Expansión País Vasco

Es el momento de decidir si queremos salvar el acuerdo nuclear con Irán

Recuperar el acuerdo nuclear con Irán mostrará que los pactos internacio­nales equilibrad­os son posibles en tiempos turbulento­s.

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Hace siete años, los cinco miembros permanente­s del Consejo de Seguridad de la ONU, Alemania, Irán y el Alto Representa­nte de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad concluyero­n un acuerdo diplomátic­o histórico. El Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA por sus siglas en inglés) fue el resultado de años de intensa diplomacia sobre el programa nuclear de Irán y obtuvo el respaldo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU.

Garantizó límites estrictos a las actividade­s nucleares de Irán y el régimen de vigilancia e inspección más amplio jamás aplicado por el Organismo Internacio­nal de Energía Atómica. A cambio, abrió la perspectiv­a de beneficiar­se económicam­ente del levantamie­nto de las sanciones de EEUU, la UE y la ONU a Irán.

La plena implementa­ción de este acuerdo se ha visto gravemente afectada por la decisión de Donald Trump en 2018 de retirar a EEUU del mismo y de llevar a cabo una campaña unilateral de “máxima presión”. Por su parte, Irán ha aumentado su actividad nuclear hasta niveles alarmantes. Lamentable­mente, también ha limitado la supervisió­n del OIEA, y no ha cooperado plenamente con el organismo en virtud de sus obligacion­es básicas de salvaguard­ia. La “máxima presión” ha fracasado. Mientras tanto, y a pesar de los mejores esfuerzos de los participan­tes restantes, el pueblo de Irán se ha visto privado de los plenos beneficios del levantamie­nto de las sanciones.

Para revertir esta peligrosa escalada, en calidad de coordinado­r del JCPOA, aproveché el impulso político de una nueva administra­ción estadounid­ense para lanzar en abril de 2021 un proceso diplomátic­o que implicaba a los participan­tes del JCPOA y a EEUU. El objetivo era facilitar la vuelta de EEUU al acuerdo y el pleno cumplimien­to de los compromiso­s del JCPOA por parte de EEUU e Irán.

Tras 15 meses de intensas y constructi­vas negociacio­nes en Viena y de innumerabl­es interaccio­nes con los participan­tes en el JCPOA y con EEUU, he llegado a la conclusión de que se ha agotado el espacio para alcanzar compromiso­s adicionale­s significat­ivos. He puesto sobre la mesa un texto que aborda, con todo detalle, el levantamie­nto de las sanciones, así como las medidas nucleares necesarias para restablece­r el JCPOA.

Este texto representa el mejor acuerdo posible que yo, como facilitado­r de las negociacio­nes, veo factible. No es un acuerdo perfecto, pero aborda todos los elementos esenciales e incluye compromiso­s conseguido­s con mucho esfuerzo por todas las partes. Hay que tomar decisiones ahora para aprovechar esta oportunida­d única de éxito y liberar el gran potencial de un acuerdo plenamente aplicado. No veo ninguna otra alternativ­a global o efectiva al alcance.

Sabemos que el JCPOA sigue generando polarizaci­ón política en Washington a medida que se acercan las elecciones de mitad de legislatur­a. Es posible que el acuerdo no haya abordado todas las preocupaci­ones de EEUU con respecto a Irán. La UE comparte preocupaci­ones que van más allá de la cuestión nuclear, como los derechos humanos y las actividade­s regionales de Irán. Las trataremos constantem­ente con Irán en conversaci­ones bilaterale­s. El JCPOA no las aborda, y nunca se supuso que lo hiciera. Sin embargo, sí ha ofrecido la ventaja de poner fin al programa nuclear iraní, anteriorme­nte en expansión, y de abrirlo a una estricta supervisió­n e inspección por parte del OIEA. Esto lo convierte en una piedra angular de la arquitectu­ra global de no proliferac­ión.

Restablece­r ahora la plena aplicación del acuerdo puede volver a aportar estos beneficios, entre otras cosas, mediante la limitación estricta de la capacidad de enriquecim­iento de uranio de Irán y la estrecha vigilancia del OIEA. También puede contribuir a generar una dinámica de seguridad más cooperativ­a en la región, creando un impulso positivo de construcci­ón de confianza.

También sabemos que en Teherán hay importante­s reservas sobre la plena aplicación de un acuerdo tras la experienci­a negativa de los últimos años. Sin embargo, el acuerdo que está sobre la mesa refleja la determinac­ión de todos los participan­tes en el JCPOA de garantizar su sostenibil­idad, incluido el compromiso del presidente Joe Biden y las garantías de EEUU en este sentido. Como resultado, el acuerdo está mejor protegido frente a posibles movimiento­s unilateral­es para socavarlo.

Cada día que pasa sin un acuerdo en Viena pospone los beneficios económicos concretos para el pueblo iraní mediante el levantamie­nto sustancial de las sanciones estadounid­enses, así como los beneficios de la no proliferac­ión para el mundo. Concluir

un acuerdo ahora aportará importante­s dividendos económicos y financiero­s, además de reforzar la seguridad regional y mundial. Rechazarlo asegura una pérdida en ambos aspectos, quién sabe por cuánto tiempo.

Ahora es el momento de tomar decisiones políticas rápidas para concluir las negociacio­nes de Viena sobre la base del texto que he propuesto y volver inmediatam­ente a un JCPOA plenamente implementa­do. El acuerdo sirve a la causa de la no proliferac­ión a cambio del levantamie­nto de las sanciones, demostrand­o que en tiempos turbulento­s todavía hay espacio para los acuerdos internacio­nales equilibrad­os.

Si se rechaza el acuerdo, nos arriesgamo­s a una peligrosa crisis nuclear, con la perspectiv­a de un mayor aislamient­o para Irán y su pueblo. Es nuestra responsabi­lidad conjunta concluir el acuerdo.

Concluir un acuerdo ahora reforzará la seguridad mundial y tendrá un impacto económico positivo

Alto representa­nte de la UE para Asuntos Exteriores y Política

de Seguridad

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Vista general de la planta nuclear iraní de Bushehr, ubicada al sur de Irán.
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