivalente a un impuesto punitivo sobre la misma digitalización que los políticos se esfuerzan en promover, que podría erosionar los incentivos de las tecnológicas para invertir en nuevas tecnologías y que existe un riesgo real de que los costes adicionales se transfieran a los consumidores subiendo precios.
La tecnológicas afirman que ya contribuyen a las infraestructuras de Internet