La banca teme jugar en desventaja por el nuevo impuesto
El nuevo impuesto anunciado ayer por el Gobierno para los beneficios obtenidos por la banca en un entorno de tipos de interés al alza, y que prevé una recaudación de alrededor de un 10% de los beneficios anuales del sector, podría revertir la ventaja comparativa con la que creían contar los bancos españoles en plena normalización de la política monetaria. Así lo señalan varias fuentes financieras tras conocer las primeras intenciones del Ejecutivo.
Y es que el sector se las prometía felices, después de años de tipos de interés negativos. Los analistas llevaban meses señalando a entidades como CaixaBank, Sabadell o Unicaja, entre otras, como las más beneficiadas del entorno europeo en un escenario de subidas de tipos de interés.
Autonomous, por ejemplo, preveía un aumento de los ingresos del 13% para Sabadell durante los próximos tres años y del 10% en el caso de CaixaBank. UBS, por su parte, estimaba un incremento de los ingresos de 170 millones de euros anuales para CaixaBank y de 40 millones en el caso de Unicaja.
Pero los beneficios no sólo se registrarían en la cuenta de resultados.
La agencia de calificación crediticia S&P realizó una proyección sobre cómo se incrementaría el capital del sector bancario europeo en el nuevo entorno de tipos de interés al alza y cuatro entidades bancarias españolas (Santander, CaixaBank, Bankinter y Kutxabank) aparecían en el selecto grupo de bancos europeos que lograban elevar sus ratios de solvencia gracias a su sensibilidad positiva a unos tipos más altos.
Fuentes del sector insisten ahora, a falta de conocer los detalles finales sobre cómo y sobre quién se articulará este tributo, en que estos augurios y estas proyecciones positivas están en este momento en cuestión.
Lo que sí se ha materializado ya es el castigo en Bolsa como reflejo de que ahora el mercado teme que los bancos españoles serán menos rentables, explica un directivo del sector, que teme que en las próximas semanas se esfume la ventaja comparativa que los grupos bancarios en España habían logrado en el ámbito europeo, devolviendo a las entidades a una situación de dificultad.
Y es que diversas fuentes consultadas lamentan que la medida anunciada ayer, más allá del daño en el valor de la acción de una jornada, pueda suponer un cambio de tendencia para el sector de cara a los mercados, encareciendo y dificultando el acceso de la banca española a la financiación.
Un nuevo escenario
Los bancos españoles llevan años amasando capital para reforzar sus ratios de solvencia, pero éstas siguen siendo de las más bajas del concierto europeo y es previsible que la ralentización económica y las subidas de tipos exijan realizar mayores provisiones por el aumento de la morosidad.
“En un contexto en el que las entidades son lo bastante rentables, esto no sería un gran problema, ya que éstas serían capaces de generar capital de manera orgánica”, señala un directivo del sector, que advierte sobre el peligro de que acceder a nuevos recursos propios sea cada vez más complicado para los bancos en España