Agosto confirma los temores por la inflación

El indicador adelantado de la inflación del mes de agosto en nuestro país confirma que los peores temores del Banco Central Europeo toman cuerpo. El enquistamiento de los precios en niveles históricamente elevados, por tercer mes creciendo a doble dígito, disipa la esperanza de que se vaya a producir una intensa relajación de los mismos tras el verano. Aunque la tasa interanual se moderó cuatro décimas, al 10,4%, compara con un mes, agosto de 2021, en el que ya se produjo un importante aumento de los precios, dando inicio a la escalada inflacionista que todavía padecemos. Otra prueba de que las subidas de precios no dan respiro es que la tasa mensual fue una décima superior a la de julio, cuando se redujo en tres décimas. Pero el verdadero motivo de inquietud para las autoridades monetarias es la traslación de las tensiones inflacionistas al conjunto de la economía. No sólo en España, sino en toda la zona euro, ya que obligaría a tomar medidas más drásticas de las planteadas inicialmente para contener la inflación desbocada, como fue la subida de tipos de 50 puntos básicos en julio por parte del BCE, que podría repetirse también en septiembre, o incluso ser superior, tal como reclaman los miembros más ortodoxos del Consejo de

Gobierno en vista de la fuerte subida de la inflación subyacente a lo largo de los últimos meses. En agosto, este subíndice, que no contabiliza los elementos más volátiles de la cesta de precios como la energía y los alimentos no elaborados, creció en nuestro país a su ritmo más elevado en casi 30 años, el 6,4%, tres décimas por encima de la tasa de julio. También resulta preocupante que la pérdida de poder adquisitivo acumulada por los españoles debido a la espiral inflacionista haya impactado en las ventas del comercio que, a pesar de la buena evolución de la demanda turística, cayeron en julio un 0,5%. Por eso no se explica el alivio con que el Gobierno recibió ayer el dato de inflación en agosto. Además, los economistas alertan de que los precios en la zona euro se mantendrán en tasas tan elevadas como las actuales durante lo que resta del año, en parte por la tardanza del BCE en actuar para domar la inflación, pero también por la prolongación del escenario bélico en Ucrania, y por tanto, de la crisis energética. Un escenario imprevisto que, desde luego, desaconseja políticas que retroalimenten las tensiones inflacionistas, como las subidas del salario mínimo o de las pensiones que planean PSOE y Podemos.

La inflación subyacente en España escala en agosto a su nivel más alto en casi 30 años