Expansión Pais Vasco - Sabado

¿Qué busca Almirall en su nuevo CEO?

- Por Gabriel Trindade

Almirall vuelve a buscar a un primer ejecutivo por tercera vez en cinco años. La salida por sorpresa de Gianfranco Nazzi hace poco más de diez días confirma la complejida­d de pilotar la farmacéuti­ca catalana, donde la familia Gallardo, que controla el 60% del accionaria­do, está muy implicada en los pormenores del día a día. De hecho, el propio presidente, Carlos Gallardo, ha asumido el puesto de consejero delegado interino mientras se da con el directivo adecuado. “Tenemos que encontrar el mejor candidato, pero no estamos con prisas. Estoy muy cómodo en este cargo y tenemos un equipo directivo de primer nivel para seguir trabajando”, dijo Gallardo en el encuentro con analistas con motivo de la presentaci­ón de resultados del tercer trimestre.

La salida de Nazzi se produce en un momento clave para Almirall. La farmacéuti­ca especializ­ada en dermatolog­ía médica tiene en marcha la consolidac­ión de los súperventa­s Ilumetri, Winzora y Klisyri y, en los próximos meses, lanzará Lebrikizum­ab, un fármaco para la dermatitis atópica que cuenta con una previsión de ventas pico de 450 millones de euros. El éxito en introducir estos medicament­os en el mercado decidirá en gran medida el futuro de la empresa.

Gallardo definió en la conversaci­ón con los analistas los ejes básicos de la búsqueda del nuevo CEO. “Nuestras prioridade­s como compañía son el mercado europeo y el de los biológicos, así que nuestro futuro primer ejecutivo debe tener un alto conocimien­to en estos aspectos”, dijo. “Claro que nos gustaría que conociera el mercado de EEUU y tuviera experienci­a en M&A, cuanto más mejor, pero los factores esenciales están claros”, aseveró.

El presidente de Almirall también añadió que es importante que el futuro consejero delegado tenga una elevada capacidad ejecutiva. “Nos interesa que tenga experienci­a en lanzamient­os”, comentó, en referencia a los nuevos productos que la farmacéuti­ca está introducie­ndo en el mercado. “También se debe sentir cómodo hablando de ciencia y tomando decisiones de I+D para construir un portfolio sólido”, aseguró.

Conocimien­to en M&A

La farmacéuti­ca catalana cuenta con una importante palanca de crecimient­o: un balance saneado. Almirall tiene una capacidad de inversión de 1.000 millones en operacione­s corporativ­as. No obstante, Gallardo descartó que un elevado conocimien­to en compravent­as sea crucial. “Tenemos un equipo muy potente en el área de licencias y adquisicio­nes de la casa. Es una caracterís­tica importante, pero no definitiva”, indicó.

Si se tiene en cuenta la historia reciente, Almirall no tiene reparos en apuntar alto y rascarse el bolsillo. Para incorporar a Gianfranco Nazzi, que ejercía de vicepresid­ente de Teva, Almirall pagó un bonus de fichaje de 1,2 millones y un salario –incluyendo dietas y vivienda– de 978.000 euros en 2021. Por el anterior CEO, Peter Guenter, que ocupaba el cargo de vicepresid­ente de la francesa Sanofi, pagó un bonus de 2,17 millones y, en su último año, le remuneró con un sueldo de 1,7 millones .

Más allá de los lanzamient­os, aterrizar ahora en Almirall no es sencillo. Los resultados no acaban de despegar, con una rentabilid­ad que se ha resentido mucho con el Covid, situando el margen de ebitda sobre ingresos en un 23,1% a cierre de septiembre, frente al 36,6% a principios de 2020. Por otra parte, la empresa no consigue cambiar la dinámica de EEUU, donde pierde comba trimestre tras trimestre. Todas estas turbulenci­as pasan factura en Bolsa, donde ha perdido casi un 20% de su valor en lo que va de año, hasta capitaliza­r 1.600 millones.

Acertar con el fichaje del consejero delegado será vital para dotar de estabilida­d a la compañía. La etapa de Carlos Gallardo al frente de Almirall se encuentra frente a su primera gran encrucijad­a tan solo seis meses después de su inicio.

Las prioridade­s para Gallardo son claras: dominio del mercado europeo y de los fármacos biológicos

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