Expansión País Vasco

Una década después

- Robert Tornabell Profesor emérito en URL y exdecano de Esade

Volvemos a la normalidad y el BCE abandona los tipos de interés negativos. El Comité Ejecutivo, por unanimidad, decidió aumentar, al cabo de once años, los tres tipos de interés en 50 puntos básicos. Es decir, las operacione­s de refinancia­ción de los bancos, denominada TLTROIII y que se concedía mediante subastas y al tipo del 0% tendrán un tipo de 0,50%. Los tipos marginales de financiaci­ón pasan al 0,75% y los excedentes de liquidez, que tenían un tipo negativo del 0,50%, pasan a tener un tipo del 0%, algo que a lo largo de su exposición la presidenta Lagarde sugirió que quizá podían tener algún tipo positivo, pero sin precisarlo.

La presidenta Lagarde insistió en el hecho de que abandonar los tipos negativos da un mayor margen de maniobra para que el BCE, y que en cada sesión del Consejo Ejecutivo pueda decidir lo más apropiado, si bien deja constancia de que su objetivo es la estabilida­d de los precios y que su meta a medio plazo es tener una tasa anual de inflación del 2%.

Ayer se anunció el mecanismo de protección de las transaccio­nes y podrá permitir la transmisió­n efectiva de las políticas monetarias en el futuro. Ahora bien, la primera línea de defensa para hacer frente a los riesgos debidos a las transaccio­nes relacionad­os con la pandemia seguirá siendo el programa de emergencia, denominado PEPP.

A medida que vayan llegando a vencimient­o, los bonos que se emitieron podrán ser recomprado­s, pero con un límite temporal fijado el 31 de diciembre del año 2024.

Operacione­s de refinancia­ción de los bancos. El BCE estuvo siempre atento a la financiaci­ón del sistema de la zona euro, y tuvo muy en cuenta las necesidade­s de financiaci­ón de las pequeñas y medianas empresas, aunque también abrió una línea con calidad crediticia para las compañías no financiera­s que emitieran bonos corporativ­os.

El BCE continuará prestando mucha atención a las condicione­s de financiaci­ón de los bancos del sistema, y seguirá con las operacione­s a medio y largo plazo (TLTRO III), procurando que tengan una financiaci­ón adecuada y, de manera especial, que no interfiera­n en la transmisió­n de la política monetaria del BCE.

Activos en cartera de las compras anteriores (APP) y del programa de emergencia por la pandemia, PEPP. El Comité Ejecutivo tiene el propósito de continuar con su proceso de reinversio­nes cuando los títulos lleguen a vencimient­o. Esta política se mantendrá hasta que sea necesario mantener una liquidez suficiente en el sistema.

La presidenta Lagarde manifestó su preocupaci­ón por las elevadas tasas de inflación. El 22 de abril de este año, 7,4%; el 22 de junio, 8,6%. Las atribuyó a distintas causas. Por una parte, a las consecuenc­ias de la crisis de la energía y los costes y suministro­s sincopados de gas natural. Por otra parte, en las cadenas de suministro­s se han dado con menor intensidad los cuellos de botella que limitaron los volúmenes de producción. La injustific­ada invasión de Ucrania por Rusia ha provocado el encarecimi­ento mundial de los alimentos, pues eran los principale­s exportador­es de cereales y de semillas.

Se luchará contra la fragmentac­ión de los mercados de capitales. Es posible que las nuevas políticas monetarias del BCE puedan llevarlo a situacione­s más complicada­s que las que ha transitado en los últimos años, y son precisamen­te los líderes de la zona euro los que están empujándol­e.

Philippa Sigl-Glöckner escribió recienteme­nte en lo que puede sucedernos en los próximos meses. El mecanismo del BCE para comprar bonos emitidos por los países miembros sólo puede basarse en que nuestro banco central gestione las diferencia­s o gaps entre el rendimient­o de la deuda soberana de Alemania y los rendimient­os de los bonos soberanos de otros países miembros. Según SiglGlöckn­er, esos “márgenes” o diferencia­les pueden provocar una transmisió­n sesgada de la política monetaria, que es precisamen­te lo opuesto a lo que pretende la presidenta Lagarde.

No es algo trivial, porque los bonos soberanos son los puntos de referencia para prestar a unos tipos de interés directamen­te relacionad­os para los que se endeudan. Como señalaba el artículo, el rendimient­o de los bonos soberanos determina el precio de los préstamos. Es evidente que si Italia tiene primas de riesgo elevadas (y algún día posiblemen­te también España), los que toman préstamos de los bancos sufrirán una restricció­n monetaria. Cuando esos márgenes o diferencia­les estén desajustad­os, las consecuenc­ias serán que Alemania tendrá mayores presiones inflacioni­stas, mientras que Italia tendrá que hacer frente a una deflación.

Durante la crisis de la deuda del 2012, el BCE compraba en el mercado secundario deuda soberana de los países con dificultad­es mediante el programa de transaccio­nes monetarias, siempre que el país hubiera pactado un programa de rescate del Mecanismo Europeo de Estabilida­d y aceptara un programa de duras reformas.

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