El nuevo impuesto pone bajo presión el beneficio y el dividendo de la banca
NUBARRONES SOBRE EL SECTOR/ El anuncio del nuevo tributo de Sánchez reduce la flexibilidad de las entidades españolas en un entorno macroeconómico de elevada incertidumbre.
Nuevos tiempos convulsos para el sector bancario español. El anuncio de Pedro Sánchez de que impondrá un nuevo impuesto sobre los beneficios que las entidades obtengan por las subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) ha caído como un jarro de agua fría.
Los bancos comenzaban a sacar la cabeza tras años de tipos negativos y depresión en los que han perdido gran parte de su rentabilidad y de su valor en Bolsa. Sin embargo, según señalan diferentes analistas y agencias de ráting, el nuevo mazazo pondrá bajo presión sus beneficios y, como segunda derivada, también su dividendo.
A falta de conocer detalles sobre cómo se articulará este impuesto, Scope Ratings calcula que los 1.500 millones de euros al año que se pretenden recaudar suponen alrededor de un 7% del beneficio neto atribuible de 2021 de los diez mayores grupos bancarios españoles. DBRS Morningstar, por su parte, sostiene que el nuevo impuesto reduce una de los principales vientos de cola de los bancos en un momento de incertidumbre económica y en un contexto de muy baja rentabilidad, pues el ROE se situó en el 5,4% en el sector en marzo.
La agencia de calificación crediticia estima que el sector bancario mejorará su margen de intereses en alrededor de 4.100 millones de euros ante el impacto de las subidas de tipos previstas. Este cálculo dejaría un aumento del margen de 2.600 millones a repartir entre el sector, pero la realidad no es tan sencilla.
Mientras que el impuesto impacta directamente en el beneficio, la estimación respecto al encarecimiento del precio del dinero se hace sobre los ingresos, por lo que parte puede quedarse por el camino. De hecho, las subidas de tipos pueden tener efectos mucho más amplios sobre el negocio bancario que los márgenes de intereses como, por ejemplo, un aumento de la mora
El BCE ha repetido en numerosas ocasiones que ni siquiera está claro que la subida de los tipos vaya a tener un efecto positivo sobre el beneficio de los bancos sino que, a medio plazo, podrían incluso primar los costes si se deteriora la economía. Según señaló Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, “las insolvencias que no se produjeron durante la pandemia pueden ser realidad ahora, si no todas, parte de ellas”, y eso podría hacer una mella en el negocio bancario con la que ha contado el nuevo impuesto.
“El impuesto reduce la flexibilidad de los bancos españoles para lidiar con el entorno de incertidumbre. Junto con la tasa, los bancos españoles también podrían verse afectados por el deterioro de la economía española, lo que se traduciría en nuevas provisiones y menores volúmenes de negocio”, explica Pablo Manzano, de DBRS Morningstar.
Dividendos
Con los beneficios bajo presión, el dividendo de la banca podría verse también resentido a consecuencia del nuevo impuesto. El consenso de analistas asegura que las entidades mantendrán sus políticas de remuneración con un pay out estable. Eso supone que, si el beneficio desciende, la retribución a los inversores será menor.
Algunas casas de análisis, como Singular Bank, sostienen que, al tratarse de un impuesto transitorio, los bancos harán un esfuerzo para mantener el dividendo elevando su pay out de una media del 50% del beneficio hasta el 65%. Sin embargo, para una medida de este tipo el sector necesitaría el visto bueno del BCE, que ya ha pedido a los bancos que hagan una revisión prudente de las expectativas de la trayectoria de su capital y, por lo tanto, también de sus dividendos.
La pasada semana, Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión Bancaria, anunció que solicitaría a los bancos que incluyeran escenarios de recesión en sus previsiones ante la mayor probabilidad de que se materializasen. El difícil contexto económico ya ejercía una presión sobre el dividendo que ahora se redobla con el impuesto.
Aunque muchos analistas dudan incluso de que el impuesto pueda ver la luz. Para Alberto Roldán, director de Inversiones de Metagestión, “tiene muy pocas probabilidades de implementarse y está muy lejos de que la recaudación efectiva llegue por asomo a los 1.500 millones”.
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El sector tendrá que hacer un esfuerzo y elevar el ‘pay out’ si quiere mantener el dividendo