Una agitada campaña de juntas
El creciente activismo de los fondos de inversión, que ven las juntas de accionistas como una oportunidad para hacer oír su voz en las empresas donde participan, ha propiciado una agitada campaña de asambleas en España. La reunión más polémica fue la de Indra, ya que –de manera sorpresiva– la sociedad estatal Sepi forzó la salida de cuatro consejeros independientes, propuesta que contó con la oposición de un 47% de los presentes en la junta, en su mayor parte inversores institucionales. Los fondos también se hicieron notar en otras juntas de grandes grupos españoles. Además de BlackRock, el fondo soberano de Noruega, los planes de pensiones de California y Calvert Investments (fondo sostenible de Morgan Stanley) han figurado entre los accionistas más rebeldes. En Telefónica, un 43% de los socios presentes y representados se pronunció contra el informe de remuneración de 2021, y un 3,8% se abstuvo. En el caso de Cellnex, casi un 44% de la junta no apoyó los sueldos del pasado ejercicio, porcentaje que se situó en el 38,5% en Banco Sabadell y en el 25% en Iberdrola. Un cambio en el programa de incentivos a medio plazo para Luis Gallego, consejero delegado de IAG, generó un 17,8% de oposición y un 7,7% de abstenciones. Mientras en España son los salarios y la independencia de los consejos las cuestiones más controvertidas en las juntas, en otros países son las cuestiones relacionadas con la lucha contra el cambio climático las que suelen movilizar un mayor número de accionistas críticos, caso de Exxon o Glencore.