Del Empire a la Torre Eiffel: subir escaleras como deporte
Las carreras verticales o ‘tower running’ ganan cada vez más adeptos.
COMPETICIÓN
Subir las escaleras en vez de coger el ascensor es una forma de hacer deporte que puede convertirse en toda una afición. Lo saben las miles de personas que cada año compiten en una de las bautizadas como “carreras verticales” o simplemente “competiciones de subir escaleras”, conocidas también por su denominación en inglés como tower running. Es algo parecido a combinar el senderismo por una cima muy empinada con la potencia de un sprint de velocidad.
Con esta carta de presentación, se trata de una disciplina que gana cada vez más adeptos en todo el mundo que se lanzan a la conquista de las escaleras, generalmente dentro de los rascacielos. Comenzó como un evento original en la Torre Eiffel en 1905 con 283 participantes y se ha convertido hoy en un fenómeno global con especial popularidad en EEUU y Asia, donde abundan los edificios elevados, pero sin olvidar su paso en capitales como Madrid en la Torre Emperador Castellana.
Las carreras con más fama se celebran en edificios emblemáticos, como el Empire State Building de Nueva York con sus 1.576 escaleras, una de las más icónicas junto a la Torre Willis de Chicago (con 2.109 peldaños) o la Torre 43 de Londres, con 932. Muchos pasos, pero un simple entrenamiento para el medio millar de personas seducido cada año por la Niesen Treppen Lauf, en los Alpes Suizos, la más larga con 11.674 escalones. Un reto que los más rápidos hacen en una hora, en un contexto en el que este deporte cuenta con su propio circuito a través de la Towerrunning World Association (TWA) y el Vertical World Circuit (VWC).
Lanzarse a subir escaleras, y con permiso como siempre de las pruebas previas de salud, está al alcance casi de cualquiera. No se necesita equipamiento especializado y permite quemar muchas calorías en menos tiempo que otro tipo de actividades cardiovasculares. Las ganancias, como es obvio, se centran en ganar fuerza en cuádriceps, glúteos, isquiotibiales y gemelos. Pero es mucho más que un entrenamiento agotador para las extremidades inferiores, como avisa Courtney Fearon, entrenador de Nike Wellness. El experto recuerda que con este tipo de ejercicio “los músculos del core, el corazón y los pulmones también trabajan más, ya que la inclinación de las escaleras es un gran desafío que superar”. Además, apunta, es más exigente para el sistema cardiovascular que otras actividades de cardio hechas con la misma intensidad.
Investigaciones
La literatura científica apoya, asimismo, este ejercicio vertical desde hace mucho tiempo. Ya hace casi dos décadas, la investigación Efectos del entrenamiento de sesiones cortas de subir escaleras sobre la aptitud cardiorrespiratoria, los lípidos sanguíneos y la homocisteína en mujeres jóvenes sedentarias publicado en British Journal of Sports Medicine concluía que las participantes en el estudio que subieron escaleras para hacer ejercicio aumentaron en un 17,1% su VO2 máximo, indicador que mide la cantidad de oxígeno que el cuerpo absorbe y utiliza mientras hace ejercicio. Al tiempo, desde Harward Medical School advierten de que las personas sedentarias tienen un 33% más de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco que las que suben ocho tramos de escaleras al día. Y en Southeast University, por citar otra de las decenas de investigaciones, resaltan que el impacto en las extremicomo dades inferiores es menor que cuando se opta por otras actividades como correr, lo que aleja el riesgo de lesiones.
Para entrenarlo, Fearon explica que se puede crear un programa variado siguiendo los mismos principios que para otros tipos deportes el running. Recomienda “sesiones por intervalos, ascensos de resistencia largos y lentos, cuestas de velocidad con descansos más largos entre intervalos y entrenamientos para desarrollar la fuerza y la resistencia en los músculos”. Todo ello combinado con ejercicios del tren superior como flexiones, remo o elevaciones de brazos y curls. “Al fin y al cabo, al subir los escalones usando los pasamanos se activan los músculos de empuje y tracción”, explica.
Otros expertos en entrenamiento como Technogym ofrecen asimismo guías de entreno. Sus consejos parten de “saltos en pie plano sobre los escalones a partir de una posición de squat alimentan el empuje y la extensión de los miembros inferiores”. Las pantorrillas y los cuádriceps serán los primeros músculos afectados por estas sesiones. “El segundo grupo, es decir, los músculos de refuerzo, incluye sprints en unos veinte pasos y extensiones en la rampa, manteniendo un paso ancho, como dos pasos a la vez”, apostillan.