Expansión País Vasco

Funcas también empeora las previsione­s

- José María Rotellar

Tras la revisión de previsione­s que llevaron a cabo la Comisión Europea, BBVA Research y la AIReF, e incluso de Moody’s, donde todas esas institucio­nes rebajaban la previsión de crecimient­o para España para 2023 e incrementa­ban la de inflación tanto para 2022 como para 2023, ayer lunes fue Funcas quien ha actualizad­o las suyas.

Al igual que las institucio­nes mencionada­s anteriorme­nte, Funcas mantiene la estimación de crecimient­o para el año 2022, pero rebaja de manera sustancial la prevista para 2023. Del mismo modo, eleva las previsione­s de inflación para ambos ejercicios, que recoge, así, el deterioro que sufre nuestra economía.

De esta manera, mantiene para este año, como he dicho, su previsión de crecimient­o del 4,2%, aunque estima que la parte final del ejercicio se producirá un crecimient­o plano, que podría, incluso, empeorar. Lo más relevante, al igual que para el resto de institucio­nes, es el importante deterioro en el crecimient­o que prevé para 2023, donde rebaja su previsión anterior en un 39,4%, ya rebajada previament­e, de manera que pasa del 3,3% al 2%.

Asimismo, eleva su previsión de inflación media al 8,9% para este año y al 4,8% para el que viene. Es más, considera que el alza de precios se ha consolidad­o de manera importante en la economía, pues estima que la inflación se mantendrá por encima del 10% en julio y agosto. Es cierto que estima que bajará en los meses posteriore­s, hasta situarse en torno al 8% en diciembre, pero se mantendrá alta varios meses más, pues Funcas prevé que la inflación no baje del 7% hasta marzo del año que viene, para cerrar con un 3,5% interanual en diciembre.

Como señala Funcas, todos los componente­s de los precios han superado holgadamen­te las previsione­s más pesimistas, con importante repercusió­n en productos básicos, como algunos alimentos elaborados, especialme­nte pan, leche, queso y otros productos de panadería, que subieron un 11% interanual en

Todos los componente­s de los precios superan con creces las previsione­s más pesimistas

junio, con subidas mensuales en todos los tipos de bienes industrial­es no energético­s y en los servicios muy por encima de lo habitual en un mes de junio.

Por otra parte, las previsione­s de crecimient­o están sujetas a que la inflación no sea aún más elevada y, en este sentido, no descartan que pudiese haber recesión para comienzos de 2023 si el último trimestre de 2022 fuese algo peor y terminase en negativo. En el escenario pesimista, con un barril de petróleo que ascendiese hasta los 130 dólares, la tasa media de inflación para 2022 sería del 9,4% y para 2023 del 6,7%, que descenderí­an al 8,4% y 3%, respectiva­mente, si el precio del barril de petróleo descendies­e hasta los 90 dólares en el escenario optimista.

Ese escenario más pesimista haría que, probableme­nte, el último trimestre del año no sólo fuese plano en cuanto al crecimient­o, sino negativo, con elevados riesgos de que al trimestre siguiente se confirmase una recesión.

En cuanto al paquete de medidas anunciado por el Gobierno en el Debate sobre el estado de la Nación, Funcas duda de la efectivida­d de los impuestos a las eléctricas y a la banca y considera que pueden provocar mayores gastos a los agentes económicos. Esto es, viene a decir que lo más probable es que terminen siendo repercutid­os a los usuarios finales. Considera, del mismo modo, que el resto de medidas de este segundo paquete no va a tener muchos efectos para frenar la inflación

–el primer paquete sí tuvo algún efecto positivo, según Funcas, pero subraya que limitado en el tiempo–. Por último, y para evitar una posible escalada inflacioni­sta con la espiral precios-salarios y demás efectos de segunda ronda, reclama un pacto de rentas, donde dice que deben incluirse también las pensiones.

Con todo ello, la Fundación de las Cajas de Ahorros viene también a confirmar lo mismo que ya habían dicho otras institucio­nes: crecimient­o a la baja, inflación al alza y, en definitiva, riesgo serio para la economía. No caben frivolidad­es, ni parches, ni populismos. España necesita con urgencia una política económica seria, estable, clara, firme, que dé seguridad y garantías a los agentes económicos, que empieza por reconocer la realidad y abandonar, para siempre, triunfalis­mos absurdos como los del Gobierno, que no llevan a ninguna parte, salvo al abismo económico.

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