Draghi: más madera para la crisis europea
La dimisión de Mario Draghi al frente del Gobierno italiano añade mayor inestabilidad e incertidumbre a una Europa que ve como su economía se debilita por la creciente amenaza de corte del suministro de gas ruso, del que depende sobremanera, la escalada de la inflación y unos tipos de interés al alza. El peligro estructural que suponen Putin y un conflicto al que no se le ve salida están teniendo consecuencias económicas adversas en todos los países y debilitando en el peor momento a los diferentes gobiernos. El problema es que esa inestabilidad no va a desaparecer a corto o medio plazo porque es imposible improvisar una alternativa realista en ese tiempo, ni en el plano militar ni en el energético ni en el monetario, que no suponga un mazazo aún mayor para el sistema productivo europeo. Y en esta coyuntura, la abrupta salida de Draghi, al que sus socios de gobierno, el populista Movimiento 5 Estrellas y los partidos de derecha Liga Norte y Forza Italia, han dejado en la estacada, supone un giro de tuerca irresponsable que ya está teniendo consecuencias. De momento, el gobierno de una economía central de la Unión Europea como es la italiana queda ahora en situación interina a la espera de que se convoquen elecciones anticipadas. Y los mercados han reaccionado: el mero anuncio de dimisión provocó ayer la venta masiva de deuda italiana y temor en las bolsas ante la posibilidad de que se desate abiertamente una nueva crisis del euro. El problema ahora es que, tras la retirada del exbanquero central no se adivina en Italia ninguna alternativa que pueda ofrecer la tranquilidad que Europa necesita.