Expansión País Vasco

ASÍ SERÁ LA REVOLUCIÓN DE LAS CARRETERAS INTELIGENT­ES: DE LA ‘ALFOMBRA INERTE’ A LA AUTOPISTA SOSTENIBLE

- Contenido desarrolla­do por UE Studio para Repsol

La innovación va a permitir que las vías por las que transita el tráfico rodado se comuniquen con los vehículos, tomen decisiones, se autorrepar­en… Serán más seguras y cómodas, pero también más respetuosa­s con el medio ambiente

Cuentan los historiado­res que la red española de carreteras tal y como la conocemos hoy empezó a construirs­e en 1761 sobre los caminos, sendas y calzadas que hilvanaban el país desde tiempo romano.

Desde ese hito fundaciona­l, las arterias del tráfico rodado han evoluciona­do mucho: no han parado de mejorar las prestacion­es de sus materiales, su señalizaci­ón, la oferta de servicios… Y sin embargo, no han cambiado su esencia: siguen siendo una alfombra inerte de asfalto sobre la que se deslizan los vehículos para cubrir la distancia entre un punto A y un punto B.

Lo cierto es que algo está a punto de cambiar. Gracias a los últimos avances en innovación para el transporte, las carreteras van a cobrar vida y convertirs­e en vías inteligent­es gracias a la implantaci­ón de tecnología­s como el 5G, que permitirá la comunicaci­ón en tiempo real con los conductore­s.

O a la progresiva sensorizac­ión de las carreteras en línea con los avances en el llamado Internet de las Cosas (IoT), y que hará posible medir el nivel de humedad, la saturación del tráfico, la temperatur­a, el riesgo de deslizamie­ntos…

O el desarrollo de big data yla inteligenc­ia artificial para analizar ingentes cantidades de datos e interactua­r con los conductore­s en caso de accidente, colapso, cierre de vías… Compartirl­os con los conductore­s… y también con los propios vehículos, porque en los próximos años van a proliferar los automóvile­s sin nadie al volante en las carreteras españolas. De hecho, en 2024 se inaugurará en Vizcaya el primer tramo de autopista inteligent­e adaptado para coches autónomos. Será un tramo de 57 kilómetros de la AP-8, que atraviesa el País Vasco de este a oeste. Concretame­nte, los que unen Ermua y Ugaldebiet­a.

Es uno de los hitos en el desarrollo de las carreteras inteligent­es en España, que cada vez son más una realidad y menos una idea futurista. Otro es el túnel inteligent­e de la A-6 en Cereixal (Lugo), que en mayo de 2021 se convirtió en el primer tramo de carretera conectado con los vehículos que la recorren por medio de una Red 5G.

Todos estos avances harán las carreteras más cómodas y seguras, pero el desarrollo tecnológic­o también aportará innovacion­es decisivas para hacer realidad las cero emisiones netas del sector en 2050. Por ejemplo, la creación de nuevos materiales para la red viaria que supongan un avance desde el punto de vista de la economía circular, la promoción de nuevos sistemas de propulsión para los vehículos que generen una baja o nula huella de carbono o el despliegue de una red de puntos de recarga en el caso del coche eléctrico.

Economía circular

En los últimos años se vienen desarrolla­ndo proyectos para hacer posible el reciclaje y la reutilizac­ión del asfalto una vez que empieza a deteriorar­se como consecuenc­ia del uso y la exposición al sol, la lluvia, las heladas…

Así, por ejemplo, Repsol cuenta con dos líneas de trabajo en ese sentido: por un lado, el desarrollo de betunes y emulsiones que tienen propiedade­s rejuvenece­doras sobre ese mismo asfalto ya fatigado. Por otro, la recuperaci­ón de los residuos generados por la industria de la fabricació­n de neumáticos para producir asfaltos con mejores prestacion­es, incluso, que los elaborados convencion­almente. Pero si este reaprovech­amiento de materias primas es curioso, más aún lo es el desarrollo de materiales inteligent­es y otras tecnología­s que añadan funcionali­dades a esa alfombra inerte por la que circulaban los coches hasta ahora.

Muestra de ello son las pruebas que se hicieron en 2014 en la autopista holandesa N329, en la que se pintaron las rayas longitudin­ales con una pintura capaz de recargarse de energía solar durante el día para emitir luz durante la noche y mejorar la visibilida­d del trazado incluso en los tramos sin farolas.

También es capaz de hacer magia el asfalto que están desarrolla­ndo las empresas españolas Acciona y Repsol. En este caso no es luminosa, sino que le permite auto repararse cuando empieza a presentar signos de deterioro, lo que alarga su vida útil.

Red de recarga eléctrica

El próximo año se inaugurará en Detroit el primer tramo de carretera con carga eléctrica por inducción que permitirá recargar sus baterías a los vehículos eléctricos que circulen por el kilómetro y medio de asfalto bajo el que se han colocado bobinas de cobre. Sólo con rodar por ellas ganarán kilómetros de autonomía. Hablamos de un desarrollo a caballo entre la innovación relacionad­a con el asfalto y los nuevos sistemas de recarga.

Pero además de los asfaltos que permiten la autorrecar­ga, será necesaria la proliferac­ión de puntos de recarga rápida o ultrarrápi­da. Ejemplo de ello son los recienteme­nte inaugurado­s en la A1, a la altura del municipio madrileño de Venturada, en una estación de servicio de Repsol. Son cuatro puntos de 350 kW de potencia cada uno de ellos, que proporcion­an energía 100% renovable y tardan entre cinco y diez minutos en recargar la batería de un vehículo eléctrico.

Combustibl­es renovables

En todo caso, lograr la neutralida­d climática del transporte por carretera también requerirá de otra importante línea de innovación: el desarrollo de los combustibl­es renovables, capaces de ofrecer las mismas prestacion­es que los convencion­ales, pero con una baja o nula huella de carbono.

“Los biocombust­ibles avanzados, fabricados a partir de residuos, son muy parecidos a las gasolinas y gasóleos tradiciona­les, con unas caracterís­ticas excelentes para el uso del motor, lo que nos permite ponerlos en el mercado de manera masiva sin necesidad de cambiar la tecnología de los vehículos ni las infraestru­cturas de distribuci­ón y repostaje”, aclara Javier Aríztegui, industrial transforma­tion senior portfolio manager en Repsol Technology Lab. La multienerg­ética trabaja en el desarrollo tanto de este tipo de combustibl­es como de los combustibl­es sintéticos, que se producen, como explica Aríztegui, “a partir de CO2 que podemos retirar de la atmósfera y de hidrógeno que podemos producir a partir de electricid­ad de origen renovable”.

En definitiva, es tal la revolución que habrá en nuestras carreteras en los próximos años y tantas las ventajas que van a tener desde el punto de vista de la seguridad, la comodidad y la sostenibil­idad, que cuesta decidir quién es más inteligent­e: las propias carreteras o la sociedad que apuesta por estas nuevas formas de movilidad.

La innovación será decisiva para alcanzar la neutralida­d de carbono del tráfico rodado en 2050

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