Elecciones en Brasil: un catalizador ya superado
En las elecciones presidenciales de Brasil celebradas el 2 de octubre, Lula da Silva (Partido de los Trabajadores) obtuvo un 48,4% de los votos superando a Bolsonaro (Partido Liberal), con un 43,2%, lo que obligará a una segunda ronda el 30 de octubre. También se renovaron la Cámara de Diputados (513 miembros) y un tercio del Senado (27 de los 81 miembros). Las elecciones dejan un Parlamento menos fragmentado y sesgado a derechas. Con la subida del Partido Liberal (13 senadores/99 diputados frente al Partido de los Trabajadores 9/68), el bloque de derechas (PL/PP/Republicanos) controla más de un 33% de la Cámara y un 28% del Senado frente a la izquierda (PT/PCdoB/PV) 16% y 11% respectivamente, y la clave para aprobar leyes sigue estando en el centro.
Para la segunda vuelta de las presidenciales, una base social de derechas más movilizada, la buena evolución del mercado laboral y el incremento del gasto social de Bolsonaro podrían estrechar más la diferencia con Lula, pero con el nivel de abstención actual (20,9% frente al 20,2% de 2018) éste sólo necesita el 20% de los 9,9 millones de votos que optaron por otro candidato en la primera vuelta y contará el con apoyo expreso de algunos de ellos. La opción más probable es una Presidencia de Lula que busque el soporte de los partidos de centro y centro-derecha (MDB, PSD, PSDB/Cidadania) para lograr una mayoría simple. Por el lado positivo, eso dificulta que Lula pueda imponer su agenda política (y deshacer las reformas positivas de Bolsonaro) y asegura un mayor control presupuestario, pero por el lado negativo no podrán llevarse a cabo reformas estructurales necesarias que requieran cambios en la Constitución y una mayoría cualificada de 2/3.
En Bolsa, el rally posterior a las elecciones (Bovespa +4,9% frente al índice global que agrupa a todos los emergentes, el MSCI Emergentes, que sube un +1% desde ese momento) ya habría puesto en precio este resultado. En adelante ya no habría catalizadores nuevos en la medida en que la campaña de Lula, dirigida a captar votantes moderados, ofrece poco detalle sobre su modelo fiscal, la aprobación de una ley que reemplace el techo de gasto constitucional y la reforma laboral. A futuro, la dificultad para acometer reformas estructurales apunta a que se mantendrá un crecimiento bajo con fuertes desequilibrios macro (déficit público).
Consumo privado
Por valoración el Bovespa es bastante atractivo, cotiza con un descuento del 30% en precio sobre beneficio sobre su media desde 2003 frente al -10% del índice MSCI emergentes, el -19% del Euro Stoxx y el -2% del S&P 500 norteamericano. El crecimiento de Brasil se ve relativamente poco afectado por la incertidumbre geopolítica y el conflicto en Ucrania, con un consumo privado que en el primer semestre de 2022 impulsó el crecimiento gracias a la rápida creación de empleo pospandemia.
A esto se añade una política monetaria menos dura (el Banco Central de Brasil sería de los más adelantados en el proceso de tensionamiento monetario y ya sorprendió al consenso al mantener el tipo de interés de referencia selic sin cambios en el 13,75% en septiembre, aunque ha dejado la puerta abierta a nuevas subidas en función de la evolución de la inflación). La marcha del Bovespa en adelante (tenemos recomendación de neutral) vendrá en gran parte marcada por el grado de reapertura y los nuevos estímulos fiscales desde China (posteriores al Congreso del Partido Comunista). Los valores cotizados españoles con más exposición a Brasil son Telefónica, Santander, Mapfre e Iberdrola, y entre los más pequeños destacan CIE Automotive, Sacyr o Aena.
El crecimiento de Brasil se ve relativamente poco afectado por la incertidumbre geopolítica