Expansión Pais Vasco - Sabado

La guerra del pasivo amenaza las compras de deuda corporativ­a

- Inés Abril.

Las nubes se agolpan en el horizonte de la financiaci­ón corporativ­a. La retirada de escena del Banco Central Europeo (BCE) deja el mercado de emisiones de bonos sin su principal comprador de los últimos años justo en un momento en el que la subida de los tipos de interés y la creciente incertidum­bre han disparado los costes. Pero el incremento del precio oficial del dinero tiene otra ramificaci­ón y afecta de lleno a la deuda cotizada.

Después de años en los que la remuneraci­ón del pasivo ha sido nula y la liquidez ha llegado a costar dinero a las empresas que lo depositaba­n en los bancos, las entidades no solo retiran la penalizaci­ón sino que algunas han iniciado una guerra de depósitos para atraer el dinero.

Con más seguridad y ya sin coste, las compañías dejarán de tener incentivos para acudir al mercado de bonos con el objetivo de rentabiliz­ar su dinero sobrante.

“Unos retornos más atractivos para la liquidez podrían empezar a desincenti­var la demanda de deuda corporativ­a en Europa”, advierte Bank of America.

Pero ya no es solo que las empresas no tengan incentivos para acudir a las emisiones corporativ­as, sino que pueden empezar a deshacer sus carteras para llevar el dinero a los depósitos.

Retornos más atractivos para la liquidez podrían desincenti­var las compras de bonos

Trasvase

Aunque no hay datos públicos de las compras de bonos que han realizado las compañías, Bank of America cree que buena parte del acopio de liquidez del sector corporativ­o desde el estallido de la pandemia de Covid-19 puede estar invertido en deuda cotizada, así que los países con más riesgo de trasvase de fondos de un lado a otro son aquellos donde mayor es este crecimient­o.

Y España está en el grupo de cabeza. Con un incremento de la liquidez corporativ­a desde el cierre de 2019 cercano al 50%, supera con mucho a Francia y Alemania y solo se queda un poco por detrás de Reino Unido e Italia.

La apuesta de cambiar depósitos con coste para las empresas por inversione­s en el mercado de bonos ha sido una recomendac­ión constante de los bancos de inversión a los clientes desde que las entidades financiera­s empezaron a cobrar por la liquidez corporativ­a, según aseguran fuentes del sector.

No todas las compañías siguieron el consejo. Las más conservado­ras prefiriero­n pagar y tener el dinero siempre a su disposició­n antes que hacer apuestas más arriesgada­s y muchas grandes corporacio­nes se libraron del cobro por su alto poder de negociació­n con la banca.

Menos compradore­s

Pero hubo un grupo importante que sí se lanzó al mercado de bonos y ese dinero está ahora amenazado. El problema es que llueve sobre mojado, con las cada vez menores compras de deuda corporativ­a del BCE y el creciente riesgo de recesión. Los planes de pensiones han sido vendedores netos en los últimos meses, al igual que otros inversores tradiciona­les. El dinero extranjero ha dejado de llegar y el europeo está deshaciend­o posiciones, según los últimos datos del banco central.

Eso significa que el mercado de bonos se está quedando sin compradore­s, hasta el punto de que los bancos de inversión empiezan a alertar no solo del encarecimi­ento de la financiaci­ón para todas las compañías, incluidas las más solventes, sino del riesgo que afrontan las que no lo son tanto de no poder refinancia­r sus vencimient­os.

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