Las aerolíneas vuelven al optimismo
El segundo trimestre ha resultado catártico para las aerolíneas. El estallido de la demanda las ha sorprendido con un incremento que casi ninguna de ellas era capaz de prever al principio del ejercicio, cuando la variante Ómicron representaba la enésima amenaza para la recuperación del sector. Es cierto que una de las consecuencias del repentino boom de viajeros fue el caos vivido –y que se sigue experimentando– en muchos aeropuertos europeos, con cancelación de vuelos, reprogramación de miles de conexiones y problemas con las maletas. Pero estas dificultades parecían peccata minuta en comparación con las del pasado y, sobre todo, han quedado más que compensadas con el incremento de la cifra de negocio de las aerolíneas y el retorno a los beneficios, aunque sea sólo en el segundo trimestre, ya que en el acumulado del primer semestre los números siguen siendo rojos. Pese a las dificultades y los retos que afronta la industria, el mensaje que han dado grupos como Lufthansa, IAG, Air France-KLM, easyJet y Ryanair –las cinco principales aerolíneas por capitalización en Europa– en sus respectivas presentaciones de resultados es optimista. Efectivamente, tras dos años de travesía por el desierto, todas ellas –salvo la británica easyJet– han recordado que en este sector se puede ganar dinero, pero también ven el futuro con cierto optimismo, lo que no significa que desprecien las importantes incógnitas que habrá que despejar tras el verano. La guerra en Ucrania, el encarecimiento del petróleo, una posible recesión si las industrias no tienen suficiente gas para producir... Estos son factores que pueden afectar a las aerolíneas, que siguen analizando día a día la evolución de sus reservas. Algunos analistas ironizan sobre el innato optimismo de las aerolíneas, incluso cuando las cosas van mal –la psicología es un intangible que también influye–. La cosa no es diferente ahora: en las últimas semanas, todas han coincidido en que no notan cambios de calado en las reservas para el resto del año. millones y la neta repite en 104 millones. Dia está presente en cuatro países: España (60,5% de los ingresos), Portugal (8,2%), Brasil (12,5%) y Argentina (18,8%). En España, perdió la tercera posición en el ránking por cuota de mercado en 2020, en beneficio de Lidl, y no es previsible que la recupere a corto plazo a pesar del progreso de su nuevo concepto Dia Market, cuyas ventas comparables crecen el 10,5% en el segundo trimestre frente al 8,6% de la distribución de alimentación en España y el 6,5% de Dia España. El grupo informa que el plan estratégico, que incluye una profunda renovación de la red, ya se ha ejecutado al 80% y considera los resultados del primer semestre como un punto de inflexión, pero el reto sigue siendo abandonar las pérdidas. Dia capitaliza 622 millones de euros y la cotización ha perdido el 28% en los últimos doce meses y un 98% en los últimos cinco años. A 30 de junio, la deuda financiera neta se situaba en 476 millones. El mayor accionista, con el 77,7% del capital, es LetterOne.